El confinamiento es una intervención que se aplica a escala comunitaria cuando otras medidas (como las cuarentenas, el distanciamiento social, el uso de mascarillas o el aislamiento) han sido insuficientes para contener el contagio. En numerosos países lo han implementado con este mismo fin, sin embargo, varios de ellos lo han prolongado por más de lo usual y no se han obtenido los resultados deseados.
La extensión del confinamiento a causa de la cuarentena obligatoria por la pandemia de coronavirus puede tener importantes secuelas para la salud mental de las personas. «La falta de estímulo social al estar en casa va afectando, poco a poco, al estado de ánimo. No es que estemos más tristes, pero sí más apagados», explicó en un comunicado Alejandro Vera, psicólogo y nutricionista del gabinete Grulla Psicología y Nutrición.
El confinamiento suele ser una experiencia desagradable para los seres humanos, debido a que implica romper con el día a día, las rutinas, los amigos y la familia. Es la pérdida de libertad y, en efecto, esta situación tiene una potente carga psicológica sobre las personas. A pesar de esto, el confinamiento ha sido implantado por muchos Gobiernos como una «solución», ya que los casos de coronavirus siguen repuntando, pero en muchos esta no suele ser una alternativa viable.
Confinamiento sin resultados en Israel
Tras dos semanas de confinamiento, los contagios de coronavirus no cesan en Israel. En el último mes el país registró más casos que en los siete meses previos. De alrededor de 5.000 contagios diarios que tenían antes del confinamiento, ahora llegan a los 7.639 diarios, según lo reportado ayer.
En general, la población ha respetado las restricciones, sin embargo, las autoridades están preocupadas, pues en los sectores ultraortodoxos se mantienen las multitudinarias ceremonias religiosas con motivo de las festividades de Rosh Hashaná (Año Nuevo judío) y Yom Kipur (Día del Perdón). A estas se suma la celebración de Sucot (los Tabernáculos), que comienza hoy y dura siete días. En estas fiestas, grandes grupos se reúnen a comer y a rezar en cabañas, algo que podría impulsar más los contagios.
El total de casos de COVID-19 en Israel es de 253.490 y las muertes aumentaron a 1.622. En el informe de ayer se anunciaron 6.012 nuevos casos y 31 fallecimientos.
Esta semana, el llamado Gabinete de Coronavirus de ese país decidió ampliar el confinamiento cuatro días hasta el 14 de octubre, en lugar de hasta el 10 de octubre. Sin embargo, se prevé que se prolongue varios más. El primer ministro, Benjamín Netanyahu, advirtió que las restricciones podrían durar varios meses «o incluso un año».
Madrid regresó a un segundo confinamiento
Este viernes 2 de octubre comenzó el confinamiento obligatorio, exigido por el Gobierno central, en las diez ciudades de mayor tamaño de la Comunidad de Madrid, incluyendo a la capital. El objetivo es controlar la pandemia de coronavirus.
El cierre afecta a los municipios de Madrid, Alcobendas, Torrejón de Ardoz, Alcalá de Henares, Fuenlabrada, Móstoles, Leganés, Getafe, Alcorcón y Parla, además de las zonas de salud en localidades más pequeñas. El próximo lunes las limitaciones también se amplían a la zona de salud de Villa del Prado, que agrupa a los municipios de Villa del Prado y Aldea del Fresno.
Las personas no podrán salir de su municipio, salvo por trabajo, estudios o asuntos médicos. También hay restricciones de aforo en comercios y restauración, entre otras actividades. Las reuniones, en el interior o al aire libre, no podrán superar las seis personas, según la resolución ministerial.
Casi cinco millones de madrileños estarán confinados a partir de ahora. En general, el confinamiento incluye a tres cuartas partes de los habitantes de la región.
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