En la conversación exclusiva con Jorge Neri Bonilla, editor de Cambio16, el presidente de Colombia, Iván Duque Márquez, admitió que todavía no hay vacunas contra los populismos ni contra las utopías que terminan en auténticas tragedias sociales y económicas. Colombia lleva más de cuarenta años sufriendo los ataques del narcotráfico en todas sus vertientes de violencia, algunas ideologizadas, otras criminales. Ha sido un incesante y duro batallar, pero ha prevalecido el Estado de derecho, la institucionalidad, la democracia y el sistema de libertades. Es evidente que se ha entendido la necesidad de proteger la democracia, el libre mercado y, fundamentalmente, la libertad. Y en ese sentido, es esencial el papel de Colombia como piedra angular para abrir un camino de oportunidades, la mejor contención contra las pretensiones dictatoriales y autoritarias
Cinco días después del atentado que estuvo a punto de costarle la vida, tanto a él como a sus ministros de Defensa e Interior, el presidente de Colombia, Iván Duque Márquez, ha mantenido una conversación exclusiva con el editor de Cambio16, Jorge Neri Bonilla, en la que analiza la situación de su país, piedra angular de la democracia en Latinoamérica.
En este momento Colombia está en calma. El presidente supo controlar la intención de incendiar y debilitar el país. Según afirma, “los agentes de la fractura social demonizaban y satanizaban su propuesta de reforma tributaria”. Con prontitud la retiró, pero la protesta violenta y el vandalismo no cesó.
Confiando en Dios y con el apoyo inquebrantable de su familia, está construyendo un consenso para equilibrar las finanzas públicas, golpeadas por la pandemia, y así derrotar con acciones positivas la violencia callejera y la sinrazón para hacer política. Pese al escaso respaldo ciudadano, el paro nacional que comenzó el 28 de abril no ha sido levantado, pero el país ha retomado sus actividades cotidianas. Se impuso la institucionalidad y pone su mayor empeño en la tarea principal: la vacunación contra la COVID19.
Duque repasa los logros alcanzados en tres años de gestión gubernamental y anuncia que no renunciará a ejercer todos los resortes que ponen a su alcance la Constitución y la ley en defensa de la democracia y las instituciones.
Agradeció especialmente el apoyo que le ha brindado el presidente de Estados Unidos, que en conversación telefónica le anunció el envío de 2,5 millones de vacunas para hacer frente a la pandemia. Joe Biden se refirió a Colombia como socio privilegiado, piedra angular y referente democrático en el hemisferio.
EL PRESIDENTE DUQUE AGRADECIÓ ESPECIALMENTE EL APOYO QUE LE HA BRINDADO EL PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS, QUE LE ANUNCIÓ EL ENVÍO DE 2,5 MILLONES DE VACUNAS PARA HACERLE FRENTE A LA COVID-19
Colombia colabora con Estados Unidos a través de una agenda de seguridad común que contempla la lucha contra el crimen internacional, la protección del medio ambiente, la adaptación al cambio climático, el fortalecimiento del comercio y la protección de los derechos humanos.
De cara a las elecciones del próximo año, Duque alertó que frente al populismo y la demagogia no existe todavía vacuna. “No tengo duda de que esas expresiones del neochavismo, esas expresiones de la demagogia y el populismo, no son sino pirómanos que buscan cabalgar sus intereses electorales en la polarización, la lucha de clases y la exacerbación de odios, serán derrotadas por una Colombia que prefiere mirar al futuro con un rechazo total de la violencia”.
Duque también se detuvo en el análisis de la agenda medioambiental del Gobierno que lidera, con ambiciosos compromisos para la disminución de emisiones de gases de efecto invernadero de cara a 2030 y la neutralidad total en carbono para 2050. La transición energética sustentada fundamentalmente por las energías limpias y renovables y la electromovilidad.
Sobre las prioridades más acuciantes que afronta Colombia, el presidente se refirió a la vacunación masiva de toda la población, la reactivación segura de la economía, el cierre de brechas sociales y la estabilización de las finanzas públicas.
Es un honor contar con el presidente de Colombia, Iván Duque Márquez, en Cambio16, el medio de comunicación cuyo propósito de existencia es la construcción de un mundo más humano, justo y regenerativo. Bienvenido, presidente.
Muchas gracias, Jorge, un saludo muy especial para ti.
Como no puede ser de otra manera, vamos a empezar por lo humano. ¿Cómo se encuentran tanto usted como su familia después del atentado y las circunstancias extraordinarias que está viviendo Colombia?
Siempre lleno de fe, siempre lleno de motivación y, además, entregado a servir a Colombia. Nunca nos vamos a dejar intimidar por la violencia ni por el terrorismo. Nunca dejaremos que el miedo sea la consecuencia del terrorismo. Todo lo contrario: estamos más motivados que nunca para enfrentar la criminalidad; sacar a nuestro país adelante después de los efectos de esta pandemia; avanzar en la vacunación masiva y la reactivación segura.
Afortunadamente, tengo una familia que todos los días me apoya. El amor por María Juliana y por mis tres hijos supone para mí una especie de coraza que me protege de cualquier cosa. Nos mantenemos unidos siempre con fe en Dios y con sentido de responsabilidad con Colombia.
¿Cuál es su plan de acción para acabar con los focos de violencia que persisten y restaurar la normalidad en Colombia para poder centrarse en resolver los problemas de los colombianos?
Lo que hemos venido haciendo. Más allá de cualquier ruido, más allá de cualquier pretensión de los que quieren sembrar el caos, lo cierto es que Colombia ha registrado con nuestro Gobierno las menores tasas de homicidios de los últimos cuatro o cinco gobiernos. Colombia registró el año pasado la tasa más baja de homicidios en los últimos 46 años. En 2019, la tercera menor tasa de homicidios en 40 años. Y llevamos anotando la menor tasa de secuestros desde que existen esos indicadores.
También hemos venido consiguiendo las mayores incautaciones históricas de drogas y los mayores niveles de destrucción de laboratorios. Hemos avanzado asimismo en la erradicación manual, hemos golpeado a cabecillas como Puntilla o Guacho o Rodrigo Cadete, y hemos enfrentado a criminales como Uriel, afectando las estructuras del Clan del Golfo…
Y aquí seguimos, velando por la seguridad del país y de los ciudadanos. No le quepa la menor duda de que donde se presenten focos de vandalismo y de terrorismo urbano de baja intensidad, ahí también estaremos enfrentándolos.
¿Colombia avanza hacia esa paz real que garantiza el Estado de derecho y la legalidad?
Colombia siempre ha sido un país amenazado por el narcotráfico. En las últimas cuatro décadas, el narcotráfico ha sido la principal amenaza para la seguridad de Colombia. El proceso de paz con las FARC es el proceso con un grupo criminal, pero cuando yo llegué a la Presidencia teníamos el ELN, los Pelusos, los Caparros, los Puntilleros, el Clan del Golfo, disidencias, etc.
Los tenemos que enfrentar y tenemos además que ser conscientes de que a más coca, menos paz. Por ende, la construcción de la paz con legalidad en Colombia, que trae una enorme inversión social en muchos municipios impactados históricamente por la violencia y por la pobreza, también es preciso que tenga una actitud vertical frente a cualquier forma de criminalidad.
Sabemos que los retos existen y, por eso mismo, porque existen, también es muy importante poner en perspectiva lo que se ha logrado en estos tres años de Gobierno: tasas bajas de homicidios comparativamente, las menores tasas de secuestros, éxitos frente al narcotráfico y el crimen organizado, pero también hemos tenido que enfrentar los desafíos de muchos de estos grupos armados, y la forma en que los hemos enfrentado es desarticulándolos, golpeando a sus cabecillas y algo que, por primera vez, también ha marcado un hito histórico desde que existe el grupo terrorista ELN: hemos extraditado a cuatro de sus miembros a Estados Unidos por narcotráfico.
SOCIOS ESTRATÉGICOS
Recientemente, tras el atentado, ha tenido una conversación muy fructífera con el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, para quien Colombia es la piedra angular de la política exterior de Estados Unidos en Latinoamérica. ¿En qué se traduce esta afirmación para Colombia y para la región?
Se traduce en que Estados Unidos es el principal aliado de Colombia en el hemisferio y Colombia es el principal aliado de Estados Unidos. Hay una relación mutua que va a cumplir doscientos años y que se inició en el momento en el que el presidente James Monroe, junto al secretario de Estado (y posterior presidente) John Quincy Adams, reconocieron en 1823 a Colombia como la primera nación independiente de lo que eran las colonias españolas. Ahí empieza una relación que ha sido bipartidista, bicameral y que cada vez se hace más fuerte.
Con Estados Unidos tenemos una agenda de seguridad, de lucha contra el crimen internacional, de protección del medio ambiente, de adaptación al cambio climático, de fortalecimiento del comercio, de protección de los derechos humanos y de avanzar en la defensa de la democracia en el hemisferio, empezando por trabajar unidos para que Venezuela tenga unas elecciones libres, genuinamente libres, y democráticas, que permitan restablecer el orden institucional en el hermano país.
Cambio16 le dedicó la portada durante la campaña electoral a la Presidencia, en febrero de 2018, bajo el título El Macron latinoamericano con la esperanza de impulsar el sueño de Bolívar de avanzar en la unión genuina y veraz de los países suramericanos para ejercer un polo de acción que, en verdad, tenga influencia en la geopolítica mundial y pueda sacar a los países latinoamericanos de la pobreza. ¿Qué ha hecho a este respecto?, ¿cómo es posible progresar en medio de ideologías tan heterogéneas?
Pensando en el sueño de Bolívar, que fue un gran arquitecto de instituciones y cuya imagen fue desfigurada por el chavismo –trató de adaptar sus pensamientos hacia sus pretensiones dictatoriales– hay que reivindicar su carácter institucional.
Fue un hombre que proyectó nuestros países hacia el futuro y hoy, así debemos decirlo, el acto más grande de nobleza, de fraternidad, que se ha dado en el marco de una relación histórica entre dos naciones, ha sido el Estatuto de Protección Temporal que sacó adelante nuestro gobierno para que cerca de 1,8 millones de hermanos y hermanas venezolanos, forzados a salir de su país hacia Colombia, con dolor en los huesos, con tristeza, carencias y pobreza, reciban en nuestro país no solo una acogida, sino también una oportunidad para poder restablecer sus vidas.
Ese gesto, que ya ha propiciado que tengamos más de un millón de personas registradas que recibirán en diciembre su tarjeta biométrica de protección temporal, y los otros 800.000 la recibirán durante el primer semestre de 2022, es la política migratoria más progresista que existe en el mundo, la más ordenada y basada en tecnología punta.
Es así porque existe un sentimiento fraterno, de hermandad, entre el pueblo colombiano y el pueblo venezolano. Pero también hemos consolidado nuestro trabajo en la Comunidad Andina de Naciones como presidente pro tempore. Lo estamos haciendo asimismo en la Alianza del Pacífico y en el Foro para el Progreso de América del Sur (Prosur).
Buscamos consolidar una alianza para la protección de la democracia, el libre mercado y una agenda social. Esa es la ambición de la integración, donde están por encima los principios democráticos, en contraste con esa integración amañada que era Unasur.
Hoy podemos decir que Latinoamérica está firme en sus propósitos de defender a ultranza la democracia y de abrir un camino de oportunidades. ¿Que los retos son grandes? Sin duda, porque nunca dejan de aparecer las pretensiones dictatoriales y autoritarias, pero aquí hay una Latinoamérica libre, que cree que la libertad de elegir es el fundamento para la consolidación de una verdadera república. Vamos adelante. Seguimos adelante y no dejaremos nunca de defender estos principios.
EDUCACIÓN Y JUSTICIA SOCIAL
Muchas gracias por su generosidad con el pueblo venezolano. En efecto, la acogida de Colombia a los millones de inmigrantes venezolanos ha sido espectacular, pero eso también le crea una situación de crisis económica al tener que atender casi dos millones de inmigrantes. ¿Qué está haciendo para fortalecer esos dos pilares fundamentales de la democracia que son la educación y la justicia social?
Yo hice una campaña presidencial con la bandera de la equidad y de la justicia social. En estos tres años de Gobierno, le he demostrado a Colombia que hemos logrado, no solo la mayor inversión histórica en educación, sino que le estamos dejando al país una verdadera revolución social que es la educación universitaria gratuita para los estratos 1, 2 y 3 en las universidades públicas y en las instituciones técnicas y tecnológicas públicas.
Estamos progresando en la construcción de más de 12.000 aulas en todo el territorio nacional. Ya hemos entregado más de 200 colegios. Hemos hecho una revolución en el programa de alimentación escolar para llegar a millones de niños. Y también hemos logrado la mayor asignación de subsidios de vivienda para personas de bajos ingresos. En la misma línea, la mayor inversión en vías terciarias y la mayor inversión en acueductos y saneamientos.
Hemos dado pasos trascendentales en materia de titulación de tierras. Hemos extendido la ley de víctimas para atender a los afectados por la violencia. Se puede decir que nuestra agenda social, antes, durante y después de la pandemia muestra un compromiso con los más vulnerables que se expresa en políticas como la devolución del IVA a 2 millones de familias o el ingreso solidario, que es una renta básica que ha llegado a más de 3,5 millones de hogares. También el subsidio del 50% del salario mínimo legal mensual para trabajadores informales conocido como PAEF (Programa de Apoyo al Empleo Formal) a más de 4 millones de trabajadores.
Ha sido un Gobierno de justicia social, y en el marco de esa justicia social hemos podido atender, además, a la población migrante. El reto es grande, sin lugar a dudas, por eso se requiere también una gran movilización de recursos de la comunidad internacional donante. Una crisis como la de Siria ha tenido aportes por migrante de más 3.000 dólares, la crisis de Sudán más de 1.600 dólares. En el caso de la nuestra no llega a 300 dólares. En las últimas reuniones de donantes se evidencia un compromiso mayor, y en la medida que logremos movilizar esos recursos, estaremos brindándoles mayor atención a nuestros hermanos venezolanos.
AUGE DE LOS POPULISMOS DE IZQUIERDA
¿Cree que con estos programas sociales que ha implementado, en la misma medida que ha controlado el orden, la justicia y la delincuencia, la democracia colombiana no es permeable a la ideología de los populismos de izquierda presentes en la región? ¿Está blindada la democracia para las próximas elecciones?
Frente al populismo y la demagogia no existe todavía vacuna. Esa es una pandemia, pero hasta ahora la hemos podido evitar en muchos países. Colombia la ha evitado porque siempre ha sabido utilizar su fortaleza institucional y la capacidad de análisis crítico de la ciudadanía para darse cuenta de que esos cantos de sirena que proponen pan para hoy y hambre para mañana son los que más han afectado a otras naciones, pero no somos inmunes a que ese discurso llegue.
ESAS EXPRESIONES DEL NEOCHAVISMO, ESAS EXPRESIONES DE LA DEMAGOGIA Y EL POPULISMO, SON PIRÓMANOS QUE BUSCAN CABALGAR SUS INTERESES ELECTORALES EN LA LUCHA DE CLASES Y LA EXACERBACIÓN DE ODIOS
De hecho, aquí en Colombia, tenemos a áulicos del chavismo que antes eran mucho más abiertos y ahora son soterrados, denigran el chavismo en público, pero en privado siguen tratando de alimentarse con ese espejo. Los vemos en estos momentos tratando de replicar figuras nefastas como las de los colectivos barriales, que eran grupos de violencia. Han tratado de replicar esa figura en nuestro país. No obstante, en Colombia hay una serie de fundamentos democráticos y de principios que hacen que el sector privado, la academia, líderes políticos, congresistas, etc., sepan denunciar ese fenómeno.
De cara a la elección del año 2022, no tengo duda de que esas expresiones del neochavismo, esas expresiones de la demagogia y el populismo, son propias de pirómanos que buscan cabalgar sus intereses electorales en la polarización, la lucha de clases y la exacerbación de odios. No tengo duda de que serán derrotados por una Colombia que prefiere mirar al futuro con un rechazo total de la violencia, pensando en el progreso, en las oportunidades y no en el camino fácil.
¿Ha sentido el apoyo de las demás fuerzas políticas colombianas en torno a la defensa de la democracia en estos momentos en los que el país y sus instituciones están siendo atacados por la violencia?
Más que solidaridad hacia mi persona he visto solidaridad hacia la institucionalidad y hacia el país en general, que es lo que importa. Vemos un sector privado vigoroso, que genera empleo y que no solo tiene un compromiso para la generación de riqueza nacional, sino que también tiene un ojo social muy importante, y que ha mostrado su deseo de contribuir al financiamiento de esa agenda social que se requiere para paliar los efectos de la pandemia.
Vemos sectores políticos que también han sido muy claros en confrontar a aquellos que quieren promover la violencia y la desestabilización. Y hemos visto también un respaldo de una gran mayoría de alcaldes y gobernadores que también han estado firmes en la defensa de esos principios y fundamentos. Asimismo, un poder judicial que, en el ámbito de su independencia, ha marcado esos derroteros.
Hoy, más que nunca, debemos valorar que tenemos una de las democracias más sólidas y más antiguas de América Latina. Preservarla significa no dejar que aparezcan esos jinetes del Apocalipsis que, a través de la política electorera del odio, tratan de sembrar el caos para venderse como la solución a ese caos que ellos mismos ayudan a engendrar.
Hoy vemos sobre todo que en Colombia empiezan a surgir opciones de cara a las elecciones de 2022, pero los que más evidencian una tendencia ascendente son los que rechazan la violencia, el populismo y la demagogia, y los que nunca apelarán ni al odio de clases ni a la fractura de la sociedad colombiana.
TRANSICIÓN ENERGÉTICA Y ECONOMÍA CIRCULAR
No puedo dejar de preguntarle por una cuestión que forma parte de la línea editorial de Cambio16, máxime cuando Colombia es el segundo país con mayor biodiversidad del mundo. Con la crisis derivada de la pandemia, ¿está en mayor riesgo el medio ambiente y la biodiversidad colombiana?
El tema más importante para la humanidad hoy es la lucha contra los efectos del cambio climático. Colombia representa tan solo el 0,6% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, pero, aun así, está mostrando su compromiso de cara a la Cumbre de Glasgow (COP 26), que se concreta en la reducción de un 51% de las emisiones de gases de efecto invernadero para el año 2030. De cara a 2050, seremos un país neutro en carbono. Esto no son meras declaraciones, sino ‘portadas’ de las acciones emprendidas por el Gobierno.
Recibimos (al asumir la Presidencia) una matriz energética donde solo el 0,2% eran energías renovables no convencionales. Entre los proyectos nuevos contratados y los que salen de las subastas vamos a alcanzar el 14% de nuestra matriz energética de fuentes de energía renovable no convencionales. Esta es la gran transición energética de Colombia.
COLOMBIA REPRESENTA TAN SOLO EL 0,6% DE LAS EMISIONES GLOBALES DE GASES DE EFECTO INVERNADERO. PERO, AUN ASÍ, EL PAÍS ESTÁ MOSTRANDO SU COMPROMISO DE CARA A LA CUMBRE DE GLASGOW
Igualmente, Colombia avanza gracias a la ley de carros eléctricos hacia una movilidad limpia. En la actualidad, no solo estamos superando la meta que nos habíamos trazado como Gobierno, sino que hemos logrado la mayor expansión de vehículos eléctricos, al punto de que tenemos la mayor flota de transporte público eléctrico de América Latina y también la mayor flota de transporte eléctrico de mercancías de la región.
Avanzamos, asimismo, en la política de economía circular, producir conservando y conservar produciendo, y donde reducir, reutilizar y reciclar se convierten en una bandera para distintos sectores.
Hemos dado también un paso muy importante en el programa de sembrar 180 millones de árboles, que este año cerrará con 125 millones de árboles sembrados y que completaremos el total de lo previsto en agosto de 2022.
Todo esto lo hacemos en un marco más amplio de proteger la diversidad biológica, la estrategia de ‘biodiverciudades’ y de avanzar en el Pacto de Leticia (acuerdo entre Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Surinam y Guyana para proteger y conservar la Amazonía).
Este año, Colombia dejará el mercado de carbono vibrante y contará con unos mecanismos de financiamiento para políticas y prácticas donde los servicios ambientales son adoptados también en los territorios con comunidades ancestrales. Tenemos una agenda ambiental ambiciosa y llena de resultados.
ELECCIONES PRESIDENCIALES EN 2022
A pocos meses de un año electoral, ¿qué le falta por cumplir con la Colombia que asumió tras ganar las elecciones?
Cabalgué en una larga campaña presidencial con una agenda y unas propuestas que quedaron reflejadas en un documento que se llama 203 propuestas para la transformación de Colombia. Todos los días avanzamos en su cumplimiento. Avanzamos en la cadena perpetua contra violadores y asesinos de niños, avanzamos en la justicia penal militar, con la ley del veterano, con los programas de emprendimiento, con los programas ambientales, con los de educación y con los programas de territorios, etc.
Nuestra tarea más importante es lograr que más del 85% de nuestro plan de desarrollo cimentado en esas propuestas esté cumplido al finalizar el mandato. ¿Por qué digo el 85%? Pues porque hay algunas actuaciones que no alcanzaremos a cumplir porque no tuvieron el respaldo suficiente en el Congreso o porque tuvieron alguna demora por distintas causas, pero si logramos ese objetivo, seremos el Gobierno que más ha cumplido sus propuestas en el Plan Nacional de Desarrollo.
Y si me preguntas cuáles son los derroteros para este año, te diré que vacunación masiva: seremos el Gobierno que vacune a toda la población colombiana. Vamos a llegar muy pronto a esos 35 millones de colombianos vacunados.
HOY CREO QUE TENEMOS UN CONSENSO QUE, SIN AFECTAR A NINGUNA PERSONA NATURAL Y CON EL CONCURSO DEL SECTOR PRIVADO, PODREMOS CONSEGUIR LOS RECURSOS QUE NOS PERMITAN ESTABILIZAR LAS FINANZAS Y MANTENER GRAN PARTE DE LOS PROGRAMAS SOCIALES
En la misma medida, reactivación segura, cerrar brechas sociales, estabilizar las finanzas públicas y una gran agenda de trabajo para la juventud donde está la educación universitaria pública gratuita para la clase media y los menos favorecidos, el subsidio del 25%, equivalente a la Seguridad Social, para quien contrate a jóvenes de entre 18 y 28 años, donde está también la primera elección de los Consejos Municipales de Juventud y donde estamos desarrollando programas continuos de formación a través del Servicio Nacional de Aprendizaje, y también espacios de deporte y de cultura para que la juventud colombiana se empodere cada vez más, para que sea una incubadora de nuevos liderazgos y ayude con sus ideas y propuestas a cerrar brechas sociales.
Se ha referido a la estabilización de las finanzas públicas. ¿No cree que habría sido más conveniente enfrentar a Wall Street, y sus requerimientos en las cuestiones relativas a calificación de riesgos y deuda, que haber propuesto una reforma tributaria en medio de una emergencia sanitaria y de la crisis económica generada por la pandemia?
Desafortunadamente, esa reforma fue satanizada, demonizada y atacada por distintos frentes. Y era una reforma que buscaba darle ingresos a más de 30 millones de colombianos para que en cuestión de tres años pudiésemos derrotar la pobreza extrema. Lo hicimos, además, con una serie de fundamentos.
Pero esa demonización y esa satanización, que trató de ser utilizada por algunos de los agentes de la demagogia, del populismo y la fractura social, nos dimos cuenta de que se podía convertir en un aliciente para generar violencia basada en desinformación. Por eso retiramos la reforma tributaria y decidimos construir un nuevo consenso que nos permita estabilizar las finanzas públicas y avanzar en la agenda social.
Digamos las cosas como son: todos los países hemos tenido que aumentar los déficits y hemos visto cómo se incrementaba la deuda para enfrentar la pandemia. Nadie va a salir adelante sin pagar esa deuda. Esa deuda la tendremos que pagar ahora o más tarde. Y lo cierto es que los países que más se demoren en tomar esas decisiones van a acabar incubando serios problemas de expresión social. Porque cuanto más tiempo pase, más difícil será buscar esas fuentes.
Hoy creo que tenemos un consenso que, sin afectar a ninguna persona natural y con el concurso del sector privado, podremos conseguir los recursos que nos permitan estabilizar las finanzas y mantener gran parte de los programas sociales para la reactivación por lo menos hasta diciembre del año 2022.
Muchas gracias por la atención que ha prestado a Cambio16. Suerte, presidente.
Gracias, Jorge. Y lo del Macron latinoamericano se ha cumplido porque nos ha tocado a los dos enfrentar a los chalecos amarillos.