Por Douglas Marín | Efe
25/10/2016
La presencia de cocodrilos en algunas playas de Costa Rica en los últimos años, incluido un ataque a un estadounidense, ha creado la disyuntiva en el país entre el sector turístico, que pide a las autoridades reubicar a estos animales, y los ambientalistas, que abogan por otra solución.
Los cocodrilos han sido vistos en playas del Pacífico de la provincia de Guanacaste tomando el sol, desplazándose por la arena y el agua, y en un torneo reciente de surf en Playa Jacó, provincia de Puntarenas.
Esto ha motivado al sector turístico a exigir al Gobierno que actúe y que atrape los cocodrilos que se encuentren en playas con el fin de que sean trasladados a otras zonas.
El primero en tomar acciones legales ha sido la Cámara de Comercio y Turismo de Tamarindo (CCTT), en la provincia de Guanacaste, que solicitó la semana pasada una medida cautelar en el Tribunal Contencioso Administrativo (TCA).
Con ello, la Cámara pretende exigir que el Ministerio del Ambiente y Energía (MINAE) «proceda a la captura y reubicación inmediata de un cocodrilo que atacó a un surfista estadounidense en esa comunidad costera (Tamarindo) de Guanacaste», indicó la Cámara en un comunicado.
El hecho ocurrió el pasado 22 de julio cuando un cocodrilo atacó al surfista y le causó graves heridas en la pierna derecha.
El estatal Sistema Nacional de Áreas de Conservación (SINAC) informó este lunes de la captura, el pasado 16 de octubre, de un cocodrilo que se sospecha fue el que atacó al turista en Tamarindo. El animal, de unos 3 metros, fue reubicado en un centro de protección animal en la provincia de Guanacaste.
El SINAC recordó que en Tamarindo se encuentra un humedal protegido por la Convención Ramsar y parte del Parque Nacional Marino Ballena, en el que habitan diversas especies de animales, entre ellas los cocodrilos.
Pobladores de las zonas costeras y empresarios turísticos de la costa del Pacífico de Costa Rica han dicho que en los últimos años se han incrementado los avistamientos de estos grandes animales en algunas playas y han señalado una posible sobrepoblación.
El sector ambientalista asegura que no existen estudios científicos que demuestren que hay una cantidad excesiva de cocodrilos y proponen otras soluciones, como marcarlos y seguirlos por GPS para determinar su ubicación exacta.
«No hay datos o estudios que demuestren que hay sobrepoblación. Lo que sí se ha identificado es que esta población hace 40 o 50 años fue cazada y sumamente diezmada, hasta que estuvo a punto de la extinción, pero ahora se ha recuperado y se ha estabilizado», comentó a Efe el presidente de la Federación Ecologista (Fecon), Mauricio Álvarez.
El activista explicó que con el pasar de los años y las políticas de conservación del ambiente de Costa Rica, la población de cocodrilos se fue recuperando en las áreas protegidas y algunos individuos han salido de ellas, posiblemente por cuestiones naturales como búsqueda de alimento y el dominio territorial de los jóvenes que obliga a los viejos a emigrar.
Para Álvarez, trasladar los animales a otros sitios en libertad «es una medida que no va a ser efectiva», pues considera que ha habido experiencias en que después de un tiempo los individuos regresan al sitio donde fueron atrapados.
«En otras partes del mundo los cocodrilos o tiburones se marcan con GPS y los mismos salvavidas, policías, empresarios y surfistas cuentan con una aplicación sencilla en su teléfono que les da la ubicación del animal», afirmó.
El activista también señaló como una posible causa del acercamiento de los cocodrilos a los humanos la costumbre de algunos operadores turísticos de alimentar a los animales, algo que está prohibido por las autoridades.
El SINAC indicó hoy que existe una comisión que trabaja en la elaboración de rotulación de prevención en lugares de riesgo y para que los visitantes denuncien actos ilegales y se erradique la alimentación de los cocodrilos.