Por Cambio16
26/2/2018
Los combustibles fósiles dominan el 81% del mercado mundial. Esto según un estudio realizado por la Agencia Internacional de Energía (la OCDE para la energía). En esencia los combustibles fósiles son cuatro, petróleo, carbón, gas natural y gas licuado del petróleo.
El sector nuclear compone el 5%, con el 14% de energías renovables. Los paneles solares y las turbinas eólicas contribuyen con un 0.8%. La biomasa también representa un sector importante, el 4.91% aproximadamente.
El otro contribuyente principal de las energías renovables es el 2.5% de energía hidroeléctrica. En total, eso representa el 12.4%. El último 1.6% proviene principalmente de energía geotérmica (0.57%) y turbinas eólicas (0.61%) junto con calentadores solares en China, energía de marea, etc. (0.26%) y paneles solares (0.19%).
Los combustibles fósiles y las renovables
El estudio afirma que los paneles solares y las turbinas eólicas constituyen una parte muy pequeña de la combinación energética global. Las estimaciones más recientes de demanda de energía para 2016 muestran la división en energías renovables.
Varios países han ido analizando su proceso actual en el tema. A principios de este año el Parlamento Irlandés prohibió la exploración de combustibles fósiles. El Parlamento irlandés votó a favor de prohibir que el gobierno conceda permisos para la exploración. En concreto de combustibles fósiles en aguas territoriales. La legislación fue respaldada por miles de activistas, ciudadanos y parlamentarios. Para sorpresa de muchos.
Mientras tanto en República Dominicana anunció esta semana una medida de reducción de combustibles fósiles. Una empresa redujo en 40% el uso de combustibles con un sistema fotovoltáico diesel.
El desafió de los combustibles fósiles
Hace poco el Banco Europeo de Inversión (BEI) aprobó la concesión de un préstamo de 1.500 millones de euros. Esto destinado a la construcción del Gasoducto Transadriático (TAP). El proyecto conectará los campos de gas natural de Azerbaiyán con el sur de Italia. Hasta ahora ha recibido numerosas críticas por la escasa planificación climática de la Comisión Europea. La idea es que el corredor sea menos contaminante que el carbón.