Por Benito Guerrero
En los últimos meses el gin-tonic se ha convertido en el combinado más famoso. Los mejores barras han pasado de tener tres marcas a disponer de cincuenta referencias de ginebra en sus cartas. Pero dejemos algo claro: lo que realmente se ha puesto de moda es la ginebra con tónica, no la ginebra a secas.
Juan Carlos Moreno es el presidente de la Asociación de Barmans de Madrid. En una master class en el Casino Gran Vía de Madrid dio todas las claves para hacer un buen gin-tonic sin tener la necesidad de acudir a un local donde un barman te «cocine».
Toma nota. La temperatura es uno de los elementos más importantes a la hora de hacer un gin-tonic. Los cuatro elementos de los que se compone este combinado -copa, hielo, ginebra y tónica- deberían estar a la misma temperatura para optimizar el sabor de la mezcla.
Llenamos el recipiente -siempre copa de balón- hasta arriba de hielo y para enfriar el vidrio les damos vueltas. Parte de los hielos se derretirán con estos movimientos, debemos retirar este agua de la copa para que no influya en el sabor final.
El siguiente paso es elegir bien la ginebra, pero sobre todo la tónica con la que mezclarla. En el mercado existen cuatro tipos de ginebra:
1.- Genever: la ginebra original.
2.- London Dry Gin: ginebra seca y con muy poco azúcar.
3.- Old Tom Gin: muy dulce y con los botánicos muy presentes .
4.- Plymouth Gin: destilada artesanalmente en alambique de cobre.
Cada una de ellas necesitan de una tónica determinada que complemente los aromas y sabores del destilado. Con el auge del gin and tonic, marcas de tónicas como Schweppes han desarrollado gamas de tónicas para conseguir el combinado perfecto.
El último paso, y el más complejo aunque no lo parezca, es el aderezo de la mezcla. Estamos acostumbrados a ver gin-tonics repletos de pepino, cítricos o hierbas variadas. Juan Carlos Moreno, como experto, afirma que cuantos menos adornos le pongamos al combinado mejor. Y ya tenemos listo nuestro gran gin-tonic.