El ministro de Consumo, Alberto Garzón, anunció que afina detalles para aplicar impuestos a las bebidas azucaradas e introducir el código de etiquetado Nutriscore en el mercado español. El funcionario estuvo abonando el terreno antes de hacer los anuncios, que implican costes, limitaciones y cambios en la comercialización de esos productos. Se refirió a las altas cifras de sobrepeso y obesidad infantil en el país, como consecuencia de una mala alimentación.
Las medidas que prevé aplicar ese despacho incluyen, además de las impositivas, una mayor concienciación del valor nutritivo de las frutas y hortalizas. Dijo que se fomentará una mejor alimentación en los colegios y se inducirá a “cambiar los valores” de la publicidad infantil.
Garzón apeló al Estudio Aladino 2019 sobre Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad en España para sustentar su posición.
“En España la obesidad infantil es del 23% entre las familias de renta baja. El doble que entre las familias de renta alta. La obesidad infantil es un problema de clase y combatirlo es una prioridad del @consumogob”, escribió en Twitter. Podría interpretarse que se pechará más al consumo de los más pobres.
El Estudio Aladino se realizó entre octubre y diciembre de 2019 en las 17 comunidades autónomas y 2 ciudades autónomas del territorio nacional. De acuerdo con los resultados, se observó “una tendencia descendente del exceso de peso desde 2011 y estabilización respecto a 2015. Aunque la prevalencia de sobrepeso y obesidad de los escolares de 6 a 9 años en España sigue siendo elevada”.
Impuesto a las bebidas azucaradas y otras medidas
Garzón informó que “a principios de 2021” será aprobado el código de etiquetado Nutriscore. Es una medida para que la persona que vaya al supermercado pueda saber de una forma inmediata si ese producto pertenece a la rama del producto más saludable o menos saludable”.
Esta iniciativa se aplica en países como el Reino Unido, Irlanda o Francia, entre otros, que castigan a las bebidas gaseosas.
Respecto al aumento de impuestos, no dio detalles del porcentaje. Tampoco ha hablado de plazos ni de los tipos de bebidas, aunque podría ser similar al aprobado en Cataluña, que está vigente desde 2017.
En esa comunidad se aplica un ajuste de 8 céntimos por litro más para las bebidas que tengan entre 5 y 8 gramos de azúcar cada 100 mililitros . Y 12 céntimos para las que superen el umbral. Por ejemplo, la botella de 2 litros de Fanta sube de 1.59 euros a 1.84 euros.
Luego de tres años de vigencia del tributo, se han vendido 22% menos de refrescos, y la población se ha ido desligando más de estos productos por considerarlos más insanos.
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