Usarían la razón científica y no las ideologías, los intereses particulares o las presiones empresariales
La efectividad de la políticas públicas pareciera ser una meta inalcanzable. Se sustenta no solo en contar con los recursos para acometerlas, sino en tener información precisa y adaptada a las necesidades de lo que se quiere resolver o desarrollar. Si la información es escueta, desactualizada, sin basamentos, no verificada o irreal, sin duda que el futuro de esa política que se formule no tendrá futuro.
Con miras a cambiar esta realidad se está llevando a cabo un esfuerzo monumental para la creación de bancos de evidencia, que podrían transformar la manera en que se diseñan y aplican las políticas públicas. Estos son repositorios masivos de datos y estudios científicos que documentan qué políticas han sido efectivas en diversas partes del mundo.
La idea es simple, pero tiene mucho alcance: recopilar, analizar y utilizar esta información para guiar a los gobiernos y organizaciones en la implementación de estrategias que realmente funcionen. Un enfoque que no solo promete una mayor eficiencia en la resolución de problemas, sino que también evita que se cometan los errores del pasado y permite aprender de las experiencias.
Con los datos que se recopilen, los investigadores pueden identificar patrones y tendencias para guiar a los responsables de la toma de decisiones.
La iniciativa intenta superar las limitaciones de los estudios individuales y proporcionar una base más sólida para la formulación de políticas públicas. Además, se destaca la importancia de la colaboración multidisciplinaria y el uso de tecnologías avanzadas para gestionar y analizar los datos.
Idea de millones
Son decenas de millones de dólares los que se estarían inyectando al ambicioso plan que resolvería el mayor problema en materia de asesoramiento científico: el suministro de evidencias a los gobiernos. Si se alcanza el objetivo, los responsables de las políticas de todo el mundo tendrían a la mano un sistema para generar síntesis rápidas con bases científicas. El objetivo es que les ayuden a elaborar políticas basadas en evidencias destinadas a resolver cuestiones críticas, por ejemplo, el cambio climático.
Una síntesis de evidencias es todo lo que el mundo sabe sobre cómo resolver un problema importante en un solo lugar. En una de las áreas en la que más se ha avanzado en este sentido es la medicina. Los médicos utilizan rutinariamente miles de revisiones sistemáticas que muestran si un tratamiento ayuda o es perjudicial. Sin embargo, la mayoría de los otros campos carecen de una base tan amplia.
Puede llevar meses o años extraer significado de un cuerpo masivo de investigación. Hasta el momento han sido escasas las inversiones para ordenar y tener a mano los conocimientos y experiencias.
Con la visión de corregir esta falta de recursos, el Consejo de Investigación Económica y Social, una agencia de financiación del Reino Unido, y Wellcome, que apoya investigaciones biomédicas en Londres, anunciaron que estarán invirtiendo 9,2 millones de libras esterlinas (12,2 millones de dólares estadounidenses) y alrededor de 45 millones de libras esterlinas, respectivamente, durante cinco años en bases de datos y herramientas que puedan ayudar a sintetizar la investigación.
Esperan más apoyo
La noticia se ha recibido con agrado, porque es una de las mayores inversiones hechas para crearlas. Y parece oportuna porque los avances vertiginosos en inteligencia artificial están acelerando el proceso de búsqueda y combinación de estudios.
Igualmente, el Consejo de Investigación Económica y Social planea crear un consorcio para acelerar la síntesis de pruebas y desarrollar versiones de prueba de síntesis vivas en áreas como el envejecimiento saludable.
También quiere que ese consorcio desarrolle formas de facilitar a los responsables políticos el uso de las síntesis de pruebas. Por ejemplo, funcionarios del Reino Unido están comenzando a utilizar una herramienta de inteligencia artificial llamada Redbox Copilot. Con ella analizan y resumen documentos y discursos del gobierno.
Los investigadores podrían crear herramientas que canalicen la evidencia de revisión sistemática también hacia ese proceso.
Los casi 55 millones de libras que se tiene pensado invertir no serán suficientes para lograr el tipo de síntesis de evidencias sin fisuras con la que sueñan los defensores de la causa. Sin embargo, quienes financian la idea esperan agregar más dinero al fondo y que esta inversión inicial anime a otros a colaborar.
El BID tiene un banco de evidencias
El Banco Interamericano de Desarrollo, institución que brinda apoyo financiero y técnico a los gobiernos nacionales, subnacionales y otras entidades de América Latina y el Caribe, cuenta con un banco de evidencias. Asegura que es el primer repositorio en portugués y español de soluciones de seguridad ciudadana y justicia con evaluaciones rigurosas de su efectividad. Prevención de la violencia infanto-juvenil, seguridad urbana, justicia criminal y reinserción social son algunos de los campos en los que brinda datos e investigaciones. Se puede consultar en https://plataformadeevidencias.iadb.org/es/banco
Arma de doble filo
Aunque la inteligencia artificial está permitiendo avanzar con mayor rapidez en la constitución y manejo de estos bancos de evidencia, representa un obstáculo que dificulta la misión. Los chatbots de inteligencia artificial como ChatGPT pueden generar resúmenes de investigaciones que parecen creíbles pero que pueden ser engañosos. Y el desafío es hacer que lo que es realmente confiable se destaque de lo que no lo es.
Desarrollar síntesis suele ser un proceso lento, difícil y costoso. Los investigadores están obligados a hacer una revisión sistemática. Deben rastrear bases de datos de todo el mundo de trabajos publicados y no publicados en busca de estudios potencialmente relevantes.
Luego, reducen una larga lista de miles de estudios a los pocos más relevantes. Califican su confiabilidad, extraen los datos y combinan los resultados, a veces utilizando un método estadístico llamado metaanálisis.
Una vez completadas, las síntesis de evidencias a menudo no llegan a los responsables de las políticas. Y rápidamente se vuelven obsoletas a medida que surgen nuevas investigaciones. El problema se hizo más evidente durante la pandemia. Las autoridades
de todo el mundo demandaban síntesis rápidas para fundamentar decisiones sobre medicamentos, mascarillas y confinamientos. Al principio, los científicos no podían proporcionarlas lo suficientemente rápido, pero luego produjeron demasiadas síntesis duplicadas y revisiones de mala calidad.
En todos los campos, sectores y especialidades
Detrás de los bancos de evidencia están instituciones académicas, organizaciones no gubernamentales y gobiernos. La colaboración internacional es clave en este esfuerzo, ya que los problemas globales requieren soluciones globales. Por ejemplo, en el ámbito del cambio climático, se han documentado políticas exitosas en países como Dinamarca y Costa Rica, donde la transición hacia energías renovables ha mostrado resultados prometedores. Estos ejemplos sirven como modelos para otras naciones que buscan reducir su huella de carbono.
La iniciativa no solo se limita al cambio climático. También abarca áreas como la salud pública, la educación y la justicia social. En el campo de la salud, por ejemplo, se han recopilado datos sobre la efectividad de diversas estrategias de vacunación y programas de prevención de enfermedades. En educación, se han documentado métodos pedagógicos que han demostrado mejorar significativamente el rendimiento estudiantil en diferentes contextos culturales y socioeconómicos.
La Education Endowment Foundation, una organización benéfica de Londres, tiene una base de datos de más de 3.500 estudios sobre educación. La organización la ha utilizado para crear una serie de revisiones sistemáticas que revelan el impacto en el aprendizaje de las tutorías, las tareas y el tamaño de las clases. Comparte la base de datos y las revisiones con varios países para evitar que otros repitan el trabajo.
Desafíos y obstáculos
La implementación de políticas basadas en evidencia representa un cambio paradigmático en la gobernanza. Tradicionalmente, muchas decisiones políticas se han basado en ideologías, intereses particulares o presiones económicas. Sin embargo, al fundamentar estas decisiones en datos científicos y resultados comprobados, se abre la puerta a una era de políticas más justas, equitativas y efectivas. Este enfoque también tiene el potencial de aumentar la confianza pública en las instituciones. Las decisiones se perciben como más transparentes y fundamentadas.
La recopilación y análisis de datos a gran escala requiere recursos significativos y una infraestructura robusta. Además, es esencial garantizar la calidad y la integridad de los datos, para evitar sesgos y asegurar que las conclusiones sean verdaderamente representativas. La colaboración entre diferentes disciplinas científicas y la integración de conocimientos locales y tradicionales también son aspectos críticos para el éxito de estos bancos de evidencia.
El sueño de los científicos es que cualquiera, en cualquier lugar, pueda ensamblar una síntesis adaptada a su pregunta y parte del mundo, prácticamente con solo presionar un botón. Para ello, a los investigadores les gustaría tener «bancos de evidencia»: bases de datos compartidas de estudios preseleccionados etiquetados con información, como el método y la ubicación, y con datos en un formato común para que puedan combinarse. Las herramientas de inteligencia artificial entrenadas se encargarían de la mayor parte del trabajo pesado de clasificar los estudios y sintetizar los datos, y los humanos comprobarían la calidad, por ejemplo, evaluando cualquier sesgo en los estudios subyacentes.