Por Iñigo Aduriz
ACTUALIZADO 28/07/2016
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Se han despejado todas las dudas: ni el PNV ni la antigua CDC están dispuestos a respaldar un Gobierno del PP presidido por Mariano Rajoy ni por activa ni por pasiva. Ambas formaciones se han reunido con el Rey con motivo de la ronda de contactos, la cuarta en lo que va de año, a través de la cual el monarca pretende contemplar qué posibilidades hay de que en las próximas semanas tenga lugar una sesión de investidura y de que el líder de los populares vuelva a ser elegido como presidente. Y las dos han dejado claro que votarán que ‘no’ a Rajoy tanto en la primera como en las sucesivas votaciones.
¿Crees que habrá terceras elecciones? https://t.co/kwlqBel2Nx #PP #PSOE #Podemos #Ciudadanos #IU
— Cambio16 (@Cambio16) 27 de julio de 2016
Las terceras elecciones están más cerca de lo que se esperaba en las últimas semanas. Y es que las fuerzas nacionalistas han insistido en que las negociaciones que han mantenido con el PP para escoger a los integrantes de la Mesa del Congreso y para conformar los distintos grupos parlamentarios nada tienen que ver con el hecho de que, como contrapartida, vayan a facilitar a Rajoy su reelección como jefe del Ejecutivo. «Si se creen que por cedernos cuatro senadores vamos a votarles que ‘sí’ están equivocados. Vamos a votar ‘no’ y ‘no’«, explicaba tajante el portavoz del PNV en el Congreso, Aitor Esteban, justo después de su encuentro con el monarca.
Aún existen, sin embargo, al menos dos vías para que se desbloquee la situación y se eviten esas terceras elecciones que se producirían en todo caso el próximo otoño. Porque más que un veto al PP lo que han señalado partidos como Ciudadanos –que sí se abstendría en una segunda votación pero que en ningún caso votaría ‘sí’ a la reelección– o el propio PNV es que no van a apoyar que Rajoy vuelva a La Moncloa. Los primeros, porque consideran que los casos de corrupción que han salpicado al PP –el último se conoció este mismo miércoles con el procesamiento del partido por el borrado de los ordenadores de Bárcenas– y la inacción de su presidente no merecen un respaldo a su máximo responsable orgánico.
Un candidato alternativo pero del PP
Y los segundos, porque la política del rodillo y el antinacionalismo de los populares han congelado las relaciones entre Madrid y Vitoria en materias tan sensibles para los vascos como la transferencia de las competencias pendientes de acuerdo al Estatuto de Gernika o incluso en la política antiterrorista y en el avance en la consolidación del proceso de paz abierto en Euskadi a raíz de que ETA anunciara el cese definitivo de su actividad armada. También el PSOE se niega a facilitar a Rajoy la vuelta a La Moncloa con la abstención que le piden desde el PP, no sólo porque el de los populares es su principal rival político sino también por la gestión del país y de su propio partido que en las últimas legislaturas ha llevado a cabo el de Pontevedra.
El escenario podría cambiar, sin embargo, en el caso de que Rajoy diera un paso atrás y otro dirigente del partido elegido en las urnas el pasado 26 de junio decidiera intentar presentarse a la investidura con el compromiso de reformar tanto la forma de gobernar del PP como su gestión interna, así como restaurar las relaciones y el clima de negociación con el resto de las formaciones políticas. Sólo así Ciudadanos podría plantearse su ‘sí’ a un Gobierno de los populares, lo cual implicaría que a los 137 diputados populares se unirían los 32 de la formación naranja, y la mayoría se situaría cerca en el caso de que otros partidos como el propio PNV se abstuviera en pro de la gobernabilidad y tras una negociación satisfactoria con sus intereses.
Un paso adelante de Pedro Sánchez
Los plazos son ajustados pero un giro de esas características podría dar como resultado la formación de un Ejecutivo. La otra vía tendría en el centro al PSOE y a su candidato, Pedro Sánchez, a quien, según han comentado en las últimas horas las confluencias de Podemos y los partidos nacionalistas, le facilitarían el camino en el caso de que decidiera ofrecerse ante el Rey como candidato a la investidura como sucedió, sin éxito, en la última y breve legislatura.
Existirían también varias opciones complicadas pero no imposibles para lograr más ‘síes’ que ‘noes’ en esa hipotética votación de la investidura del líder socialista. Sólo con que Sánchez lograra sumar a los del PSOE (85), los votos de Unidos Podemos y sus confluencias (71) y el de Coalición Canaria (1), en una suerte de frente de izquierdas, así como la abstención de PNV, CDC y Ciudadanos –que podría volver a apelar a la «responsabilidad» de desbloquear la situación como lo ha hecho anunciando su abstención a la investidura de Rajoy– obtendría más apoyos que rechazos a su elección como presidente del Gobierno. Con 157 votos, tendría más votos favorables que los ‘noes’ de PP (137), ERC (9) y EH Bildu (2), que sumarían 148.
Otra posibilidad es que Sánchez intentara, de nuevo, una fórmula transversal como la que ya probó la legislatura pasada pero que no obtuvo los frutos esperados. Esta opción implicaría llegar a un acuerdo tanto con Ciudadanos como con Podemos y sus confluencias. La suma de los diputados de PSOE (85), la formación morada y los grupos que le apoyan (71), y el partido que dirige Albert Rivera (32) alcanzaría la mayoría absoluta con 188 votos. Esta fórmula se presenta como la más complicada por los vetos mutuos que se han consignado hasta el momento las llamadas fuerzas emergentes. Pero las encuestas publicadas desde el 26J han demostrado que ni a Ciudadanos ni a Podemos les convienen unas nuevas elecciones.