La leche materna es una de las creaciones más complejas y perfectas de la naturaleza. Su capacidad de cubrir las necesidades nutricionales de forma específica para cada bebé es algo que, pese a los mejores esfuerzos de la ciencia, no ha podido reproducir. Pero la investigación sigue. Con plantas modificadas se pretende reproducir sus beneficios nutricionales en las fórmulas para bebés.
Ningún producto supera a la leche materna, es el método de alimentación recomendado por todos los especialistas. Las fórmulas son necesarias en circunstancias específicas cuando la alimentación con leche materna no es posible o recomendable. Son fundamentales para garantizar el bienestar y el desarrollo saludable de los bebés en diversas circunstancias.
Una estimación conservadora sugiere que alrededor de 20% a 30% de los bebés menores de seis meses en todo el mundo reciben fórmulas para bebés. Si consideramos que aproximadamente 80 millones de niños nacen cada año, podría traducirse en un consumo anual de fórmulas para bebés en el rango de 16 a 24 millones de toneladas métricas.
Según informes de la Organización Mundial de la Salud y otras organizaciones internacionales, el número de niños alimentados con fórmulas para bebés ha aumentado significativamente en las últimas décadas. Particularmente en regiones en desarrollo. Se debe a varios factores. Como los cambios socioeconómicos, mayor acceso a la información sobre la importancia de la nutrición infantil y campañas de mercadeo dirigidas a madres y cuidadores.
Todo un desafío
La leche materna es un producto biológico altamente optimizado para el crecimiento y desarrollo del recién nacido humano, diseñado por millones de años de evolución. Aunque las fórmulas para bebés han avanzado significativamente en términos de nutrición y seguridad, aún enfrentan desafíos para igualar completamente todas las características y beneficios de la leche materna.
Contiene una amplia gama de nutrientes, proteínas, vitaminas, minerales y factores bioactivos específicos que están perfectamente equilibrados para el crecimiento y desarrollo del niño. Los bebés absorben y toleran los componentes de la leche materna más fácilmente que sus equivalentes artificiales. Lo que afecta la absorción y eficacia digestiva de los nutrientes.
Además, la leche materna tiene numerosos factores bioactivos (como lactoferrina, factor de crecimiento similar a la insulina I, y oligosacáridos) que tienen efectos positivos en la salud y el desarrollo del sistema inmunológico del bebé. Componentes que son difíciles de replicar en las fórmulas para bebés debido a su compleja y única compleja naturaleza.
Otra singularidad de la leche materna es que se adapta automáticamente a las necesidades cambiantes del bebé. Aumentando su volumen y concentración de nutrientes según sea necesario. Las fórmulas para bebés deben ser preparadas y consumidas en cantidades predefinidas. Lo cual limita su capacidad para adaptarse a las necesidades individuales del bebé.
A pesar de estos desafíos, la industria de las fórmulas para bebés continúa investigando y mejorando sus productos. Los avances en tecnología de producción, ingredientes nutricionales y compuestos bioactivos han permitido mejorar significativamente la calidad y seguridad de las fórmulas para bebés. Aunque han hecho progresos, aún enfrenta retos para igualar todos los aspectos de la leche materna. Incluyendo su complejidad nutricional, factores bioactivos y adaptabilidad. La investigación y el desarrollo continuo son clave para acercarse cada vez más a este objetivo.
Plantas modificadas
Se calcula que el 75% de los bebés consumen fórmula en sus primeros seis meses. Pero no reproduce completamente el perfil nutricional de la leche materna debido a la complejidad de sus azúcares. La leche materna contiene una mezcla única de aproximadamente 200 moléculas de azúcares prebióticos que ayudan a prevenir enfermedades. También favorecen el crecimiento de bacterias intestinales sanas. La mayoría son difíciles, si no imposibles, de fabricar.
Según un estudio reciente publicado en News Berkeley plantas genéticamente modificadas podrían ayudar a que los preparados para lactantes sean tan nutritivos como la leche materna. La Nicotiana benthamiana, pariente cercana del tabaco, ha sido programada para producir estos azúcares de la leche materna humana.
Investigadores de las universidades de California en Berkeley y Davis demostraron que las plantas modificadas pueden cerrar esta brecha. De acuerdo a los resultados del estudio publicado en la revista Nature Food, el equipo reprogramó la maquinaria de fabricación de azúcares de las plantas para producir una amplia gama de los azúcares de la leche humana, también llamados oligosacáridos de la leche humana. Lo que podría hacer la leche de fórmula más saludable y accesible. También puede mejorar las alternativas lácteas vegetales para adultos.
Patrick Shih, autor principal del estudio, profesor adjunto de Biología Vegetal y Microbiana e investigador del Instituto de Genómica Innovadora de la Universidad de Berkeley explica que las plantas son organismos fenomenales que toman la luz del sol y el dióxido de carbono de la atmósfera y los utilizan para producir azúcares. “No sólo fabrican un azúcar, sino toda una diversidad de azúcares simples y complejos. Pensamos que, puesto que las plantas ya tienen este metabolismo subyacente del azúcar, ¿por qué no intentamos desviarlo para fabricar oligosacáridos de la leche humana?».
LNFP1
Los investigadores Todos los azúcares complejos -incluidos los oligosacáridos de la leche humana- están formados por bloques de azúcares simples, llamados monosacáridos, que pueden unirse entre sí para formar una gran variedad de cadenas y cadenas ramificadas. Lo que hace únicos a los oligosacáridos de la leche humana es el conjunto específico de enlaces, o reglas, para conectar entre sí los azúcares simples que se encuentran en estas moléculas.
Para convencer a las plantas de que produjeran oligosacáridos de leche humana, el primer autor del estudio, Collin Barnum, modificó los genes responsables de las enzimas que producen estos enlaces específicos. Introdujo los genes en la planta Nicotiana benthamiana, pariente cercana del tabaco. El estudio destaca que, al ajustar la maquinaria de producción de azúcares en las plantas, es posible fabricar los oligosacáridos.
Se produjeron 11 tipos de azúcares de la leche humana en las plantas modificadas, junto con una variedad de otros azúcares complejos con patrones de enlace similares. Barnum trabajó entonces para crear una línea estable de plantas de N. benthamiana optimizadas para producir un único oligosacárido de la leche humana llamado LNFP1.
Mejor y más económico
«El LNFP1 es un oligosacárido de la leche humana de cinco monosacáridos de longitud que se supone que es realmente beneficioso, pero que hasta ahora no se puede producir a escala utilizando métodos tradicionales de fermentación microbiana. «Pensamos que si pudiéramos empezar a fabricar estos oligosacáridos de leche humana más grandes y complejos, podríamos resolver un problema que la industria actualmente no puede resolver», dijo Barnum.
En la actualidad, se puede fabricar un pequeño puñado de oligosacáridos de leche humana mediante bacterias E. coli modificadas. El método es costoso y solo unas pocas fórmulas infantiles los incluyen. Los investigadores también encontraron que producir estos azúcares mediante plantas podría ser más económico a escala industrial. La idea final sería cultivar plantas que produzcan todos los oligosacáridos de la leche humana, facilitando su extracción y adición a las fórmulas infantiles. Aunque todavía existen desafíos para su aplicación y comercialización
Leche materna la mejor
Las investigaciones actuales se centran en mejorar la similitud de las fórmulas para bebés con la leche materna mediante la reproducción de la composición nutricional, la adición de ingredientes bioactivos y la adaptación a las necesidades individuales de los bebés. A pesar de los avances en la tecnología de las fórmulas infantiles y la mejora de sus ingredientes, las fórmulas para bebés seguirán estando por detrás de la leche materna en términos de complejidad nutricional y factores bioactivos.
La investigación y el desarrollo continuo son cruciales para acercarse cada vez más a la meta de crear fórmulas que imiten más cerca la composición de la leche materna. Sin embargo, es importante reconocer que la leche materna sigue siendo la opción más cercana a la naturaleza y la mejor fuente de nutrición para los bebés.