La Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) anunció el miércoles que desmanteló un cártel organizado de 19 empresas dedicadas al sector del montaje y mantenimiento industrial, creado con el objeto de elevar el precio de los servicios que prestaban a compañías del sector energético y petroquímico.
Entre las empresas sancionadas se encuentran filiales de Duro Felguera, el grupo Sacyr y ACS.
CNMC denuncia conducta prohibida
Según informó la CNMC en su página web, el organismo ha puesto el expediente sancionador en conocimiento de la Junta Consultiva de Contratación Pública del Estado, dependiente del Ministerio de Hacienda.
De esta manera, las empresas participantes en el cártel organizado quedarán sujetas a una prohibición de contratar con el sector público. Solo quedarán exceptuadas las empresas que solicitaron acogerse al Programa de Clemencia de la CNMC. Asimismo, la Comisión vigilará a las compañías para que no vuelvan a repetir esta conducta ilícita.
El organismo señaló que las empresas sancionadas crearon un entramado para repartirse clientes y licitaciones, intercambiar información sensible con sus competidores, realizar ofertas de cobertura, fijar compensaciones y precios.
«Tales actuaciones se consideran constitutivas de un cártel; se trata de una conducta prohibida, de acuerdo con los artículos 1° de la Ley 15/2007 de Defensa de la Competencia y 101° del Tratado de Funcionamiento de la UE», destacó la Comisión.
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Multas y otras sanciones
La CNMC impuso multas por un valor de más de 54 millones de euros a las empresas participantes en el cártel organizado. Mientras, varios de sus directivos deberán hacer frente a otra serie de sanciones, que en total suman 280.500 euros.
Las mayores sanciones han sido para las filiales de ACS Masa e Imasa, con 14,6 y 9,2 millones de euros, respectivamente.
La filial de Duro Felguera, Duro Felguera Operaciones y Montajes fue multada con 1,3 millones de euros y la filial de Sacyr, Sacyr Nervión, con 1,2 millones de euros.
Un entramado de 17 años
Desde el 18 de enero de 2001 hasta la realización de las inspecciones, en julio de 2017, el cártel organizado se repartió al menos 746 licitaciones. Estos concursos privados los realizaron cerca de una veintena de clientes, entre los que se encuentran fundamentalmente empresas del sector energético y petroquímico.
El “modus operandi” de la trama fue evolucionando debido a su larga duración. En una primera etapa, la empresa designada para ser la adjudicataria de la obra, daba sus precios para que fueran elevados por las demás mediante ofertas de cobertura hasta un cierto porcentaje.
En una etapa posterior, las compañías se intercambiaban versiones de archivos de hojas de cálculo digitales, que iban rellenando cada una con los precios y las ofertas de cobertura. Luego, establecieron códigos propios, como números o siglas para las empresas participantes, indicando con un “sí” o con un “no” si las empresas participaban en una licitación concreta.
Los mecanismos de contacto entre los partícipes de la trama también fueron evolucionando a lo largo de 17 años para dificultar su detección. Pasaron desde facsímiles y contactos telefónicos, hasta mensajes de WhatsApp y correos electrónicos.
Una denuncia activó la acción
La CNMC informó que la detección del cártel organizado fue posible gracias a la denuncia realizada por la empresa Navec. Esta firma puso en conocimiento de la Comisión la existencia de la irregularidad.
En virtud de su contribución, se ha beneficiado de la exención en el pago de la multa impuesta, a través del Programa de Clemencia. Sin embargo, uno de sus directivos también sancionado, no recibió las reducciones previstas al no colaborar con la CNMC.
Por otra parte, tras las inspecciones realizadas por la CNMC, otra de las empresas participantes en el cártel, Enwesa, presentó una solicitud de reducción del importe de la multa y aportó elementos de prueba adicionales. Debido a ello, se le redujo la multa impuesta en un 50 por ciento.
El Programa de Clemencia
Formar parte de un cártel está considerado una infracción muy grave en la Ley de Defensa de la Competencia. Pero detectar un cártel es difícil. Por eso existe el Programa de Clemencia: una vía de salida para las empresas que participan en un cártel y que denuncia su existencia.
Si la empresa que señala la existencia de un cártel aporta pruebas suficientes para la investigación, puede quedar exenta del pago de la multa. Esto si es la primera en presentar la solicitud de clemencia en la CNMC.
En caso de que una segunda empresa del cártel presente una solicitud de reducción del importe de la sanción y aporta nuevas pruebas de valor añadido a la CNMC, su multa se podría reducir hasta 50 por ciento. Para la tercera empresa, la rebaja sería de hasta 30 por ciento. Y para las sucesivas la reducción alcanzaría hasta 20 por ciento.
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