Tras una batalla legal de trece años, persistente y sobre todo desigual, Chima Williams, un abogado ambientalista nigeriano, obtuvo un fallo histórico. Un dictamen judicial que se inclinó a favor de las comunidades de Goi y Oruma, en Nigeria. Y condenó a la multinacional energética Shell, por daños ambientales, luego de un gigantesco derrame de petróleo que afectó gravemente esas poblaciones agrícolas.
Sí, el duelo entre David y Goliat llega a su fin y resulta victorioso para un grupo de vecinos y ambientalistas dispuestos a lograr justicia. Todo empezó en los años 2004 y 2005. Una larga historia con un desenlace que sienta precedentes en los cada vez más frecuentes derrames de crudo en el mundo.
Nigeria es el decimotercer mayor productor de petróleo del mundo. La mayoría de los yacimientos petrolíferos del país se encuentran en el humedal más grande de África, el delta del Níger. Allí viven millones de personas estrechamente vinculadas a la tierra.
Y Shell, la cuarta multinacional energética del mundo, está siendo cuestionada por ecologistas y recientemente por accionistas en su plan de reducción de emisiones de carbono.
Chima Williams lleva mucho tiempo en la lucha. Fundó la Asamblea Ambiental de Estudiantes de Nigeria en 1998. El primer grupo de justicia ambiental dirigido por estudiantes del país. Y ahora es el director ejecutivo de Environmental Rights Action/Friends of the Earth Nigeria. Actualmente se desempeña como abogado ambientalista que procesa a corporaciones en casos de contaminación ambiental en Nigeria.
Entre 2004 y 2005, los derrames de petróleo causados por una subsidiaria de Shell, Shell Petroleum Development Co. of Nigeria (SPDC), contaminaron tierras de cultivo, agua y humedales en Goi y Oruma y sus alrededores. SPDC opera más de 6.000 km de tuberías en el delta del Níger.
Derrame de crudo de Shell contamina a Nigeria
Cuando Williams se enteró, organizó reuniones comunitarias y estudios de los daños. Reunió a las comunidades de Goi y Oruma para emprender acciones legales contra SPDC y Shell plc (todavía Royal Dutch Shell en ese momento, antes de su cambio de marca este año) en los Países Bajos.
La demanda contra Shell Nigeria fue presentada por cuatro agricultores de esa región rica en petróleo pero empobrecida del delta del Níger. Argumentaron que sus granjas quedaron en ruinas después de los grandes derrames y que el impacto ambiental duraría muchos años.
La decisión de permitir que Shell plc fuera demandada en esta jurisdicción sentó un precedente. Era la primera vez que la empresa matriz holandesa era demandada en su país de origen por las acciones de su filial extranjera, SPDC. Hace un año, un tribunal holandés también falló a favor de un grupo de ecologistas que reclaman mayor compromiso de la petrolera.
Shell Nigeria (SPDC) finalmente fue considerada responsable de los derrames de petróleo y se le ordenó pagar daños y perjuicios a los agricultores. En un fallo del 29 de enero de 2021 del Tribunal de Apelaciones de La Haya. SPDC también recibió la orden de llevar a cabo una limpieza intensiva de los daños a las comunidades, reseñó Mongabay.
La historia ha sido repasada y elogiada esta semana. Pues, Williams recibió el Premio Ambiental de The Goldman Environmental Foundation, con ceremonias en San Francisco y Washington.
Superando obstáculos ante la justicia
La constante lucha de Williams y los vecinos no se dio por vencida. Aunque se interpusieron trabas. Shell había abogado porque el caso fuera juzgado en Nigeria mientras rechazaba la responsabilidad por los derrames. En varias oportunidades manifestó que los vertidos fueron causados por el sabotaje de los oleoductos de su subsidiaria. En 2013, un tribunal inferior holandés dictaminó que la empresa matriz Shell no podía ser considerada responsable de las violaciones cometidas por su división nigeriana.
Sin embargo, Williams dice que él y su equipo legal siguieron adelante porque habían establecido que la empresa matriz en los Países Bajos tenía «flujo de autoridad» hacia la subsidiaria, Shell Nigeria. Y por lo tanto no podía estar exenta de sus decisiones y operaciones.
“Eso fue lo que nos dio la confianza para apelar el fallo. Y el Tribunal de Apelaciones estuvo de acuerdo con nosotros en que el tribunal de distrito estaba equivocado”, relató Williams.
«El primer fallo que obtuvimos favorablemente fue sobre la jurisdicción. El Tribunal Superior holandés con sede en La Haya dictaminó que tenía jurisdicción para escuchar los casos de Nigeria. Ese fue el primer obstáculo que superamos», recordó el abogado ambientalista.
Shell fijó posición. «Seguimos creyendo que los derrames en Oruma y Goi fueron el resultado de un sabotaje. Estamos decepcionados de que este tribunal haya llegado a una conclusión diferente sobre la causa de estos derrames». Y reiteró que el sabotaje, el robo de petróleo y la refinación ilegal son «un gran desafío» en la región.
El portavoz de Shell Nigeria, Bamidele Odugbesan, dijo a CNN que la compañía había llegado a un acuerdo con los cuatro agricultores de las comunidades de Goi y Oruma después del fallo. Y que los representantes están “trabajando amablemente en la actualización del fallo”.
Cientos de derrames de petróleo cada año
Shell es el operador petrolero más grande en el delta del Níger, la región productora de petróleo más grande de Nigeria y de África. Sus residentes enfrentan altos índices de pobreza. Y un medio ambiente en gran parte degradado, debido a cientos de derrames cada año.
«Tenemos aguas subterráneas contaminadas con benceno 900 veces por encima del nivel de la OMS. Tenemos tierras de cultivo con bajos rendimientos, ríos en los que apenas se puede pescar. Miles de muertes neonatales cada año como resultado de los derrames. Hemos reducido la neuroplasticidad del cerebro como resultado de la contaminación por petróleo”, señaló el activista del delta del Níger, Saatah Nubari.
Adicionó el ambientalista que «el delta del Níger es un cementerio de seres vivos. Nunca sabremos cuánto daño se ha hecho hasta que auditemos todo el medio ambiente».
Durante muchos años, no solo en el juicio, Shell ha atribuido la mayoría de los derrames a robos y sabotajes por parte de los lugareños.
“Más del 95% de los incidentes de derrames en nuestras operaciones son causados por sabotaje”, reiteró Odugbesan a CNN. «A lo largo de nuestras operaciones a nivel mundial, en 2021, solo registramos el robo de crudo en Nigeria. Y esto tiene implicaciones en nuestro costo. Cuando nuestras instalaciones son manipuladas y hay un derrame, gastamos dinero para detener el derrame. Reparar nuestra instalación, limpiar y remediar el medio ambiente».
La otra cara y la vencedora
Nubari cree que las compañías petroleras son «intocables e irresponsables en Nigeria. Es por eso que las comunidades y las personas acuden a los tribunales extranjeros para obtener justicia».
Williams está de acuerdo en que es difícil hacer que las multinacionales rindan cuentas a través de las agencias gubernamentales en Nigeria.
El portavoz de Shell Nigeria, Odugbesan, negó que Shell sea intocable en Nigeria. Afirmó que la empresa pagó alrededor de 50.000 millones de nairas en 2021 (alrededor de $111 millones) después de haber sido demandada por otra comunidad.
Para Williams, su larga batalla legal ha tenido altibajos.
“En 2008, fui arrestado en una instalación de Shell cuando fui a exponer que Shell todavía estaba quemando gas. A pesar de un fallo judicial de 2005 que les ordenó detener la quema de gas en la comunidad de Iwhrekan, en el delta del Níger”, recordó.
Williams elogió otras decisiones judiciales que han señalado victorias para las comunidades agraviadas del delta del Níger.
«Después del 29 de enero, ha habido muchas decisiones judiciales positivas dentro y fuera de Nigeria. Hay grandes aspectos positivos que estas sentencias han traído para proteger el medio ambiente del delta del Níger», resaltó.
Varios derrames, varias demandas
Hoy, la industria petrolera en Nigeria enfrenta un ajuste de cuentas con Shell a la cabeza. Según Amnistía Internacional, la compañía petrolera ha sido objeto de un “escrutinio legal sin precedentes” en los últimos años por sus prácticas negligentes y criminales en el delta del Níger.
Varias demandas están en curso, mientras que otras han culminado en tribunales que ordenan a Shell que pague a los demandantes miles de millones de dólares en daños. La creciente presión tiene a Shell considerando una salida rápida del mercado petrolero de la región, reseñó The Guardian.
A principios de agosto de 2021, la compañía anunció que vendería todos los yacimientos petrolíferos terrestres restantes en Nigeria. Citando desafíos con disturbios comunitarios, sabotaje y un nuevo enfoque en toda la compañía para promover la energía verde.
Pero los lugareños y los abogados ven la medida como que Shell elude su responsabilidad de limpiar lo que ensucia. En marzo, un tribunal prohibió a Shell vender más activos en Nigeria. Mientras que la empresa apela un fallo en el que se le declara responsable de un derrame de petróleo de 2019. Y se le ordena pagar a las comunidades afectadas casi 2.000 millones de dólares en daños.
“Es incomprensible imaginar que si estos derrames y este nivel de contaminación ocurrieran en América del Norte o Europa, se permitiría que sucediera”, dijo Mark Dummett, director del programa de asuntos globales de Amnistía Internacional.
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