Por Cambio16
03/06/2018
La conciencia ambiental se ha instaurado con fuerza en una sociedad cada vez más preocupada por los efectos del cambio climático o el deterioro ambiental. Hoy en Cola-Cola son conscientes de que el modelo de economía lineal vigente no funciona y se replantean su sistemas de producción, modelos de negocio o la gestión de nuestros residuos. El papel de las compañías pasa por establecer planes y objetivos de sostenibilidad, capaces de generar nuevos modelos de negocio que se adapten a los escenarios actuales y futuros.
Probablemente, la acción contra el cambio climático se ha convertido en uno de sus mayores retos. La comunidad internacional decidió tomar riendas en el asunto con el Acuerdo de París y son muchas las empresas que se han sumado al compromiso de neutralidad de emisiones y a analizar el ciclo de vida de sus productos para contribuir tanto al medio ambiente como a la calidad de vida de las personas.
Conscientes de este reto, desde Coca-Cola aplican los principios de la economía circular optimizando la utilización de recursos y reduciendo las emisiones de gases de efecto invernadero. Estos compromisos forman parte de su estrategia de sostenibilidad “Avanzamos”, definida conjuntamente entre The Coca-Cola Company y Coca-Cola European Partners para el territorio de Europa Occidental.
Por un negocio bajo en carbono
En Coca-Cola cuentan con un sólido compromiso por hacer frente al calentamiento global. Buscan constantemente innovar para aumentar su eficiencia. En su actividad utilizan fuentes de energía cada vez más limpias y más respetuosas con el medio ambiente. Desde 2010, la huella de carbono de sus procesos de fabricación disminuyó en España un 69,9 % y han mejorado su eficiencia energética con la sustitución de equipos de nueva generación.
El 100 % de la energía eléctrica utilizada en las fábricas y oficinas de Coca-Cola Iberia en España y Portugal procede de fuentes renovables. Más allá de su ambición por utilizar energía verde, creen que es importante producirla por ellos mismos. Por eso, utilizan distintas fuentes de energía renovable en sus centros de trabajo. En las plantas de Sevilla y Barcelona, así como en las oficinas de Coca-Cola Iberia, cuentan con paneles de energía solar fotovoltaica y energía solar térmica. En el caso de la planta de A Coruña, la iluminación en el aparcamiento de empleados se genera con energía solar y eólica y en el manantial de Aquabona (Fuenmayor) hacen uso de energía geotérmica.
Trabajan en un proceso de innovación continua para que su actividad tenga cada vez un impacto menor en el medio ambiente. En el marco de la economía circular, las mejoras en ecodiseño de sus envases están entre las prioridades de su modelo de negocio. Por ello, han conseguido reducir el peso de las nuevas botellas de vidrio retornable de Coca-Cola o Fanta para la hostelería, además de aumentar la cantidad de bebida contenida. Además, reducen la cantidad de desechos producidos en nuestras fábricas y disminuyen las emisiones de CO2 generadas en la creación y transporte de nuestros envases.
Más allá de la producción, el compromiso con la reducción de las emisiones de carbono se extiende por toda la cadena de valor. En Coca-Cola desean que el recorrido de sus productos, desde la fábrica hasta el consumidor, sea responsable. Con este objetivo, se comprometen a reducir el consumo de las neveras y equipos dispensadores que se emplean en los puntos de venta. Buscan y seleccionan los equipos más eficientes mejorándolos con dispositivos inteligentes que les permiten regular y reducir el consumo. Además, en Coca-Cola se han comprometido a que el 100 % de las compras de equipos de frío sean libres de HFCs.
Agua y envases para cerrar el círculo
En la compañía tienen un fuerte compromiso por optimizar su gestión para fabricar nuestras bebidas. Hoy utilizan 1,89 litros por cada litro de bebida fabricado y en 2025 habrán disminuido hasta un 20 % el consumo de agua, tomado como base el año 2010.
Además de poner el foco en su actividad interna, desde Coca-Cola se han comprometido también comprometido a devolver a la naturaleza el 100 % del agua contenida en nuestras bebidas, apoyando proyectos de reabastecimiento de agua en ecosistemas en riesgo hídrico. En 2017 han devuelto más de 2.439 litros de agua en España y seguirán trabajando para que esta cantidad aumente. En proyectos como los de Can Fenosa y Málaga, concretamente, permiten que las aguas residuales tengan una segunda vida apostando por la circularidad: las recogen, las tratan y las devuelven a la naturaleza en condiciones adecuadas para la vida submarina.
En cuanto a los envases, el aprovechamiento de los residuos es fundamental para la economía circular. En este sentido, su nueva estrategia de sostenibilidad “Avanzamos” incorpora el ambicioso reto de recoger y reciclar el 100 % de los envases que pongan en el mercado. Además, todos sus envases son reciclables e incorporan material reciclado que va desde un 15 % en las botellas de PET hasta el 50 % en las latas de aluminio.
En Coca-Cola quieren seguir mejorando la vida de las personas, construyendo un mundo más sostenible para las generaciones futuras a través de sus marcas y de su negocio. Saben que el fomento de una economía circular y baja en carbono es fundamental para mantener la calidad de vida del planeta y por ello apuestan por políticas que transforman sus compromisos en realidad.