Cada día hay un nuevo estudio que corrobora lo perjudicial que son los alimentos ultraprocesados. Pero en el agitado mundo moderno, lleno de prisas y dificultades financieras comer lo más rápidamente posible y al menor costo es la primera opción para muchos. Es el mercado cautivo de la comida rápida y los ultraprocesados. Sin embargo, existe un movimiento que aspira a que, como se hizo con el tabaco, estos productos lleven una etiqueta: “Advertencia: alimento ultraprocesado, muy perjudicial para su salud”.
Los alimentos ultraprocesados requieren intensos procesos de fabricación y contienen ingredientes poco saludables y hasta dañinos: azúcares añadidos, grasas saturadas, sodio, colorantes artificiales, acidulantes, anticoagulantes, preservativos, aromatizantes y otros químicos. Suelen tener alto contenido calórico y bajo valor nutricional. Comida chatarra.
Su consumo ha aumentado con la urbanización, los cambios en los patrones de consumo y la disponibilidad de los productos en supermercados y tiendas de conveniencia. A menudo, son más baratos y están mejor presentados que los alimentos frescos y naturales. Ahí su atractivo.
Aumenta el consumo
Un estudio publicado en el European Journal of Public Health, el consumo de alimentos ultraprocesados en Europa ha experimentado un aumento significativo desde la década de los sesenta. Su ingesta diaria promedio s oscila entre el 10% y el 30% del total de calorías consumidas. Otro estudio realizado por el Instituto Nacional de Investigación Agraria y Alimentaria de España, que utilizó datos de encuestas de consumo en diferentes países europeos, demostró que los ultraprocesados representan el 25% del consumo total de alimentos en la población adulta de la Unión Europea. Además de un consumo particularmente alto entre los jóvenes.
En el Reino Unido y Estados Unidos, más de la mitad de la dieta promedio la componen alimentos ultraprocesados hasta en un 80%, especialmente los más jóvenes, menos recursos económicos o provenientes de áreas desfavorecidas. En Latinoamérica representan más del 50% de las calorías consumidas diariamente.
Productos, no alimentos
Los alimentos ultraprocesados no son realmente alimentos, sino productos manufacturados comestibles que han sido están elaborados a partir de sustancias e ingredientes derivados de otros alimentos. La Organización Panamericana de la Salud define los productos ultraprocesados como formulaciones industriales principalmente compuestas por sustancias extraídas o derivadas de alimentos, además de aditivos y cosméticos que se utilizan para imitar las características de los alimentos naturales. Carecen de equilibrio nutricional, presentan altos niveles de azúcares libres, grasas totales, grasas saturadas y sodio. Mientras que su contenido de proteínas, fibra, minerales y vitaminas es muy bajo.
Además, suelen tener características organolépticas (como sabor y textura) que estimulan el cerebro, aumentan el apetito y el ansia de satisfacción de los consumidores. Los ingredientes sintéticos no forman parte de la evolución humana y al introducirlos en la dieta nos sobreestimulan. Cuando experimentamos sabores extremos, nuestro cerebro nos impulsa a repetirlos.
Desplaza las dietas sanas
Los alimentos ultraprocesados están directamente relacionados con 32 efectos perjudiciales para la salud, incluido un mayor riesgo de enfermedades cardíacas, cáncer, diabetes tipo 2, salud mental y mortalidad prematura.
El profesor Carlos Monteiro, de la Universidad de São Paulo, afirma que los alimentos ultraprocesados van ganando terreno y dominando las dietas en el mundo. “A pesar del riesgo que representan para la salud en términos de empeorar múltiples enfermedades crónicas están desplazando opciones más saludables y menos procesadas», dijo.
Los ultraprocesados contribuyen a la pandemia de obesidad y otras enfermedades crónicas como la diabetes. Muchos se presentan como «sanos» como cereales, barritas de proteínas, bebidas gaseosas, platos precocinados y comida para microondas.
Etiqueta de advertencia
Hace 15 años, el profesor Carlos Monteiro y sus colegas introdujeron la expresión “alimentos ultraprocesados”. El sistema de clasificación de alimentos que idearon, llamado “Nova” evalúa el contenido nutricional de los alimentos y los procesos mediante los cuales son manufacturados:. Alimentos mínimamente procesados, ingredientes culinarios procesados, alimentos procesados y alimentos ultraprocesados.
Monteiro, en una entrevista con The Guardian, expresó su preocupación por su impacto en la salud humana. Señala que los estudios y revisiones no son suficientes para alertar al público sobre los riesgos para la salud. Propone campañas similares a las que se realizan contra el tabaco. Además, sugiere restringir su publicidad, introducir advertencias en los envases (similar a las cajetillas de cigarrillos) y prohibir su venta en escuelas y centros de salud. También aboga por gravarlas fuertemente y destinar los ingresos a subvencionar alimentos frescos.
Existen paralelismos entre los alimentos ultraprocesados y las empresas tabacaleras. Causan numerosas enfermedades graves y mortalidad prematura. Ambos son producidos por empresas transnacionales que invierten parte de los enormes beneficios que obtienen con sus atractivos/adictivos productos en agresivas estrategias de mercadeo y en presionar contra la regulación.
Identifíquelos
Mientras la propuesta de Monteiro cristaliza, los nutricionistas recomiendan lee las etiquetas. Por ejemplo, si un alimento contiene más de cinco ingredientes distintos, incluyendo azúcares, harinas refinadas, aceites vegetales refinados, aditivos o sal, es un producto ultraprocesado con toda seguridad.
- Busque ingredientes artificiales y aditivos: Como saborizantes, colorantes y conservantes, que se agregan para mejorar el sabor y la apariencia del producto. Busque palabras como “sabor artificial”, “colorante” y “conservante”.
- Revise la etiqueta nutricional: Si un producto tiene una alta cantidad de grasas saturadas, azúcares y sodio, es probable que sea ultraprocesado.
- Considere la apariencia del producto: Suelen tener una apariencia uniforme y una textura suave. Por ejemplo, los nuggets de pollo y las salchichas.
- Si requieren un proceso de producción complejo y tecnológico. Los cereales para el desayuno que se producen mediante extrusión son típicamente productos ultraprocesados.
Lo malo no es el proceso
La principal diferencia entre los alimentos procesados y los ultraprocesados radica en la cantidad y calidad de los ingredientes agregados. Mientras que los alimentos procesados generalmente contienen uno o dos ingredientes adicionales para mejorar su sabor o prolongar su vida útil, los alimentos ultraprocesados incorporan una gran cantidad de ingredientes artificiales y aditivos.
En muchas ocasiones, los productos ultraprocesados se presentan con afirmaciones de salud en sus envases. Utilizadas por las marcas para promover su consumo. Por ejemplo, leyendas como “rico en fibra” o “bajo en grasas”. Los nutricionistas advierten que, aunque una barra de cereal pueda afirmar ser “baja en calorías”, su pequeño tamaño puede llevar al consumidor a comer dos o incluso tres barras debido al exceso de azúcares o edulcorantes. Otro ejemplo son las ensaladas envasadas, que, a pesar de contener brotes verdes, suelen tener pan elaborado con harinas refinadas y salsas con aceites refinados, sal y azúcares.
¿Existen productos ultraprocesados beneficiosos? Si al revisar la etiqueta, el producto contiene entre uno y cinco ingredientes, sin cantidades significativas de azúcar añadido, harina refinada o aceite vegetal, puede considerarse un producto ultraprocesado que no perjudica la salud. Algunos ejemplos de estos productos son: yogures naturales sin azúcar añadido, fruta deshidratada (consumida con moderación debido a su contenido de azúcar) y verduras congeladas. Sí, son pocos, pero existen.