En los mayores de decomisos individuales se encontraban grandes cantidades de corales, cocodrilos y elefantes, ausencias deliberadas que agrandan la crisis del clima
No solo los ataques directos al medio ambiente provocan alternaciones meteorológicas, también la ausencia de equilibrio en los ecosistemas atenta contra la vida en el planeta. Una pieza clave en esta armonía y, que muchas veces se pasa por alto, es el gigantesco comercio legal e ilegal de animales silvestres que desafía leyes y alcabalas para transgredir las normas de la naturaleza y avivar el cambio climático.
«Más de 4.000 especies son víctimas del tráfico de vida silvestre que causa daños incalculables a la naturaleza», alertó la ONU.
Los delitos contra la vida silvestre están impulsados por la demanda de medicinas, mascotas, carne de estos animales, plantas ornamentales y trofeos. De todos los mamíferos, aves, reptiles y anfibios incautados, el 40% está incluido en la ‘lista roja de especies amenazadas o casi amenazadas’.
El comercio está activo en más del 80% de los países, y las incautaciones representan una pequeña fracción del crimen total, según el informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. “A pesar de las lagunas en el conocimiento sobre el alcance total del tráfico de vida silvestre y los delitos asociados, hay evidencia de que esto sigue siendo un problema global importante que está lejos de resolverse”.
Los investigadores analizaron unas 140.000 incautaciones de vida silvestre que tuvieron lugar entre 2015 y 2021. Examinaron los impactos, las tendencias y los impulsores del comercio. En el mayor número de decomisos individuales se encontraban corales y reptiles como cocodrilos y elefantes. Estas ausencias deliberadas agrandan la crisis del clima.
Los delitos contra la vida silvestre parecen haber sido un factor determinante en las extinciones locales y globales de animales y plantas. Sin embargo, revela el documento, algunas especies que son las más afectadas reciben poca atención pública.
Los animales silvestres detienen el cambio climático
Partes del cuerpo o los huesos de animales como pangolines, caballitos de mar y grandes felinos a menudo se utilizan en medicina. Los loros e iguanas son buscados como mascotas y las orquídeas como plantas ornamentales.
En esos seis años se incautaron unas 16.000 toneladas de mercancías. «Los niveles reales de tráfico ilegal de vida silvestre son, por supuesto, mucho mayores que las incautaciones registradas», afirman los investigadores.
«Los delitos contra la vida silvestre causan daños incalculables a la naturaleza y también ponen en peligro los medios de vida. La salud pública, la buena gobernanza y la capacidad de nuestro planeta para luchar contra el cambio climático», señaló Ghada Waly, directora ejecutiva de la agencia de la ONU.
Otra investigación, realizada entre The Revelator -un sitio en internet dedicado a análisis e historias sobre la conservación- y Earth Journalism Network de Internews que reúne a periodistas ambientales, aborda la penosa situación de algunas especies.
Indicó que según los registros comerciales, entre 2012 y 2021 se capturaron más de 400.000 tortugas de Asia Central del medio silvestre para venderlas internacionalmente. Cerca de la mitad de los animales de esa década fueron importados a Estados Unidos, donde el precio de los reptiles, también conocidos como tortugas rusas, es de apenas 100 a 200 dólares.
Estas mismas tortugas, aseguran los científicos, podrían haber proporcionado beneficios climáticos invaluables al planeta en estado salvaje. Un estudio identificó muchos animales salvajes con un alto potencial para proteger y mejorar el almacenamiento de carbono en paisajes naturales, como una manera de frenar el cambio climático. Entre ellas se encontraban especies de tortugas que viven en lugares semiáridos, en Asia Central.
Hacen falta dos para bailar un tango
Ejemplos como el de las tortugas ilustran por qué varias organizaciones asistentes a la última cumbre del clima, la COP28, pidieron que incluyeran la conservación de la vida silvestre en las deliberaciones. Justamente por el papel fundamental que pueden desempeñar los animales salvajes en la mitigación del cambio climático.
International Animal Rescue exigió en la cumbre que dieran a la fauna salvaje un sitio en la mesa. Su director ejecutivo, Gavin Bruce, escribió: “Al conservar la fauna salvaje y sus hábitats, se protegen los bosques. Garantizando que millones de toneladas de carbono permanezcan almacenadas en la flora y en la turba profunda que hay debajo”.
Es esa interacción entre fauna y hábitat lo que marca la diferencia para el clima. El ecologista Simon Mustoe escribió en su libro ‘Wildlife in the Balance’, de 2022, “hacen falta dos para bailar un tango” cuando se trata del funcionamiento de los ecosistemas. En consecuencia, “si se pierde la vida salvaje, se pierde la base para que funcione cualquier remedio medioambiental”, confió a The Revelator.
Mustoe aseguró que para capear las crisis medioambientales y el cambio climático en avance, se deben proteger y restaurar las poblaciones de animales salvajes. Para lograrlo, los expertos dicen que el comercio legal de especies silvestres necesita una revisión.
“La explotación de animales salvajes es una de las mayores amenazas para la supervivencia de las especies”, consideró la bióloga Sandra Altherr, cofundadora de la organización sin ánimo de lucro Pro Wildlife.
Vida salvaje para mitigar la crisis climática
En 2023, Altherr se asoció con otros investigadores para estudiar la sostenibilidad del comercio legal de animales salvajes. Su trabajo subrayaba que el comercio puede ser sostenible si se gestiona bien. Pero encontraron pocas pruebas de sostenibilidad en la mayor parte del comercio.
El documento destaca 183 casos de comercio legal pero aparentemente insostenible, entre ellos el del tiburón de arrecife de puntas negras. Explotado para carne, aletas y acuarios públicos, la población del tiburón se ha desplomado en un 30-49% en tres generaciones. Esto es una mala noticia para el clima, ya que el estudio sobre el almacenamiento de carbono señalaba a los tiburones punta negra, limón y tigre como especies clave para aumentar la absorción de CO2 en los ecosistemas de arrecife.
Asimismo, los corales y los peces de arrecife son fuertemente explotados para el comercio de acuarios. Las investigaciones sugieren que estos animales son importantes tanto para la mitigación como para la adaptación al clima, ya que los peces herbívoros de arrecife mejoran el almacenamiento de carbono. Y la infraestructura coralina brinda protección contra tormentas en medio de eventos climáticos extremos.
«Nuestros estudios son sólo la punta indicativa del iceberg», afirma. «Suponemos que muchas más especies de vida silvestre, probablemente miles, se utilizan en una escala no sostenible».
Además, el comercio legal está sujeto a distintos controles. La mayoría de los países son parte de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres, que regula el comercio internacional de unas 6.610 especies animales. Junto con decenas de miles de plantas.
Altherr dice que a menudo se supone que el comercio legal de vida silvestre es sostenible. Pero ella y sus coautores argumentaron que esta suposición es errónea, ya que la mayor parte del comercio carece de evidencia que respalde la sostenibilidad.
Mucho que perder, mucho que ganar
Los investigadores destacaron evidencia que sugiere que entre 2000 y 2010 se produjo un lavado a gran escala de aves silvestres de las Islas Salomón. Esto incluía a los cálaos, otro grupo de animales que el estudio de almacenamiento de carbono identificó como importante para la mitigación climática basada en la naturaleza.
De manera similar, los tigres también pueden aportar beneficios climáticos cuando se los protege en su hábitat natural. El estudio encontró que el establecimiento por parte de la India de reservas forestales para los tigres ayudó al país a evitar más de un millón de toneladas métricas de emisiones de gases de efecto invernadero entre 2007 y 2020.
Para el ecologista Mustoe, la gente tiene mucho que ganar (o perder) con respecto a cómo les va a los animales salvajes en el futuro y al planeta de cara al cambio climático.
«Es la interacción entre animales lo que impulsa todos los servicios ecosistémicos y el sustento de la vida», afirmó. Los animales salvajes operan en todo el planeta y en todos los niveles, explicó, desde el microscópico hasta la megafauna, proporcionando invaluables beneficios ambientales junto con ventajas climáticas. Como fuentes de agua purificada, cultivos alimentarios polinizados y reducción del riesgo de enfermedades.
“Lo más sencillo que podemos hacer para allanar el camino hacia un futuro que sea más cómodo para la humanidad en todos los niveles (seguridad alimentaria, seguridad hídrica, seguridad climática, seguridad contra las enfermedades, todo) es reconstruir la vida silvestre”, sostuvo.