Los ganaderos incorporaron la deforestación química con Agente Naranja. Más lenta que la tala y la quema, pero con peores daños en el medioambiente y los ecosistemas
La alarmante la deforestación de la Amazonía no se detiene. Solo en 2023, un total de 18.296 kilómetros cuadrados de vegetación fueron destruidos. Ahora otra insidiosa amenaza se cierne sobre el Pantanal, el importante ecosistema brasileño. Los ganaderos están usando la deforestación química.
La técnica gana terreno en la región. Emplean herbicidas para acabar con los árboles a gran escala. Es más difícil de detectar que la tala tradicional y deja secuelas devastadoras en el ecosistema. Una investigación realizada por Repórter Brasil y Mighty Earth desveló la mayor deforestación en una zona protegida realizada con químicos por un ganadero en Brasil. Alcanzó las 81. 200 hectáreas, el equivalente a 4 veces el tamaño de Ámsterdam.
Las autoridades brasileñas responsabilizan de la destrucción a Claudecy Oliveira Lemes. Un ganadero que provee los mayores empacadores de carne del mundo, incluido JBS, un gigante brasileño de la carne vacuna que exporta a Estados Unidos y a la trasnacional Carrefour. El área deforestada es una franja de bosque protegido del tamaño de la ciudad de Nueva York. La mayor registrada en Mato Grosso, el estado algunas de las principales fronteras de expansión ganadera.
Técnica letal y sigilosa
Atendiendo denuncias anónimas, las autoridades forestales brasileñas descubrieron cuantiosos envases de herbicidas vacíos en zonas deforestadas el año pasado. A diferencia de los métodos tradicionales de tala y quema. Utilizaron productos químicos en lugar de motosierras para derribar los bosques. Una amenaza duradera para el medioambiente y la vida silvestre. Contamina el suelo, mata microorganismos e insectos y contaminar las aguas subterráneas. La lluvia puede arrastrar los químicos a los ríos, dañar algas y fitoplancton y alterar las cadenas alimentarias acuáticas a largo plazo.
La criminal modalidad fue adoptado por madereros y ganaderos para eludir los sistemas de monitoreo satelital, fundamental en la lucha contra la deforestación. Los herbicidas hacen que los árboles pierdan lentamente sus hojas y mueran, lo que dificulta diferenciar este proceso de una muerte natural.
El aumento significativo en el uso de herbicidas supone que la deforestación química es más frecuente de lo que se registra oficialmente. Rodrigo Agostinho, director de Ibama, afirma que se trata de una práctica muy común, pero son enormes dificultades para demostrarlo. Los sistemas de monitoreo tradicionales detectan la deforestación por los cambios bruscos en la cobertura forestal, pero resultan ineficaces. Ana Luiza Peterlini, fiscal que investiga el caso de Oleveira Lemes asentó que «se pueden deforestar miles de hectáreas en poco tiempo».
El ecocidio de Lemes
Investigaciones de Repórter Brasil y otras organizaciones ambientales demuestran que desde 2010, al menos 460 kilómetros cuadrados han sido deforestados con pesticidas en Brasil. Sin embargo, no existe un registro nacional de incidentes relacionados con la deforestación química en Brasil. Dificulta más su seguimiento y control.
Una nueva fotografía satelital del 14 de abril registra la alarmante realidad del corazón del Pantanal brasileño: 81.200 hectáreas fueron deforestada de manera ilegal. El crimen ambiental, considerado el mayor registrado hasta ahora en el estado de Mato Grosso se le atribuye a Claudecy Oliveira Lemes.
La zona deforestada está ubicada en el municipio de Barão do Melgaço en el Pantanal, el humedal de agua dulce más grande del mundo. Parte del cual ha sido reconocido como Patrimonio de la Humanidad y Reserva de la Biosfera por la Unesco y hogar de especies clave como el jaguar.
Mato Grosso es una de las principales fronteras de expansión ganadera del país. El ecocidio puso en evidencia la fragilidad de su ecosistema único y la complicidad de grandes corporaciones en su destrucción.
Según Repórter Brasil, Oliveira Lemes suministró ganado a JBS, la mayor industria de carne de vacuno de Brasil, a lo largo de 2023. Una investigación publicada por la ONG Mighty Earth’s reveló que Marfrig y Minerva, dos grandes frigoríficos del país, también compraron animales a Lemes en los últimos años.
El informe de Mighty Earth’s destaca que las plantas industriales abastecidas por Lemes son proveedores de los principales grupos minoristas que operan en Brasil, como Carrefour (una cadena alimentaria multinacional), Casino, Grupo Mateus y Sendas.
Agente naranja
La investigación reveló prácticas destructivas sin precedentes en las once fincas de Lemes. Como la pulverización aérea de un cóctel de veinticinco pesticidas. Entre ellos el 2,4-D, un componente del letal «Agente Naranja», con el que arrasó con la vegetación nativa para expandir su frontera ganadera. El Agente Naranja lo utilizó Estados Unidos como parte de su programa de guerra química en Vietnam.
João Gonçalves, director sénior de Mighty Earth’s en Brasil, declaró que «la matanza deliberada de árboles y vida silvestre en el Pantanal mediante la pulverización aérea el ‘Agente Naranja’, un compuesto altamente tóxico, es una guerra contra la naturaleza que libra la industria de la carne».
Mighty Earth’s descubrió que alrededor del 86% de la deforestación reciente en granjas de ganado que abastecen a las mayores empacadoras de carne como JBS, Marfrig y Minerva se produjo en el Pantanal.
«Para proteger el Pantanal y otros biomas valiosos de Brasil, las grandes empresas cárnicas y sus clientes minoristas deben asumir su responsabilidad y cortar todos los vínculos con los ganaderos que destruyen la naturaleza», afirmó Gonçalves.
Lavado de ganado
A pesar de las promesas de las empresas de combatir la deforestación en sus cadenas de suministro, la investigación de Repórter Brasil y Mighty Earth’s demuestra que el ganado de las propiedades de Lemes, incluso aquellas donde se han detectado prácticas destructivas como la pulverización aérea de pesticidas, llegó a los mataderos de las compañías.
La Hacienda Monique Vale, propiedad de Lemes, ubicada a 232 kilómetros del lugar de la deforestación, es un punto central en esta red. Envió ganado para ser sacrificado en dos unidades de JBS en 2023.
En un esquema de “lavado de ganado” la hacienda recibía regularmente animales de otras propiedades de Lemes para su engorde final antes del sacrificio. Incluídas cuatro de las once propiedades que sufrieron deforestación química en los últimos dos años. Luego los animales eran enviados a unidades de JBS, Marfrig y Minerva para su sacrificio.
La hacienda Soberana
En 2020, la Secretaría de Medio Ambiente de Mato Grosso (Sema-MT) embargó la Hacienda Soberana, una de las propiedades de Lemes, por la deforestación ilegal entre 2015 y 2019. El productor fue multado con 1,3 millones de dólares.
Ocasión en la que firmó un acuerdo con la fiscalía estatal en el que se comprometía a no realizar más deforestaciones en la propiedad. Pero la investigación policial demostró que el acuerdo se incumplió y se registraron nuevas deforestaciones con uso de pesticidas.
El informe Mighty Earth’s, publicado en julio de 2024, reveló que 3.447 hectáreas de vegetación nativa fueron destruidas en la Hacienda Soberana entre octubre y noviembre de 2023. A pesar de la primera deforestación ilegal en 2015, la hacienda seguía abasteciendo de ganado a Marfrig y Minerva. Los animales criados en la propiedad también eran enviados a haciendas que abastecían a dos unidades de Minerva en Mato Grosso.
JBS reconoce que bloqueó seis haciendas registradas a nombre de Lemes, pero no especifica cuáles. Marfrig, por su parte, afirmó que la última compra de ganado a la Hacienda Soberana, una de las fincas de Lemes donde se detectaron graves daños ambientales, ocurrió en 2019. El informe de Mighty Earth’s señala que la deforestación en esta propiedad continuó incluso después de esa fecha.
Minerva, a su vez, aseguró que la Hacienda Soberana no está registrada en su base de datos, aunque reconoce que el seguimiento de proveedores indirectos es un desafío para todo el sector. La empresa no aclaró si está segura de que los animales criados en esta finca o en otras propiedades recientemente deforestadas de la ganadería no llegan a sus unidades a través de la Hacienda Monique Vale.
Manipulación de registros
De acuerdo con la investigación de Repórter Brasil la última vez que la Hacienda Monique Vale suministró ganado a Minerva fue en septiembre de 2020. La empresa frigorífica realiza análisis geoespaciales antes de comprar el ganado y los estudios realizados en ese momento indicaron que la propiedad cumplía con los criterios socioambientales adoptados por Minerva.
La Fiscalía de Mato Grosso en 2022, inició una investigación sobre la deforestación ilegal de 127 hectáreas entre 2008 y 2021 en la hacienda Monique Vale. De acuerdo con los registros de Prodes, (programa del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales) que monitorea la deforestación a través de imágenes satelitales, la mayor deforestación en la hacienda se registró en 2017, afectó 117 hectáreas.
Lemes alegó en su defensa que el área deforestada en 2017 había sido vendida a otra persona y ya no formaba parte de la propiedad. Pero el propio ganadero incluyó esta área en un Registro Ambiental Rural de la propiedad en junio de 2022. Lemes volvió a cambiar el registro en octubre de 2022, suprimiendo precisamente el área deforestada en 2017, un mes antes de la investigación sobre la deforestación en la Hacienda Monique Vale.
Consecuencias a la vista
La carne procedente de los frigoríficos JBS, Marfrig y Minerva, los mayores procesadores de carne de Brasil, se vende en cientos de supermercados de Brasil. Con datos de la aplicación Pasture to Plate, Mighty Earth’s rastreó el origen de 1.665 productos cárnicos vendidos en 124 tiendas de los principales grupos minoristas de Brasil en 2023. Las cadenas de supermercados Carrefour, Casino, Grupo Mateus y Sendas.
Los resultados son contundentes. Las 38,248 hectáreas de vegetación nativa fueron deforestadas por proveedores directos de las mayores empacadoras de carne del país: JBS, Marfrig y Minerva. La cifra asciende a 72,457 hectáreas cuando se incluyen los 8,433 proveedores indirectos.
Para Cristiane Mazetti, portavoz de Greenpeace Brasil, el sector ganadero sigue siendo el principal impulsor de la deforestación en Brasil y los minoristas siguen contribuyendo a las emisiones de gases de efecto invernadero. «Estamos viendo sus consecuencias todos los días. Como las inundaciones en Rio Grande do Sul y la severa sequía en la Amazonia».
Mazetti afirma que tanto los minoristas que venden el producto final, como los mataderos que compran el ganado criado en zonas deforestadas, están retrasados en el cumplimiento de los compromisos asumidos con la sociedad civil. «Si estas empresas se toman en serio sus políticas socioambientales y climáticas, deberían monitorear y rastrear la cadena ganadera. Que son factores bien conocidos de deforestación».
Enero, 2023 Noviembre, 2023
Financiado por el Estado
La deforestación ilegal en Brasil no solo involucra al sector privado, sino también al gobierno brasileño. Una investigación de Greenpeace, basada en datos del Banco Central de Brasil, reveló que el ganadero Claudecy Oliveira Lemes recibió cuatro préstamos con tasas de interés subsidiadas del gobierno brasileño para inversiones en la Hacienda Soberana. Una propiedad embargada en 2020 por la Secretaría de Medio Ambiente.
El primer préstamo, por 1,8 millones de dólares, fue otorgado por el Banco do Brasil en marzo de 2021, más de un año después de que Hacienda La Soberana fuera incluida en la lista de propiedades embargadas por deforestación ilegal en Mato Grosso.
Una nueva regulación del Banco Central de Brasil que entró en vigor en junio de 2023 prohíbe la concesión de préstamos a productores con áreas embargadas por deforestación en todo el país. Pero solo menciona explícitamente el bloqueo de la financiación para propiedades con irregularidades identificadas por el Ibama, (organismo nacional de monitoreo ambiental).
Situación que permite a productores como Lemes, con propiedades embargadas por las autoridades estatales, seguir accediendo a financiamiento para otras explotaciones. Aunque parezca increíble incluso puede beneficiarse de financiamiento del estado para las propiedades que ya están embargadas.
La única salvedad es que no hayan sido registradas por el Ibama. «Es una laguna jurídica muy preocupante», dijo Cristiane Mazetti, portavoz de Greenpeace Brasil. Deja al margen las actuaciones de los organismos regionales. Como quedó en evidencia en el caso de Oliveria Lemes en Mato Grosso.
Veneno que mata a Pantanal
El caso de deforestación química de Claudecy Oliveira Lemes no tiene precedentes. Los fiscales acusan al ganadero brasileño de haber contratado un avión para rociar en el Pantanal productos químicos tóxicos en 777 kilómetros cuadrados (casi del tamaño de la isla de Mallorca). Con el fin de criar ganado en la zona mató miles de árboles. Lo que representa una nueva y preocupante amenaza para un ecosistema único .
Las pruebas recopiladas por las autoridades brasileñas revelaron residuos químicos en el suelo y en las hojas, y las imágenes satelitales mostraron una disminución constante de la vegetación, a pesar de la falta de incendios importantes.
La fiscal Peterlini dijo que también encontraron registros que mostraban que Lemes había gastado tres millones de dólares en defoliantes tóxicos. Así como planes de vuelo para rociar productos químicos sobre el terreno. En el pasado Lemes ya había sido multado por deforestar la zona.
La mayoría de los árboles del Pantanal no tienen un gran valor comercial, y matarlos para criar ganado es más rentable. En otras regiones de Brasil, incluida la Amazonia, los delincuentes prefieren talar los árboles y venderlos.
Casi mil millones de multa
Claudecy Oliveira Lemes optó por guardar silencio durante su testimonio virtual el 17 de abril del presente año ante la Policía Civil de Mato Grosso. Las investigaciones apuntan a que el ganadero habría invertido más de 4,7 millones dólares en la destrucción de 81 mil hectáreas de vegetación nativa utilizando pesticidas de manera ilegal.
El ganadero de 52 años ya había sido imputado antes en dos causas: intento de alterar el curso natural de un río y deforestación vegetación nativa en un área de especial preservación. También se le han impuesto 15 multas por daños al medio ambiente en Pantanal.
Las propiedades rurales de Lemes, ubicadas en el municipio de Barão de Melgaço, habrían sido el escenario de la devastación ambiental. Siete fincas sufrieron la destrucción de vegetación en áreas protegidas, causando un daño irreparable a la biodiversidad del Pantanal.
Entre julio y agosto de 2023, se emitieron nueve actas de infracción y nueve términos de embargo y veda por degradación ambiental que supuestamente habría sido realizada por el ganadero. Como resultado, Oliveira Lemes deberá pagar 997,7 mil millones de dólares entre multas aplicadas por la Secretaría de Estado de Medio Ambiente y valoración del daño ambiental. Considerado el peor registrado en el Estado de Mato Grosso.
A Lemes le impusieron además otras acciones legales que incluyen la confiscación preventiva de 11 fincas, el embargo judicial de los animales de estas propiedades, el embargo de las áreas afectadas y la suspensión de actividades económicas. Claudecy Oliveira Lemes también tiene prohibida la salida del país. Aunque el tribunal negó la prisión preventiva solicitada en dos ocasiones por la Fiscalía.
Ecosistema frágil y valioso
El Pantanal es uno de los reservorios de agua dulce más importantes del mundo. Contribuye a la conservación del suelo y a la estabilidad climática. Además de Brasil, los 250.000 km² del Pantanal cubren partes de Bolivia y Paraguay. Ocupa una superficie que equivale al tamaño de Bélgica, Suiza, Portugal y los Países Bajos juntos. Unas 20 veces el tamaño de las Everglades de Florida.
A diferencia de las selvas tropicales, que se caracterizan por una densa vegetación siempre verde, el Pantanal es un grupo de pastizales, sabanas, bosques secos y húmedos, y una extensa red de ríos, arroyos y lagos.
La heterogeneidad del hábitat es una de las claves de su diversidad ecológica. Los ríos y lagos del Pantanal albergan una rica biodiversidad con más de 3.700 especies de plantas y animales. Que incluye 580 aves, 271 peces, 174 mamíferos y 131 reptiles.
En cuanto a la flora, el Pantanal es hogar de diferentes tipos de vegetación adaptados a la dinámica estacional de inundaciones. Son característicos de su paisaje árboles como el imponente cambará y el piuva, con sus raíces adaptadas para respirar durante las inundaciones.
La deforestación impulsada por la expansión de la ganadería está acabando con el Pantanal. A las organizaciones ambientalistas les preocupa el incumplimiento del compromiso las empresas cárnicas respecto a la trazabilidad y sostenibilidad de sus productos.
Amenaza ganadera
Hasta ahora todos los ojos han estado puestos en la Amazonía. Pero la deforestación en el Pantanal es de igual gravedad. No sólo afecta a la biodiversidad, también altera los ciclos hidrológicos y aumenta el riesgo de incendios. En 2023 se deforestaron 49,600 hectáreas en el Pantanal. Representa un aumento del 59,2% en comparación con 2022.
Una nueva ley de la Unión Europea que prohíbe la importación de productos de zonas deforestadas después del 31 de diciembre de 2020 no incluye las zonas consideradas “no forestadas”. Significa que el 76% del Pantanal y el 73% del Cerrado, dos áreas amenazadas por la ganadería, quedan excluidos del ámbito de aplicación de la ley.
La ganadería brasileña cuenta con un acuerdo comercial para evitar la deforestación, pero este pacto sólo se aplica a las granjas y mataderos ubicados en la Amazonia. Las normas ambientales brasileñas para la tala de vegetación nativa también son más laxas en el Pantanal, donde las fincas deben preservar solo el 40% de la propiedad.
Casos como el de Claudecy Oliveira Lemes evidencian que pese al compromiso del gobierno brasileño con la deforestación cero y los acuerdos internacionales sobre clima y biodiversidad, la presión por aumentar la producción ganadera estimula la depredación de sus frágiles ecosistemas.
La codicia no tiene límites y apela a los peores recursos con métodos más sofisticados y difíciles de detectar. Como el uso Agente Naranja para la deforestación química del Pantanal.