El deseo de una vida fitness guía en la actualidad a muchas personas. A veces hasta el extremo de buscar medicamentos que le ayuden a perder ese peso extra que les agobia. Y no está mal si cuentan con el asesoramiento de especialistas. Sin embargo, la ansiedad y lo costoso que pueden resultar estos tratamientos, les lleva a querer tomar atajos para adquirirlos más baratos. Y siempre donde hay necesidad, surge inmediatamente un mercado negro que brinda ese producto anhelado a precios irrisorios y con un despliegue de bondades inimaginable. Pero al final resulta más costoso, pues no tienen ningún tipo de control sanitario.
Esta realidad es la que arropa al fármaco Ozempic, cuya fama sobre su poder adelgazante ha crecido vertiginosamente en los últimos tiempos, así como sus falsificaciones. La Administración de Alimentos y Medicamentos ha incautado “miles de dosis” falsas y está advirtiendo a los consumidores que muchas provienen de fuentes legítimas de la cadena de suministro de medicamentos.
Varias personas han enfermado tras consumir Ozempic falso, aunque ninguna ha desarrollado trastornos graves. Los síntomas observados se alinean con los efectos secundarios conocidos del medicamento. La FDA recomendó que las farmacias solo compren Ozempic a través de distribuidores autorizados de Novo Nordisk, el fabricante del medicamento. Los productos también deben adquirirse con las fotografías adjuntas para verificar su legitimidad.
La OMS alerta
Ante la gravedad de situación, la Organización Mundial de la Salud emitió un alerta sobre medicamentos falsificados que contienen semaglutida. Estos fármacos se emplean en algunos países para tratar la diabetes de tipo 2 y la obesidad. Mencionan que en 2023 se detectaron tres lotes falsificados de Ozempic. En Brasil, Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte, en octubre, y en Estados Unidos de América en diciembre. El organismo ha constatado un incremento de las notificaciones de medicamentos falsificados en todas las regiones geográficas desde 2022. Este es el primer aviso que la OMS emite oficialmente tras la confirmación de algunos de estos informes.
«Nuestra organización aconseja a los profesionales de la salud, los organismos de reglamentación y la población que estén atentos a la existencia de estos lotes falsificados de medicamentos. Las partes interesadas deben dejar de utilizar todo medicamento sospechoso e informar a las autoridades competentes», señaló Yukiko Nakatani, subdirectora general de Acceso a Medicamentos Esenciales y Productos de Salud de la OMS.
Advierten que si estos medicamentos no fueron fabricados con los componentes necesarios, pueden provocar complicaciones derivadas de la falta de control de los niveles de glucosa en sangre o del peso. En otros casos, las inyecciones falsificadas contienen otro principio activo no declarado, por ejemplo insulina, lo que puede causar una serie impredecible de riesgos o complicaciones para la salud.
Medicamentos compuestos
El precio elevado de los medicamentos para bajar de peso hace que las personas busquen versiones personalizadas de medicamentos que se fabrican en farmacias especiales. Algunos de estos medicamentos compuestos cuestan menos. Hay muchas farmacias de fórmulas magistrales legítimas y seguras. Sin embargo, especialmente con los medicamentos para bajar de peso, los médicos, las organizaciones médicas e incluso la FDA han advertido que se debe tener cuidado con locales que suministran productos falsos o incluso peligrosos que podrían dañar la salud.
«No sabemos exactamente qué contienen los productos compuestos, cuál es la dosis real del ingrediente activo o si el producto tiene contaminantes», dice Katherine H. Saunders, profesora clínica asistente de medicina en Weill Cornell Medicine y cofundador de Intellihealth, una empresa médica de tratamiento de la obesidad. Por eso si opta por un medicamento compuesto, asegúrese de que la farmacia sea legítima y esté acreditada por su estado. Y si una empresa afirma poder venderle una versión de un GLP-1 sin receta, no la compre.
Son muchas las razones para el incremento del uso de compuestos farmacéuticos para adelgazar. Primero, puede resultar una opción atractiva para personas cuyos planes de salud de los empleadores restringen las coberturas de medicamentos para bajar de peso. También la escasez a veces dificulta encontrar versiones comerciales. Y para evitar ser engañados con un Ozempic falso.
No son genéricos
A menudo se tiende a pensar que las fórmulas compuestas de estas farmacias son versiones genéricas y muchos se sorprenden al saber lo equivocados que están. Los fármacos compuestos se manejan en una especie de limbo legal. La FDA permite a las farmacias fabricar sus propias versiones de medicamentos cuando hay escasez, como ocurre actualmente con la semaglutida, el ingrediente activo de Ozempic y Wegovy, y la tirzepatida, el ingrediente principal de Mounjaro y Zepbound.
No obstante, la FDA no los aprueba, por lo que la agencia no verifica su seguridad y eficacia. El organismo ha recibido informes de eventos adversos después de que las personas tomaran semaglutida compuesta. La agencia también tiene informes sobre algunos preparadores que utilizan formas salinas de semaglutida, cuyos ingredientes activos son diferentes a los de los medicamentos aprobados. «Las malas prácticas de preparación de compuestos pueden provocar graves problemas de calidad de los medicamentos, como contaminación o un medicamento que contiene demasiado ingrediente activo», dice la FDA en su sitio web. «Esto puede provocar lesiones graves y la muerte del paciente».
DATO
La Organización Mundial de la Salud define un medicamento falsificado aquel «en cuyas etiquetas se incluye, de manera deliberada y fraudulenta, información falsa acerca de su identidad o procedencia». En Internet está la trampa
La mayoría de las farmacias que fabrican medicamentos compuestos GLP-1 están reguladas por juntas estatales de licencias. Scott Brunner, director ejecutivo de Alliance for Pharmacy Compounding, que representa entre 500 y 600 farmacias, dice que es importante distinguir entre quienes venden en internet sustancias ilícitas y las farmacias legítimas de compuestos.
Explica que para comprar un medicamento directamente en una farmacia de compuestos, se necesita receta médica. Si compra algo comercializado como, por ejemplo, «semaglutida de grado de investigación» en línea sin receta, es potencialmente peligroso. «Esto no es un medicamento compuesto y ni siquiera es una farmacia», dice. Destaca que las versiones compuestas inyectables de los medicamentos GLP-1 solo pueden fabricarse en farmacias de compuestos estériles, que deben cumplir numerosos estándares sanitarios y de cumplimiento.
Además, estos establecimientos deben comprar sus sustancias en instalaciones registradas por la FDA. Por eso cuando un médico le receta una versión compuesta de un medicamento GLP-1, debe preguntarle si está familiarizado con la farmacia. Si es una farmacia legítima, debe tener licencia en su estado. La Asociación Nacional de Juntas de Farmacia tiene una lista de juntas estatales en su sitio web. Precisa que otra cosa que se debe tener presente es la información de la Junta de Acreditación de Compuestos de Farmacia. La junta es parte de la Comisión de Acreditación para la Atención Médica, una organización sin fines de lucro que otorga permisos para preparaciones magistrales.
No solo falsos, sino inexistente
Al darse a conocer que el medicamento para la diabetes, Ozempic, ayuda a suprimir el apetito y bajar de peso, se popularizó entre las celebridades y, en consecuencia, desató una fiebre entre el público en general. Las ventas interanuales subieron 58% y también su precio.
La popularidad del medicamento hizo que surgieran una serie de estafas de phishing dirigidas a personas que desean perder peso rápidamente como sus famosos favoritos. Aquí además de ofrecer un producto falso, en muchas ocasiones ni lo envían al comprador. Expertos descubrieron que los estafadores han creado páginas web falsas que lo ofrecen a bajo precio y que invitan a personas desprevenidas a completar un formulario. Muchas facilitan datos personales como nombre, dirección e información bancaria. Estas páginas web son difíciles de distinguir de la mayoría de los sitios legales de compras, por lo que pueden atrapar fácilmente a sus víctimas.
Además de las ventas de Ozempic falso, algunas páginas ofrecen instalar una aplicación para el teléfono que supuestamente ayuda a seguir el progreso de pérdida de peso. Los compradores engañados por esta estafa pueden perder su dinero al pagar por un producto falso o sin recibir nada a cambio. Lo más preocupante es que cedieron nombre, dirección, información bancaria y otros datos confidenciales que comprometen su seguridad personal.
Detectar medicamentos falsos
Los fabricantes legales de estos fármacos notaron que algunas versiones falsas tienen un tono rosado en lugar de ser incoloros como los productos oficiales. Si el producto está etiquetado como Tirzepatida o semaglutida genérica, entonces es falso porque ni Lilly ni Novo Nordisk venden versiones genéricas de sus medicamentos.
Si la presentación es una dosis distinta a la oficial, entonces es Ozempic falso. Las cajas falsificadas también pueden contener errores gramaticales, falta de perforación a prueba de manipulaciones y el número de lote en la caja ilegal puede no corresponder con la concentración del producto indicada en la misma caja.
Interpol explica en su página web que los medicamentos ilegales pueden ser peligrosos por varias razones. Pueden haber sido falsificados o estar mal etiquetados de forma deliberada. Contienen con frecuencia una dosis inadecuada (excesiva, insuficiente o nula) del principio activo. Se ha descubierto que algunos contienen mercurio, arsénico, raticida o cemento. Precisa que en otros casos, puede tratarse de medicamentos auténticos que han sido robados y almacenados en malas condiciones, o que están caducados. Por lo cual pueden resultar ineficaces o estar contaminados.
Explica que además de los fármacos para mejorar el estilo de vida, como los de perder peso y para la disfunción eréctil, los falsificadores se centran e reproducir principalmente medicamentos para tratar enfermedades graves, como el cáncer, la malaria y el VIH; y productos sanitarios, desde lentes de contacto, preservativos o jeringuillas hasta instrumental quirúrgico, sillas de ruedas y aparatos de radioterapia.