Por Cambio16
08/08/2018
El exsenador Iván Duque aseguró este martes en su toma de posesión, que asume la presidencia de una Colombia dividida. Y que se dará a la tarea de unirla y superar las diferencias que la han fracturado como lo es el acuerdo de paz con la desmovilizada guerrilla de las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia).
El político de derecha, que reemplazó al ganador del Premio Nobel Juan Manuel Santos, se enfrenta al desafío de ajustar el acuerdo con la desmovilizada guerrilla de las FARC, combatir el narcotráfico, la violencia, la corrupción y reducir las brechas sociales mejorando la cobertura de educación y salud, además de hacer frente a una Colombia dividida.
«Quiero gobernar a Colombia con valores y principios inquebrantables. Superando las divisiones de izquierda y derecha (…); quiero gobernar a Colombia con el espíritu de construir, nunca de destruir», dijo Duque después de jurar y recibir la banda presidencial.
Superar una economía débil es prioridad
Colombia dividida se enfrenta a los desafíos de una economía que continúa débil, una nueva ola de bandas criminales se dedica al narcotráfico y a la minería ilegal ocupando territorios desalojados por las FARC y a cobijar a más de 870.000 inmigrantes venezolanos que han llegado en busca de comida y trabajo.
Duque, quiere hacer ajustes a un acuerdo de paz con la desmovilizada guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Duque quiere impedir que el narcotráfico sea un delito amnistiable. Y al mismo tiempo obligar a que los antiguos comandantes rebeldes respondan ante la justicia antes de ocupar cargos políticos.
«Desplegaremos correctivos para asegurar a las víctimas verdad, justicia proporcional, reparación y no repetición. También corregiremos fallos estructurales que se han hecho evidentes en la implementación», dijo Duque ante 10 presidentes latinoamericanos invitados a un acto en la Plaza de Bolívar de Bogotá, en medio de fuertes medidas de seguridad, reporta Reuters.
Colombia dividida requiere de soluciones y no agresiones
Duque, de 42 años, tiene el apoyo del expresidente Álvaro Uribe. Un duro crítico del acuerdo de paz cuyo padre fue asesinado por los rebeldes en un fallido intento de secuestro; y el más férreo opositor de Santos.
Uribe, que se enfrenta a acusaciones de haber manipulado a testigos en un proceso ante la Corte Suprema de Justicia por supuestos vínculos con escuadrones paramilitares de ultraderecha, es visto por algunos como el poder detrás de Duque, a quien consideran un político inexperto.
Pero Duque, quien trabajó en el Banco Interamericano de Desarrollo en Washington antes de que Uribe le pidiera regresar a Colombia en 2014 para convertirse en senador, ha mostrado independencia en la conformación de su equipo de ministros y moderó sus discurso frente al acuerdo de paz.
El presidente reiteró que buscará «soluciones y no agresiones» para superar a la Colombia dividida.
Acuerdos de paz fracturaron a Colombia
El pacto de paz firmado en 2016 puso fin a la participación de las FARC. Un grupo armado que en más de cinco décadas dejó más de 260.000 muertos. Mientras que más de 12.000 integrantes de la exguerrilla, incluidos unos 6.000 combatientes, entregaron sus armas a la ONU. Más tarde formaron un partido político.
La conservadora sociedad colombiana está dividida. Unos respaldan que los antiguos líderes de las FARC participen en política, con los 10 escaños en el Congreso que les entregó el acuerdo de paz. Por otro lado están los que se oponen y exigen que paguen en prisión por sus crímenes.
Casado y padre de tres hijos, el presidente ha prometido impulsar a través de reforma tributaria a las empresas. Incluso, dar apoyo a las industrias extractivas del petróleo y el carbón; los principales productos generadores de recursos por exportaciones.
La economía con un Producto Interior Bruto de USD 315.000 millones crecerá un 2,7 por ciento este año, según el gobierno.
Algunos han expresado su preocupación por que los recortes de impuestos propuestos puedan empeorar la situación fiscal. Duque tendrá que impulsar cambios impopulares. Entre ellos una revisión de las pensiones que le permita al país preservar el grado de inversión.
Duque empeña su palabra para recuperar la seguridad en las calles
Además de recuperar la seguridad, Duque prometió mano dura contra las bandas criminales dedicadas al narcotráfico. Mano dura a las disidencias de las FARC y la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional (ELN), responsable de frecuentes ataques contra los oleoductos del país.
Duque, el presidente más joven en la historia reciente del país, anunció que durante los primeros 30 días de su gobierno evaluará la continuidad de una negociación de paz que mantenía el anterior gobierno con el ELN en Cuba.
«Quiero dejar claro que un proceso creíble debe cimentarse en el cese total de acciones criminales, con estricta supervisión internacional, y tiempos definidos. Queremos avanzar pero el pueblo colombiano no tolerará que la violencia sea legitimada como medio de presión al Estado», advirtió.
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