POR CAMBIO16
02/12/2017
Coco, la película más reciente de Pixar, puede ser la oferta más bella del estudio hasta la fecha.
Ambientada en México y con un elenco de voces totalmente latinas, en muchos sentidos es fresca, innovadora y loable.
La historia sigue a Miguel, un joven que quiere ser músico y, en el tradicional Día de los Muertos mexicano, se desliza al reino de los muertos, donde sus antepasados tienen que ayudarlo a regresar al reino de los vivos.
La película, en apariencia sencilla, resulta satisfactoria y hermosa. Y, especialmente relevante, se adentra en un nuevo terreno cultural.
Coco, la película
Pixar se ha distinguido de otros estudios de animación por su capacidad para producir personajes.
Y más aún, por los recursos y referencias que utiliza para generar sus historias.
Siempre se puede esperar sabiduría inesperada de una película de Pixar.
Por ejemplo, alguna secuencia inolvidable o percepción sobre el amor (como en el preludio de Up ) o miedo ( Monsters, Inc. ).
También sobre la familia ( Los Increibles ) o sobre crecer (la serie Toy Story ).
Así, mientras que otros estudios de animación intentaban deleitar a su audiencia adulta lanzando chistes irónicos dirigidos a los padres en medio de las payasadas de las películas infantiles, Pixar se ha ganado su reputación al apuntar al corazón, con observaciones sobre la vida real y duramente ganadas.
Y con Coco, no podía ser diferente.
Coco, el mensaje
Coco se adentra en el significado de la muerte -sobretodo la de un ser querido- con un concepto profundo y significativo.
Y recuerda aquella premisa que, cuando los seres vivos olvidan a sus muertos, se desvanecen para siempre.
Es un concepto conmovedor y un poco aterrador, pero sirve como una buena idea central para la película.
Destruir recuerdos, incluso los dolorosos, tiene consecuencias duraderas para las generaciones futuras.
Así que recordar es bueno, incluso cuando no se es del todo feliz.
Coco aporta mucha dulzura y luz y resulta muy divertida, especialmente porque está llena de música y números de canto y baile.
Asimismo, con un montón de humor esquelético, un recurso con adeptos fieles desde la «Pesadilla ante de Navidad» de Tim Burton.
En Coco, la Tierra de los Muertos es menos como un lugar de descanso final y más como una gran fiesta en la que te puedes quedar mientras los vivos te recuerden.