Los efectos del cambio climático traerán consigo el aumento considerable de la temperatura en todo el planeta y muchas especies se verán amenazadas al no poder adaptarse. Serán desplazadas o exterminadas. Otras verán mermada su capacidad de reproducción indica un reciente estudio de la Universidad de Liverpool, en el Reino Unido.
Desde hace varios años muchos científicos han tratado de conocer los efectos de las altas temperaturas y cuán letal sería para las diversas especies. Sin embargo, el estudio de Liverpool encontró que con el cambio climático la alta temperatura no era la principal causa de la pérdida de biodiversidad, sino la esterilización masiva. Antes que soportar una temperatura letal, ya son estériles.
En la investigación publicada en la revista Nature Climate Change se advierte sobre la infertilidad masculina por la alta temperatura derivada del cambio climático. «Los hallazgos sugieren fuertemente que el lugar donde las especies pueden sobrevivir lo determina la temperatura a la que los machos se vuelven estériles, no la temperatura letal», explican.
Experimentos con Drosophila
Steven Parratt, autor principal del trabajo, señala que aún no hay forma de saber qué organismos son fértiles hasta su temperatura letal. Tampoco cuáles serán esterilizados a temperaturas más frías. «Muchas especies pueden tener una vulnerabilidad oculta a las altas temperaturas que no se ha advertido. Esto hará que la conservación sea más difícil. «Es posible que se sobreestimara el desempeño de muchas especies a medida que el planeta se calienta», aseguró.
Para la investigación, los autores analizaron 43 especies de Drosophila (moscas de la fruta). A los machos que sobrevivieron se les permitió aparearse libremente con dos grupos diferentes de hembras durante el transcurso de una semana para evaluar su fertilidad. Encontraron que 11 de las especies experimentaron una pérdida de fertilidad del 80% inmediatamente después de la exposición a un calor más frío que letal, o alrededor del 25% del total de las especies muestreadas. Sin embargo, ese número aumentó al 44% después de una semana. Este hallazgo reveló que «en lugar de que hubiera una recuperación de la fertilidad al paso del tiempo, el impacto de las altas temperaturas en la fertilidad fue más pronunciado días después del estrés por calor», según el estudio.
Predicciones para 2060
Luego usaron las especies junto con las predicciones de temperatura para 2060. Notaron que más de la mitad de las áreas con la temperatura suficientemente baja para sobrevivir estarán demasiado calientes para que los machos sigan siendo fértiles. Esto quiere decir que la distribución mundial de estas especies podría predecirse con mucha más exactitud si se incluye la temperatura a la que se vuelven estériles, en lugar de utilizar únicamente su temperatura letal. Como ejemplo, los autores explicaron que los machos de ‘Drosophila lummei’ son estériles cuatro grados por debajo de su límite letal.
Para el doctor Tom Price, investigador principal de la Universidad de Liverpool, el trabajo sugiere que las pérdidas de fertilidad provocadas por la temperatura «pueden ser una amenaza importante para la biodiversidad con el cambio climático«.
Una gran amenaza para la biodiversidad
Los investigadores tenían informes de pérdidas de fertilidad por alta temperatura en cerdos, avestruces, peces, flores, abejas e incluso humanos, pero con el estudio descubrieron que no son casos aislados. «Quizás la mitad de las especies son vulnerables a la infertilidad térmica», advierte Steven Parratt.
En el caso del pinzón cebra, que habita en el desierto con una temperatura corporal naturalmente alta y una buena termorregulación, los resultados mostraron un daño sustancial en sus espermatozoides. También es vulnerable a una temperatura fuera de su rango.
Los estudios no terminan aquí. Los autores revelan que ahora necesitarán comprender la gama de organismos que probablemente sufrirán pérdidas de fertilidad térmica y los rasgos que predicen la vulnerabilidad. «Hay que comprender la genética y la fisiología subyacentes, para predecir qué organismos son vulnerables y tal vez producir razas de ganado más resistentes”, añade Parrat.
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