Si algo ha quedado claro para el mundo es que la dictadura de Nicolás Maduro trabaja únicamente para mantenerse en el poder a toda costa. El bienestar de su pueblo, la voluntad de los ciudadanos, la legalidad o el reconocimiento internacional son irrelevantes. Como en 2018 (en ese entonces para “elegir” al presidente), los comicios legislativos convocados para este domingo están viciados con todas las manipulaciones imaginables y posibles..
Pese a los reclamos de garantías democráticas por la oposición y de gran parte de la comunidad internacional, el chavismo siguió adelante con este proceso que es una burla a la ciudadanía. Aunque, prácticamente, no tendrá ningún tipo de reconocimiento a nivel internacional, por considerarlo “fraudulento” en todo sentido.
Consulta popular democrática
Como alternativa, los factores democráticos mayoritarios en Venezuela convocaron una consulta popular, contra las elecciones del Parlamento. Estos comicios darían al dictador socialista Nicolás Maduro control sobre el único poder que no tiene en sus manos y también el único legítimo, apegado a la Constitución.
La fraudulenta elección de la nueva Asamblea Nacional ratificará el 5 de enero de 2021 como fecha de vencimiento de la legislatura, de mayoría opositora, escogida hace cinco años. La consulta popular prevista entre lunes y sábado intenta ampliar el margen de acción del líder opositor Juan Guaidó, reconocido como presidente encargado de Venezuela por medio centenar de países, incluidos Estados Unidos y España.
Más de 23,9 millones de venezolanos -dentro y fuera del país- están habilitados para participar de la iniciativa. Los organizadores dicen que este mecanismo que está enmarcado en el artículo 70 de la Constitución. Aseguran que tiene carácter vinculante y no debe ser convocada por el Consejo Nacional Electoral pues no es un proceso electoral.
«El reto que tenemos es salir a promover la consulta popular en cada rincón del país, como mecanismo de participación ciudadana”, dijo Guaidó, el 5 de noviembre.
Él mismo salió a las calles a cumplir con esta tarea. Con tapabocas y cánticos de “no al fraude, consulta popular”, retomó las asambleas de ciudadanos que le funcionaron a principios de 2019. También realizó recorridos por calles y avenidas, e incluso casa por casa, dentro y fuera de Caracas. Otros diputados, en sus respectivos estados, también hicieron lo propio.
Participación virtual desde este lunes
La iniciativa tendrá dos mecanismos de participación: virtual y presencial. El primero se realizará desde el lunes 7 al sábado 12 de diciembre mediante una web y una aplicación para teléfonos móviles de la compañía estadounidense Voatz, que usa tecnología ‘blockchain’, la misma detrás de las criptomonedas. Se usará además un canal en la plataforma Telegram, desarrollado por la firma colombiana Asistencia Ciudadana.
Voatz organizó en 2018 en Estados Unidos la votación vía celular de militares en el extranjero en Virginia Occidental y sus aplicaciones han sido probadas en estados como Colorado o Utah.
Para votar tanto en Voatz como en Telegram, los venezolanos que quieran hacerlo tendrán que escanear o hacer una foto a su cédula de identidad o pasaporte. En el caso de Voatz, el sistema verifica el proceso para evitar que se participe masivamente a través de robots. También verifica que participa una sola persona, una sola vez, dijeron los organizadores.
Para usar la aplicación, el interesado debe registrarse con un número de teléfono y su e-mail. De esa manera, el sistema verifica que la persona está utilizando un equipo que es suyo y no es un robot.
Posteriormente, los ciudadanos que quieran participar deberán mostrar su cédula a la cámara y «el sistema verificará que efectivamente es un documento válido».
Modalidad presencial
El sistema de participación presencial se fijó para el 12 sábado con puestos callejeros y activistas itinerantes en Venezuela y 300 ciudades del extranjero. Habrá que ver si las fuerzas represivas policiales y militares del régimen lo permiten. Al igual que los colectivos violentos y los delincuentes que el régimen entregó barrios y comunidades para su exclusivo control.
En el Alto Consejo Ciudadano para la Consulta Popular –un grupo de importantes miembros de la sociedad civil venezolana que respaldan el proceso– hay optimismo. El grupo sostiene que la consulta popular tendrá mayor participación que los sufragios legislativos.
Tres preguntas
La consulta popular está basada en tres preguntas concretas con las que el gobierno de Guaidó intenta ratificar el respaldo de la soberanía venezolana para poder actuar y seguir en la lucha para lograr la salida de Maduro.
La primera de las preguntas consulta a los venezolanos si exigen el cese de la usurpación de la Presidencia de parte de Nicolás Maduro y que se convoquen elecciones presidenciales y parlamentarias libres, justas y verificables.
La segunda reza: “¿Rechaza usted el evento del 6 de diciembre organizado por el régimen de Nicolás Maduro y solicita a la comunidad internacional su desconocimiento?”.
La tercera, y última, plantea a los ciudadanos si “ordenan hacer las gestiones necesarias ante la comunidad internacional para activar la cooperación, acompañamiento y asistencia que permitan rescatar nuestra democracia, atender la crisis humanitaria y proteger al pueblo de los crímenes de lesa humanidad”.
Ante las tres interrogantes, los ciudadanos podrán responder “sí” o “no”.
Escepticismo en la Consulta Popular
Ya hubo una consulta independiente el 16 de julio de 2017 contra una asamblea constituyente propuesta por Maduro, en la que la oposición dijo reunir 7,5 millones de votos. La constituyente igual se instaló y tomó las funciones del Parlamento y de otros poderes
Por estas razones, algunos consideran que será muy poco el efecto que tendrá la consulta popular promovida desde la disidencia. No solo porque se dude que se vaya a generar un cambio real, sino también por la falta de confianza que hay en la dirigencia opositora. Probablemente muy poca gente va a tener algún tipo de participación, porque consideran que es pérdida de tiempo y energía, porque no confían que el mecanismo tenga alguna posibilidad de convertirse en algo políticamente tangible.
Las encuestadoras independientes estiman que los niveles de participación en este proceso serían importantes. Pero no terminarían sobrepasando por mucho a los cuestionados comicios legislativos, para los que se espera alrededor de 30% de participación.
Los analistas señalan que la prioridad de los venezolanos no es el activismo político. El grueso de la población tiene que tratar de asegurar la comida y resolver los problemas de los servicios públicos, entre otras muchas cosas. Las expectativas políticas no forman parte de su día a día. Para unos es algo lejano, otros se cruzaron de brazos y ya perdieron la esperanza. Campea la resignación y el terror que impuesto a través de la cárcel y la tortura.
En consecuencia, los factores democráticos deben recuperar la confianza y potenciar la esperanza del venezolano. Mientras no se vislumbre una salida o un cambio la ciudadanía se desmoviliza. En estas condiciones es difícil que participe en una marcha, en una elección y menos en una consulta.
Avanza la elección de Maduro
Entre tanto, el régimen avanza en su fraude electoral. Este viernes el CNE empezó a instalar las mesas para la jornada. Estados Unidos, la Unión Europea y el resto de naciones que consideran a Guaidó como presidente encargado ya anunciaron que no las reconocerán. En cambio, aliados del chavismo ya están en Venezuela para “acompañar” el proceso.
Pese a los interrogantes que puedan surgir, los organizadores de la Consulta Popular se muestran confiados. Están seguros de mantener el apoyo de los más de 50 países que reconocen a Guaidó como presidente interino de Venezuela. Todos estos gobiernos ya adelantaron su postura respecto a los comicios convocados por el chavismo
Asimismo, tanto Estados Unidos como la Unión Europea han sancionado a los funcionarios «opositores» que apoyan a Maduro y llevaron perpetraron el golpe parlamentario de enero. Están involucrados en casos de corrupción con el chavismo.
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