El presidente Pedro Sánchez anunció el martes el plan de desescalada de las medidas denominado «plan para la transición hacia una nueva normalidad», que comenzará el 4 de mayo y el objetivo principal: terminar con el confinamiento y reactivar la economía de manera paulatina.
Cada región avanzará a su propio ritmo. El plan prevé cuatro fases y cada comunidad autónoma aplicará la fase que le corresponda, según la evolución que tenga la pandemia en su territorio.
«La transición deberá ser gradual, asimétrica, de forma coordinada con las comunidades autónomas, y adaptativa», dijo el presidente.
Desde el Gobierno han advertido que la única forma de avanzar a hacia una nueva normalidad es de forma prudente y progresiva.
El Gobierno aprueba un Plan de #desescalada gradual, asimétrica y coordinada para recuperar la vida cotidiana y la actividad económica, protegiendo la salud y la vida de las personas.
Este es el Plan para la Transición hacia una #NuevaNormalidad 👇https://t.co/AYQWjci5ah pic.twitter.com/zPYg0Ik1vW
— La Moncloa (@desdelamoncloa) April 28, 2020
Sánchez expuso que para lograr el objetivo será de utilidad el seguimiento de un panel de indicadores, basado en sistemas de información fiables, que permita conocer y entender el estado de la situación en cada momento.
La fase de desescalada será determinada por la situación de cada uno de los territorios. Serán evaluadas las capacidades estratégicas, un modelo eficaz y seguro de alerta y vigilancia epidemiológica, una capacidad de detección y control precoz de las fuentes de contagio, y un refuerzo de las medidas de protección colectiva.
Capacidades de las autonomías
Para que el Gobierno dé el visto bueno para que una región vaya avanzando en las fases de desescalada, cada comunidad autónoma debe demostrar que cuenta con la capacidad de los parámetros que están en evaluación.
Asistencia sanitaria reforzada. La suficiencia de la capacidad asistencial, tanto en asistencia primaria como en los hospitales y UCI, es fundamental para la gestión de la pandemia. Cada comunidad autónoma debe preparar un plan de reacción rápida que aborde cómo se afrontaría el incremento de necesidades de camas de agudos y UCI.
Un modelo eficaz y seguro de alerta y vigilancia epidemiológica. Monitorizar la transición de forma efectiva y segura exige configurar un sistema de información epidemiológica basado en series de datos de máxima fiabilidad, elaboradas con criterios homogéneos para todo el territorio nacional, con un nivel de desagregación por área de salud.
Rápida identificación y contención de las fuentes de contagio. La agilidad a la hora de identificar y contener las fuentes de contagio, a través del adecuado diagnóstico y el aislamiento, es otra condición indispensable para levantar el confinamiento.
Reforzamiento de las medidas de protección colectiva. La disponibilidad y uso de material de protección entre la población general, así como la difusión e implementación de prácticas higiénicas y de distanciamiento social, es esencial para la desecalada.
Indicadores a evaluar en la desescalada. Los parámetros cuyos valores son necesarios para avanzar en la desescalada, y de los que es necesario un seguimiento continuo, se plasmarán en un panel de indicadores integral único.
Los indicadores generales son el número de casos, fallecidos, hospitalizados, ingresados en las UCI y dado de alta. También hay algunos datos más específicos que deben manejar los gobiernos regionales como el número de personas que padecen síntomas y desde qué fecha presenta el malestar.
Igualmente, cada comunidad autónoma debe tener registrado el número de profesionales sanitarios con los que cuenta.
Camino a una «nueva normalidad»
Como lo expresó el jefe de Gobierno, las actividades se reanudarán de forma progresiva. El Ejecutivo ha plasmado cuatro fases para la desescalada (0, 1, 2 y 3). Será necesario nuevos comportamientos de los ciudadanos y de las empresas para llegar a una nueva normalidad.
Es preciso reactivar progresivamente la actividad económica en los sectores cuya actividad sigue limitada. Sectores como el transporte, turismo, cultura, comercio minorista, hostelería y restauración, entre otros, deben poder empezar a recuperar su pulso de manera progresiva.
Fase 0 es la preparación de las desescalada
Se permitirán los paseos en familia y el deporte en forma individual. Asimismo, se podrán abrir locales pequeños con cita previa para la atención individual de clientes, mientras que los restaurantes que puedan atender personas a las afueras, sin alglomeración también podrán abrir sus puertas.
Fase I es la etapa inicial de la nueva normalidad
Comenzarán a las actividades sociales como reuniones en casa, aunque está por determinar en qué condiciones. El pequeño comercio comenzará a reactivarse y las terrazas abrirán con un 30% de su aforo.
Los hoteles funcionarán, pero las personas no tendrán acceso a las zonas comunes como piscinas y bares. Los lugares de culto tendrán limitación hasta el 30% de su capacidad. Igualmente, se realizarán espectáculos culturales de menos de 30 personas en lugares cerrados y hasta 200 al aire libre.
Las visitas en los museos serán limitadas a un tercio del aforo, se comenzarán a realizar deportes profesionales que no tengan contacto y se reactivará el sector agroalimentario y pesquero.
Fase II es etapa intermedia
Abrirán los grandes restaurantes con servicio de mesa, pero con limitaciones en su aforo. Se permitirán los viajes a segundas residencias, siempre y cuando estén en la misma provincia.
Cines y teatros volverán a abrir sus puertas, pero solo con el 30% de su capacidad. Las actividades culturales aumentarán su aforo. Hasta 50 personas en lugares cerrados y 400 en el aire libre.
Los centros educativos y los centros comerciales volverán abrir, respetando el distanciamiento social. Igualmente, el Gobierno permitirá la realización de bodas, pero con limitación de asistentes.
Fase III es la etapa de avanzada
Se flexibiliza la movilidad en general y se disminuyen las restricciones en los restaurantes. Abrirán los bares y los locales nocturnos se permitirá a la playa y se comenzarán a realizar los eventos masivos como las corridas de toro.
Aunque en esta etapa se mantendrá el distanciamiento social, se espera que la actividad económica ya esté funcionando en su totalidad.
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