Los códigos QR se utilizan mucho últimamente. Este invento de un japonés sirve para obtener información al ser escaneado. Es una evolución del código de barras, pero más complejo y útil. Es muy popular en Japón, Estados Unidos y en Europa.
El contenido en un código Quick Response (QR) se lee a alta velocidad. Su estructura general se basa en una matriz bidimensional de módulos de dos colores contrastados, en principio blancos y negros. Inicialmente se usaron para registrar repuestos y partes en el área de la fabricación de vehículos. Lo creó una subsidiaria de Toyota en Japón. Actualmente los códigos QR se usan para tareas que van desde la administración de inventarios en las industrias hasta la lectura del menú en un restaurante.
Al incluir el software que lee códigos QR en los teléfonos móviles su expandió aún más en todo el mundo. Basta con tener un teléfono inteligente para poder usarlo a través de la cámara. En 2017, Apple hizo posible que las cámaras de los iPhones reconocieran códigos QR y la tecnología se difundió todavía más. Ahora no es necesario introducir datos de forma manual, los QR funcionan casi automáticamente.
Personalizar experiencias a través del código QR
Con la pandemia del coronavirus, los códigos QR se han vuelto esenciales en el comercio. Tanto online como presencial. El uso masivo de estos códigos ha llevado a las empresas integrar más herramientas de seguimiento, orientación y análisis, lo que genera señales de alerta para los expertos en privacidad. Los códigos QR pueden almacenar información digital sobre cómo cuándo, dónde y con qué frecuencia se escanea.
Los códigos QR funcionan como las cookies en el navegador web. A través de su escaneo, permiten abrir una aplicación o un sitio web que luego rastrea la información personal de las personas. Con la data acumulada los comercios pueden ofrecer experiencias más personalizadas a sus clientes, segmentar anuncios exclusivos y crear una especie de base de datos del consumidor.
Los restaurantes y minoristas lo están implementando cada vez más. La mitad de todos los operadores de restaurantes de servicio completo en Estados Unidos han agregado menús de códigos QR desde el inicio de la pandemia. En 2020, marcas como PayPal, Nike o Foot Locker introdujeron los pagos con códigos QR y desde entonces no hay cómo detenerlos.
Al respecto, Jay Stanley, analista de políticas senior de la Unión Estadounidense de Libertades Civiles, manifiesta su preocupación diciendo que «al usar un código QR insertas todo el aparato de rastreo en línea entre usted y su comida”. Lo que es considerado una actividad offline como sentarse a comer «se ha convertido en parte del imperio de la publicidad online», alertó.
Los códigos QR una herramienta de las empresas
Usar códigos QR para un comercio o restaurante puede ahorrarles entre un 30 y un 50% en costos laborales, pues reducen o eliminan la necesidad de que los servidores tomen pedidos y cobren pagos, según Tom Sharon, cofundador de Cheqout.
Los pedidos realizados a través del menú del código QR también permiten que los dueños y gerentes puedan informar a los restaurantes qué artículos están vendiendo, para que puedan agregar una sección de menú con los artículos más populares o resaltar los platos que desean vender.
Otra de las ventajas para las empresas es que facilitan persuadir a las personas para que gasten más gracias a las fotografías de los elementos del menú que los hace más atractivos.
Desventajas para los consumidores
Si bien con el uso de los códigos QR las empresas obtienen grandes beneficios, para los expertos en privacidad esas «ganancias digitales» son preocupantes. Muchas de esas aplicaciones usan cookies en el menú digital para rastrear el historial de compras de un cliente y le da a los restaurantes acceso a esa información, vinculada al número de teléfono.
También podrían estar vinculados a las tarjetas de crédito del cliente. Al usar un código QR puede que lleve al usuario a la descarga de otra aplicación que promete tener una funcionalidad, pero que en realidad lo que hace es suscribirlo a servicios premium. Luego, sin su consentimiento le cobran una cantidad por adelantado.
Los gerentes lo niegan. Kim Teo, cofundadora de los restaurantes Yum, dijo que los datos de los clientes estaban disponibles «solo para ese establecimiento» y que ellos no usan la información para llegar a los consumidores. Insistió en que tampoco venden los datos a ningún intermediario externo.
«Los códigos QR en los comercios son un primer paso importante para hacer que la experiencia de un cliente en el espacio físico fuera de su hogar se sienta como si estuviera siendo rastreado por Google en su pantalla», dijo Lucy Bernholz, directora del Laboratorio de Sociedad Civil Digital de la Universidad de Stanford.
Un código también puede descargar automáticamente un software malicioso que ataque el dispositivo móvil del usuario y lo haga perder toda la información almacenada como contraseñas, fotos, vídeos y documentos. Además, lo que podría ser aún peor, se han dado casos de ataques phishing a través de un código QR. Los ciberdelincuentes simulan ser una página legítima para que la víctima ponga sus datos y así robar contraseñas o datos de tarjetas de crédito.