Lo que se esperaba que ocurriera finalmente sucedió. Pero con un episodio sorpresivo y violento. Este jueves, el Congreso de Estados Unidos certificó los votos del Colegio Electoral que le dan la victoria a Joe Biden. En un recuento leído por el vicepresidente Mike Pence, el demócrata obtuvo 306 votos electorales y el presidente Donald Trump alcanzó 232. Hasta allí no hay sorpresas. Pero lo inesperado es que esta sesión conjunta del Congreso concluyó luego de una tumultuosa tarde del miércoles. Un grupo de manifestantes irrumpió en el Capitolio de la democracia en ejercicio más longeva del planeta. Fue justo cuando los legisladores debatían si rechazaban los votos de Arizona.
La violencia llegó a mayores. Se confirmó la muerte de cinco personas. Entre los fallecidos se encuentra un oficial de la Policía del Capitolio, además de una mujer que recibió un disparo dentro del edificio del Parlamento. No está claro quién instigó la violación del edificio del Capitolio. Pero los medios locales responsabilizan al presidente Donald Trump.
El jueves por la madrugada, el mandatario prometió que la transición del poder a Joe Biden sería ordenada y ofreció continuar luchando por «una mejor América».
Una ardua sesión
Los legisladores republicanos presentaron objeciones a los recuentos electorales de Arizona y Pensilvania. Ambas cámaras del Congreso debieron retirarse a sus respectivas salas para debatir las razones para oponerse a los votos. Pero finalmente votaron rechazar la impugnación de ambos estados. Se abría así el camino a la victoria de Joe Biden.
Para Arizona, el Senado votó abrumadoramente 93-6 en contra de desafiar los votos, mientras que la Cámara baja votó 303-121. De manera similar, para Pennsylvania, el Senado votó 92-7 en contra de la objeción, mientras que la Cámara votó 282-138.
El debate de la Cámara sobre Pensilvania no terminó sin drama. Algunos comentarios del representante Conor Lamb (demócrata por Pensilvania), que fueron considerados provocativos por algunos de sus colegas, llevaron a una pelea a gritos con un legislador republicano, que fue retirado de la Cámara por negarse a permitir que Lamb continuara.
Antes de los procedimientos del día, casi 90 representantes republicanos y 13 senadores dijeron que estaban comprometidos a impugnar los votos electorales para proteger la integridad de las elecciones futuras. Pero varias decenas de legisladores se opusieron, incluidos los principales líderes republicanos, los senadores Mitch McConnell (Kentucky) y Lindsey Graham (Carolina del Sur).
Acusaciones de fraude
Trump y sus aliados han estado impugnando los resultados de las elecciones del 3 de noviembre en los tribunales. Alegan que se emitieron y contabilizaron votos «ilegales» en varios estados, debido a regulaciones electorales que se modificaron en el último minuto, o presunto fraude electoral. En todo momento, el mandatario se ha negado a reconocer la victoria de Joe Biden.
En las últimas semanas se publicó una gran cantidad de pruebas en forma de declaraciones juradas y testimonios de expertos. Sin embargo, los principales funcionarios electorales y legisladores rechazaron repetidamente las afirmaciones. Los críticos y miembros de los medios de comunicación también han calificado las denuncias como «infundadas».
Mientras tanto, una gran proporción de los casos presentados por la campaña de Trump y sus aliados han sido desestimados por razones de procedimiento en varios tribunales, incluida la Corte Suprema de los Estados Unidos. Los jueces en varios casos también han dicho que no les han convencido las acusaciones presentadas por el equipo de Trump.
Tensiones entre Trump y Pence
A pesar de los contratiempos, Trump y su equipo continuaron sus esfuerzos para demostrar que las elecciones de 2020 tenían fallos importantes que podrían cambiar los resultados en numerosos estados clave. En el período previo a la sesión del 6 de enero, habían estado argumentando que el vicepresidente Mike Pence tenía la autoridad para rechazar votos favorables a Biden y enviarlos de vuelta a las legislaturas estatales para decidir qué votos deberían enviar al Congreso.
Trump pidió repetidamente a Pence que actuara, diciendo que si el vicepresidente «nos apoya, ganaremos la presidencia». En una carta enviada al Congreso, Pence dijo que, a su juicio, la Constitución lo «restringe» de «reclamar autoridad unilateral» para tomar decisiones sobre rechazar o aceptar votos, incluso si le preocupa la integridad de las elecciones.
«Cuando surgen disputas sobre elecciones, los representantes del pueblo tienen la responsabilidad de revisar las pruebas y resolver las disputas a través de un proceso democrático», agregó. Trump respondió a esta decisión diciendo que el vicepresidente «no tuvo el coraje de hacer lo que debería haberse hecho para proteger nuestro país y nuestra Constitución».
El jefe de gabinete de Pence, Marc Short, denunció que se le negó la entrada a los terrenos de la Casa Blanca el miércoles por la noche, en medio de las crecientes tensiones entre el presidente y el vicepresidente. Short ha dicho que Trump lo “culpa” por su consejo a Pence.
Violencia sin precedentes
La sesión de conteo en el Capitolio generalmente se considera una formalidad. Sin embargo, esta vez se convirtió en un punto focal, debido a las preocupaciones y sospechas sobre la integridad de las elecciones realizadas el 3 de noviembre.
Lo más inusitado fue el ambiente de violencia que se vivió en la sesión, dentro de la propia sede del Congreso de los Estados Unidos. No solo en las calles de la capital. Numerosos manifestantes, muchos vestidos con ropa a favor de Trump, irrumpieron en el Capitolio alrededor de las 14 horas del miércoles, después de romper algunas ventanas. Los vídeos muestran a algunos peleando con la policía. Otras imágenes los mostraban caminando por el pasillo que conecta las dos cámaras del Capitolio, con banderas de Trump.
La violencia interrumpió los debates en ambas Cámaras. A las 18 horas los funcionarios policiales declararon que el Capitolio había sido rescatado. La actividad parlamentaria se reanudó poco después, para finalmente certificar la victoria de Joe Biden.
Murió un policía
Catorce agentes del Departamento de Policía Metropolitana resultaron heridos en los enfrentamientos. Dos se encuentran en el hospital. Uno, que fue agredido por una multitud, tiene heridas grave y el otro fue alcanzado por un balazo en la cara.
Un oficial de la Policía del Capitolio murió el jueves, como consecuencia de las heridas sufridas el día anterior durante el asalto a la sede del Congreso. El agente Brian Sicknick «fue herido mientras se enfrentaba físicamente con los manifestantes”.
“Regresó a su oficina y colapsó“. “Fue llevado a un hospital local donde sucumbió a sus heridas” la noche del jueves, informó la Policía del Capitolio en un comunicado.
Un extraño comportamiento
La mujer que murió tras recibir un disparo fue identificada como Ashli Babbitt, una veterinaria de la Fuerza Aérea de California y partidaria de Trump. Las imágenes de video capturaron el momento en que fue golpeada en el pecho y cayó al suelo.
Su esposo dijo a la televisión local que Babbitt cumplió cuatro períodos de servicio durante sus 14 años en la Fuerza Aérea y que vivía cerca de San Diego. La suegra declaró que Babbitt y su esposo era dueños de un negocio. Dijo que estaba desconcertada por el comportamiento de su nuera.
La policía del Distrito de Columbia confirmó que otras tres víctimas murieron cerca de los terrenos del Capitolio. Las causas de las muertes no se han determinado
Poco después de la certificación de la victoria de Joe Biden, Donald Trump emitió un comunicado en el que prometía una transición ordenada el 20 de enero.
Donald Trump llama a la calma
Más allá de la victoria de Joe Biden, lo ocurrido entre miércoles y jueves deja abiertas muchas incógnitas. Si bien quienes irrumpieron en el Capitolio portaban banderas y vestían ropas con símbolos de apoyo a Trump, no hay todavía pruebas claras de quién o quiénes están detrás de estos hechos de violencia.
En un vídeo, el presidente Trump hizo un llamamiento a los manifestantes para que volvieran a casa en paz. «Conozco su dolor, sé que están heridos. Tuvimos una elección que nos fue robada. Fue una elección arrolladora y todo el mundo lo sabe, especialmente el otro lado», señalaba el mandatario.
“No queremos que nadie resulte herido. Es un momento muy difícil. Esta fue una elección fraudulenta, pero no podemos hacer el juego a estas personas. Tenemos que tener paz. Así que vayan a casa, los queremos, son muy especiales. Sé como se sienten. Pero vayan a casa y vayan a casa en paz», agregó.
“Estoy totalmente en desacuerdo con el resultado de las elecciones y los hechos me lo confirman. Sin embargo, habrá una transición ordenada el 20 de enero. Siempre he dicho que continuaríamos nuestra lucha para asegurarnos de que solo se contaran los votos legales”, manifestó en un comunicado.
«Si bien esto representa el final del mejor primer mandato en la historia presidencial, ¡es solo el comienzo de nuestra lucha para hacer que Estados Unidos vuelva a ser grande!»
Redes sociales bloquean a Trump
Twitter deshabilitó la cuenta del presidente Donald Trump. También eliminó publicaciones recientes hechas por el mandatario, incluido el vídeo en que pedía a los manifestantes que se retiraran pacíficamente.
«Como resultado de la situación violenta sin precedentes y en curso en Washington, D.C., hemos requerido la eliminación de tres tweets de @realDonaldTrump que se publicaron hoy por violaciones repetidas y graves de nuestra política de integridad cívica«, dice el anuncio de Twitter.
«Las futuras violaciones de las Reglas de Twitter, incluidas nuestras políticas de Integridad Cívica o Amenazas Violentas, resultarán en la suspensión permanente de la cuenta @realDonaldTrump».
Facebook e Instagram siguieron el ejemplo de Twitter, al bloquear temporalmente a Trump de sus cuentas. Facebook y Youtube también eliminaron el vídeo del presidente pidiendo a los manifestantes irse a casa. Ninguna de estas plataformas hizo mención de que Trump no había hecho llamados a la violencia en su discurso.
Posible destitución del presidente
En respuesta a los hechos recientes, legisladores de ambos partidos, editoriales periodísticas, la asociación manufacturera de los Estados Unidos y miembros del Gabinete, piden la destitución del presidente Trump citando la Enmienda 25 de la Constitución.
Este recurso establece que el vicepresidente y la mayoría de los funcionarios principales de los departamentos ejecutivos «o de cualquier otro organismo como el Congreso» pueden proporcionar una declaración al Congreso de que el presidente «no puede cumplir con los poderes y deberes de su cargo». En ese momento, el vicepresidente asumiría los poderes de presidente interino.
La enmienda fue propuesta después del asesinato del presidente John F. Kennedy. Describe los procedimientos para reemplazar al presidente o vicepresidente en caso de muerte, remoción, renuncia o incapacitación.
Se aplicó durante el escándalo Watergate en la década de 1970. Ayudó con el proceso de reemplazar a Spiro Agnew como vicepresidente. También entró en juego cuando el presidente Richard Nixon renunció.
Un futuro incierto
Si bien la votación bicameral zanja la disputa sobre el resultado electoral y certifica la victoria de Joe Biden, no cabe duda que este capítulo deja una mancha difícil de borra en la democracia estadounidense.
La Constitución, el sistema de Gobierno y el proceso electoral de Estados Unidos han funcionado por cerca de 260 años. Es un hecho único. Ninguna democracia ha desafiado el paso del tiempo de esta forma. Se mantuvo pese a la Guerra Civil. Resistió los asesinatos de varios presidentes, incluso los dos más traumáticos para esa nación: el de John F. Kennedy y el de Abraham Lincoln. Pero la prueba de estos dos días es inédita.
El asalto al Capitolio ha sido el colofón de una contienda electoral que ha puesto en tela de juicio la solidez de una democracia que, hasta ayer, se jactaba de ser ejemplo para el resto del mundo. La violencia ha marcado no solo este día, sino buena parte de este convulsionado 2020.
Las protestas de Black Lives Matter dejaron un legado de destrucción. Y en este entorno, el rol de los medios de comunicación y de las redes sociales también ha quedado en entredicho. Han condenado los hechos violentos en el Capitolio. Hay razones para ello, es verdad. Pero, en su momento, la violencia de Black Lives Matter no recibió la misma condena.
Durante años, las películas de Hollywood han jugado con el cliché del «policía bueno y el policía malo». Ahora, los medios parecen jugar a un nuevo paradigma: «la violencia buena y la violencia mala«. La victoria de Joe Biden debería ser el final del camino. Pero quizás sea el comienzo de algo… todavía no sabemos de qué.
Lea también: