En febrero, la confianza de los inversores en la Zona Euro tocó mínimos de más de cuatro años. Este comportamiento se debe principalmente a las preocupaciones sobre la salida de Reino Unido de la Unión Europea.
El grupo de análisis Sentix dijo que su índice de confianza de los inversores para la zona euro cayó desde -1,5 a -3,7 en febrero. Se trata de la sexta caída mensual consecutiva. Con ello, alcanza su nivel más bajo desde noviembre de 2014. Algunos analistas esperaban una lectura de -0,6.
«Es cada vez más probable que la razón principal de esta evolución sea el Brexit, que se está acercando». Así lo afirmó el director general de Sentix, Manfred Huebner, en un comunicado. «Dada la incertidumbre sobre la situación política, las empresas ahora tienen que lidiar con los planes de contingencia».
También dijo que los inversores percibían que había un potencial para que los bancos centrales, especialmente la Reserva Federal de Estados Unidos, tomen medidas para relajar la política monetaria.
Expectativa después de un mes positivo
La confianza en la Zona Euro se ha visto influida por la prudencia. Enero fue muy positivo para las bolsas. Sin embargo, los inversores no tienen muy claro si esta tendencia es sostenible. Desconocen si, por el contrario, volverán los recortes a los mercados de valores.
Uno de los factores que más pesó negativamente en el comportamiento de las bolsas durante el cuarto trimestre de 2018 fue la guerra comercial entre EEUU y China. Otro tema influyente ha sido la expectativa acerca de las acciones que tomarán el Banco Central Europeo y la Reserva Federal de Estados Unidos. Por ahora, hay buenas expectativa en cuanto a un posible acuerdo entre Washington y Pekín. Por otro lado, tanto el BCE como la Fed han dejado claro en sus últimos consejos que no van a precipitarse.
Sin embargo, el optimismo se ve limitado por otros factores de riesgo. Uno de ellos es el Brexit y, especialmente el torpe manejo político del mismo. El otro es la debilidad que sigue mostrando la economía de la Zona Euro, lo que afecta la confianza de los inversores. Si en los próximos meses la economía de la región no es capaz de recuperarse y sigue desacelerándose a los ritmos actuales, no se puede descartar una recesión en la región.
Entre la prudencia y el optimismo
La duda de lo que se avecina en 2019 está entre prudencia y optimismo. Los analistas dan por descontado que se produzca una desaceleración de la economía. El Fondo Monetario Internacional ha revisado dos décimas su previsión de crecimiento mundial hasta el 3,7% para 2018 y 2019. Por ahora, no se sabe si en los próximos 12 meses esa ralentización se frenará. Tampoco hay certeza de que, por el contrario, se haga más aguda y provoque la temida recesión.
La opinión de los analistas está muy lejos de se unánime. Factores como la guerra comercial entre EE.UU. y China, el Brexit, citas electorales como la europea en mayo o las tensiones políticas en países clave como Italia, Turquía, Brasil son analizadas de muy diversa manera. Por lo tanto, los inversores mantienen la cautela.
Confianza en la Zona Euro a la espera
Los inversores están a la espera de conocer el dato de PIB de Estados Unidos. Su publicación se ha retrasado como consecuencia del cierre temporal de la administración Trump. Se conocerá finalmente este miércoles. Los analistas creen que la economía estadounidense se ha enfriado. El PIB puede haberse desacelerado desde el 3,4 hasta el 2,8 o incluso hasta el 2,6 por ciento.
Los expertos considera que el déficit comercial de EEUU se ha reducido ligeramente, desde 55.500 a 54.000 millones de euros.
Por ahora, se mantiene el optimismo sobre la marcha de las negociaciones comerciales entre las dos más grandes economías del mundo. China ha calificado de “fructífera” la última ronda de negociaciones arancelarias con Estados Unidos. Parece que se han hecho avances. La siguiente sesión se producirá en Pekín a mediados de mes.
El gigante asiático tiene intención de incrementar sus compras de productos estadounidenses. Por su parte, Washington reducirá aranceles. Ello siempre y cuando se llegue a un acuerdo satisfactorio para ambas partes y no se produzca ningún contratiempo. La tregua pactada entre los presidentes de ambas potencias finalizará el 1 de marzo.
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