Por Miguel Ángel Artola
06/08/2017
Para una gran marca de consumo su imagen lo es todo. Y el prestigioso Grupo Codorníu Raventós lleva demasiados años sumido en una espiral de noticias cuando menos mejorable. El último frente abierto se ha producido tras la decisión de la histórica compañía de focalizarse en el segmento premium, con marcas propias, y dejar de producir para terceros. La decisión forma parte del plan estratégico de la firma catalana puesto en marcha en 2015 para lograr invertir los resultados negativos y volver a la senda de la rentabilidad.
Dejar de producir para otras marcas supone el cierre de las líneas de producción que el grupo destinaba a este modelo de negocio, por lo que en abril Codorníu presentó a los sindicatos un Expediente de Regulación de Empleo (ERE) que afectaría a 100 de sus 900 trabajadores. La propuesta a los representantes de la plantilla ofertaba un plan de prejubilaciones y programas de acompañamiento para los empleados afectados, pero la respuesta sindical ha sido la movilización con convocatoria de jornadas de paro para obligar a la empresa a negociar.
Según los sindicatos, la decisión de dejar de producir marca blanca reducirá el volumen de producción del Grupo Codorníu Raventós en un 20% y conllevará una serie de ajustes en sus plantas productivas, trasladándose gran parte de la actividad de Nuviana (Huesca) hacia la bodega de Raimat en Lleida y reduciendo el volumen de negocio de Riudabella, en Tarragona.
Las campañas de desprestigio lanzadas por algunos medios de comunicación contra el grupo vinícola por las supuestas connivencias de la familia Raventós con el movimiento independentista catalán han sido también muy dañinas para las ventas de la compañía en España.
En números rojos
Las cifras que la empresa presentó públicamente el pasado año, relativas al ejercicio de 2015, anunciaban ingresos superiores a los 233 millones de euros, un aumento de las exportaciones del 16% y una recuperación del mercado interno del 3%. No obstante, a pesar de haber aumentado las ventas un 7% con respecto a 2014, la cuenta de pérdidas y ganancias arrojaba unos números rojos de 5,4 millones de euros.
El ejercicio de 2016 habría sido un año mejor para el Grupo Codorníu Raventós logrando un balance más equilibrado, con unos discretos beneficios que alcanzaron los 68.000 euros, pero dejando atrás las pérdidas millonarias de años pasados, según publica el portal web especializado Economía Digital citando fuentes de la propia compañía.