Por Cambio16
14/03/2017
El concepto de liderazgo se ha modificado enormemente en los últimos años. Antes se creía que un buen líder era aquel que mostraba entereza y autoridad, tomando decisiones difíciles en nombre del grupo de personas a las que dirigía. Sin embargo, este modelo de liderazgo hacía que aquellos a la cabeza fueran vistos como sujetos extraordinarios y difíciles de equiparar e impedía que las empresas crecieran de manera integral.
Por este motivo, los líderes de hoy buscan acercase a sus colaboradores con empatía y carisma. Muchos recurren a expresiones como “mi puerta siempre está abierta” para demostrar que están dispuestos a escuchar sugerencias y demás comentarios en cualquier momento. Sin embargo, este intento por ser más cercanos a los colaboradores puede ser saboteado por factores que pasan desapercibidos la mayoría de las veces, afirma la Harvard Business Review (HBR)
Dirigirse a los trabajadores con expresiones como “cuenten conmigo” o “mi puerta siempre está abierta” puede ser una acción bien intencionada que solo busca establecer un puente entre el líder y sus colaboradores. Sin embargo, la investigación realizada por HBR, los líderes no son conscientes de lo que implica para un subordinado expresarse con sinceridad ante la persona que lo dirige. Esto se debe a que cuando una persona ostenta un puesto importante tiende a olvidar lo que se siente estar por debajo de la línea de poder. Muchos colaboradores temen exceder su sinceridad y decir algo que pueda poner en riesgo su empleo.
Por estos motivos, HBR sugiere tener en consideración los siguientes factores:
¿Existe verdadero interés en la opinión de los demás?: el líder debe ser honesto consigo mismo y discernir entre quiénes pueden aportar a su labor y quiénes no. Cabe resaltar que entre las personas cuya opinión sea importante pueden encontrarse individuos de todas las posiciones, no exclusivamente aquellos con poder.
¿Cuáles son los riesgos detrás de expresarse honestamente?: la forma en que el líder responde cada vez que un colaborador comunica algún problema o sugerencia dibuja una línea límite entre lo que se puede decir y lo que no. Esto constituye un factor de riesgo si se desea que los colaboradores sean completamente transparentes en sus comunicaciones. Es importante mostrarse presto a escuchar y responder con asertividad en todo momento. En caso se presente algún percance, recuerde siempre ofrecer las explicaciones y disculpas necesarias para mantener un ambiente cordial con sus colaboradores.
Las etiquetas que se usan definen las reglas del juego: las personas etiquetan a las demás de manera instintiva, pero los líderes deben evitar que esas etiquetas pongan límites a la cercanía con sus colaboradores al punto que impidan que estos se expresen libremente. No se debe olvidar que existen parámetros que se establecen a priori entre la autoridad y sus subordinados. Evite sumar más vallas a los canales de comunicación.
Establecer puentes entre el líder y sus colaboradores es una labor que demanda de la autoridad una completa conciencia de sus propios deseos, pensamientos y reacciones. Además, es importante que el líder salga de su oficina y se involucre con sus trabajadores con acciones que van más allá del lenguaje verbal.