Por Andrés Tovar
28/06/2018
La cocaína en Colombia está liderando un resurgimiento masivo de la producción mundial de esta droga. Así lo ha denunciado un nuevo informe publicado esta semana por las Naciones Unidas. Principalmente, el informe de la ONU alerta que la producción mundial de cocaína está en aumento. Revirtiendo una larga caída en el cultivo de plantas de coca que comenzó en el año 2000. Pero además focaliza a Colombia como un punto neurálgico de este resurgimiento.
La cocaína se extrae y se procesa a partir de las plantas de coca más comúnmente cultivadas en América del Sur. Y con las que Colombia tiene una larga historia. Centrémonos en los últimos años. Debido en gran parte a la intensificación de las medidas represivas del gobierno colombiano contra los cultivadores de coca, el año 2000 marcó el comienzo de una recesión de 13 años en el cultivo.
Pero para el año 2013, los productores de cocaína en Colombia estaban envalentonados. Principalmente por la aparición de métodos de cultivo más encubiertos y modernizados. Asimismo, por una disminución percibida en el riesgo de ser atrapados, según el informe de la ONU. En los últimos tres años, la producción ilícita de plantas de coca en Colombia se ha disparado. Se triplicó de alrededor de 48 mil hectáreas a más de 146 mil hectáreas. Eso representa más del 68% de las 213,000 hectáreas totales utilizadas para cultivar la planta en todo el mundo, según la ONU.
Crecen las incautaciones
El informe de la ONU señala que las incautaciones de cocaína han ido en aumento. Principalmente en América del Norte y Europa. En respuesta, el tráfico de drogas ha cambiado drásticamente hacia los mercados emergentes. Ubicados, según el informe, en los países asiáticos y del norte de África. Aun así, el consumo de cocaína es mayoritariamente más común en América del Norte y Oceanía (donde la mayoría de la población consumidora reside en Australia).
Junto con la publicación del informe, el secretario general de la ONU, António Guterres, dijo en un comunicado que los países deben adoptar un enfoque «holístico» para reducir el consumo de drogas ilícitas. Primeramente, que enfatice igualmente la rehabilitación y el tratamiento del abuso de drogas. Pero además contemple la promoción de alternativas económicas al cultivo de la planta de coca. Así como la reducción de la trata y el crimen organizado.
Glifosato contra la cocaína en Colombia
Así, en el marco de la publicación de este informe, las autoridades de Colombia autorizaron este martes el uso de drones para fumigar a baja altura con el herbicida glifosato los cultivos de hoja de coca. Ésto, en el marco de la puesta en marcha de una serie de medidas para reducir a la mitad el número de hectáreas de este tipo de plantaciones, según ha anunciado el presidente saliente de Colombia, Juan Manuel Santos.
La decisión fue adoptada durante una reunión del Consejo Nacional de Estupefacientes colombiano. Un día después de que Estados Unidos revelara que los cultivos de hoja de coca en Colombia han alcanzado las 209.000 hectáreas.
No obstante, la decisión no deja fuera la polémica. En mayo de 2015, Colombia suspendió las fumigaciones desde aviones con glifosato siguiendo una recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que considera el glifosato como potencialmente cancerígeno. Asimismo, altamente nocivo para el medio ambiente. No obstante, el Ministerio de Salud y Medio Ambiente ha afirmado que las comunidades no se verán afectadas. Puesto que, aseguran, no habrá «deriva en la aspersión aérea que se daba antes», según ha informado la emisora Radio Caracol. El debate está en desarrollo en estos momentos.
Un nuevo reto para Duque
Pero el destino de este debate. Así como las próximas acciones a tomar para hacer frente a siembra de coca y la producción de cocaína en Colombia estarán en nuevas manos a partir del venidero 7 de agosto. El presidente electo, Iván Duque, ha dejado clara su hoja de ruta. «No puedo quedarme pasmado cuando los cultivos de coca crecen. Por eso desde el primer día voy a plantear que, de una vez por todas, el narcotráfico deje de ser un delito conexo al delito político. Por ende, un delito amnistiable», aseguró en declaraciones a CNN. Una postura claramente relacionada además a las guerrillas que operan en el país y a los acuerdos de paz del saliente gobierno.
Duque ya ha comenzado a dar los primeros pasos. Y lo está haciendo de la mano del socio natural. El pasado 22 de junio, el vicepresidente de EEUU, Mike Pence, reveló que conversó con Duque para insistirle sobre la necesidad de impulsar una más decidida reducción en la producción de droga en el país.
Spoke with President-Elect @IvanDuque of Colombia today, stressing the need to move decisively to cut drug production & trafficking. We discussed the humanitarian crisis and authoritarian conditions in Venezuela and committed to continue to press for the restoration of democracy.
— Vice President Mike Pence (@VP) 22 de junio de 2018
Los ojos sobre Colombia
El Departamento de Estado de ese país también ha señalado a Colombia como el primer productor mundial de cocaína. Asimismo, el responsable del 90 por ciento de la droga que llegaba a Estados Unidos. «Los cultivos de coca en Colombia aumentaron un 39 por ciento en 2014 a 42 por ciento en 2015. Pasó a 159.000 hectáreas, uno de los máximos récords. Un aumento de casi un 100 por ciento desde 2013. Y el número de muertes por sobredosis en EEUU por cocaína en 2015 fue el más alto desde 2007», aseveró la diplomacia estadounidense.
Colombia recibió entre 2000 y 2015 unos 10.000 millones de dólares por parte de Estados Unidos para programas militares y sociales. Y aunque la ayuda se ha ido reduciendo, Washington aún aporta anualmente alrededor de 400 millones de dólares. Se proyecta que estas ayudas se incrementen con la llegada de Duque al poder. Por ende, la expectativa de acciones radicales contra la cocaína en Colombia será mayor. Y el mostrado interés de la ONU y de EEUU anticipan que los ojos internacionales estarán puestos en las decisiones que tomará el nuevo presidente de Colombia.