Al analizar las políticas de incentivos fiscales y auxilios a consumidores, el Fondo Monetario Internacional estimó que los subsidios globales a los combustibles fósiles alcanzaron 7 billones de dólares en 2022. Una cifra histórica que se contrapone con los esfuerzos por deponer gradualmente el uso de esa energía que calienta al planeta y aúpa desastres climáticos.
El estudio del FMI abarcó las políticas de 170 países y encontró que los subsidios explícitos, como los límites a los precios del combustible, representaron el 18% de los 7 billones de dólares. Mientras la guerra de Rusia contra Ucrania agita los mercados energéticos, muchos gobiernos han impuesto límites al precio de los combustibles fósiles. Devolviendo dinero a los consumidores cuando los precios excedían esos límites.
El otro 82% de los subsidios a los combustibles fósiles eran implícitos. Estos incluyeron exenciones fiscales para las empresas petroleras. Pero también el costo no pagado del cambio climático y la contaminación del aire como resultado de la quema de combustibles fósiles.
Los consumidores no pagaron directamente por los daños causados por el uso de combustibles fósiles. En general, el cobro insuficiente por estos daños representó el 60% de los subsidios, según el análisis.
Señaló el organismo financiero internacional que los subsidios al petróleo, el carbón y el gas natural están costando el equivalente al 7,1% del PIB mundial. Más de lo que los gobiernos gastan anualmente en educación (4,3% del ingreso global) y alrededor de dos tercios de lo que gastan en atención médica (10,9%).
Además precisó que los subsidios a los combustibles fósiles aumentaron en 2 billones de dólares en los últimos dos años. Mientras que los subsidios explícitos (cobrar menos por los costos de suministro) se duplicaron con creces hasta alcanzar los 1,3 billones de dólares.
Se disparan los subsidios a combustibles fósiles
Los autores del análisis prevén que estos subsidios implícitos crezcan a medida que los países en desarrollo aumentan su consumo de combustibles fósiles hacia los niveles de las economías avanzadas.
“Los hallazgos se ocurren cuando la Organización Meteorológica Mundial afirma que julio fue el mes más caluroso registrado. Subrayando la necesidad urgente de frenar el cambio climático”, indicaron.
La producción y el consumo de combustibles fósiles son responsabilizados por la emisión de gases de efecto invernadero que calientan la atmósfera. Y el indeseado umbral de que la temperatura global promedio llegue a 1,5 grados centígrados por encima de los niveles de la era preindustrial.
El auge de los subsidios sucede “mientras el mundo lucha por limitar el calentamiento global y partes de Asia, Europa y EE UU se sofocan con un calor extremo”, reitera el informe.
El estudio del FMI muestra a China como la mayor economía en materia de subsidios explícitos a combustibles en 2022. Al facilitar 270 000 millones de dólares con ese fin, de los cuales 201.000 millones se orientaron al gas natural, 59.000 millones a la electricidad y 8.000 millones al petróleo.
Detrás de China están Arabia Saudí, con 129.300 millones de dólares en subsidios, de los cuales 66.300 millones se dirigieron a petróleo, 53.800 millones a gas y 9.200 millones a electricidad. Indonesia facilitó subsidios por 78.000 millones de dólares. Rusia llegó a 70.700 millones de dólares, de los cuales 39 000 millones en petróleo y 30 000 millones en electricidad.
Ayudas a contracorriente de la crisis climática
El informe sostiene que si los gobiernos eliminaran los subsidios explícitos e impusieran impuestos correctivos, los precios del combustible aumentarían. Eso llevaría a empresas y hogares a considerar los costos ambientales al tomar decisiones de consumo e inversión.
En ese sentido, el resultado sería una reducción significativa de las emisiones globales de dióxido de carbono. Un aire más limpio, menos enfermedades pulmonares y cardíacas y más espacio fiscal para los gobiernos, advierte el FMI.
Considera asimismo que con los precios mundiales de la energía cayendo y las emisiones aumentando, “es el momento adecuado para eliminar gradualmente los subsidios explícitos e implícitos a los combustibles fósiles, para lograr un planeta más saludable y sostenible”.
El Banco Mundial cree que se desperdician billones de dólares en subsidios destinados a los combustibles fósiles, que podrían utilizarse como ayuda para enfrentar el cambio climático.
“La gente dice que no hay dinero para enfrentar el cambio climático, pero eso no es cierto. El dinero está, solo que en los lugares equivocados”, afirma Axel van Trotsenburg, director gerente senior del Banco Mundial.
“Si logramos reorientar los billones de dólares que se gastan en subsidios ineficientes, y destinarlos a propósitos más provechosos y ecológicos, podremos abordar juntos muchos de los desafíos más apremiantes del planeta”, apunta.
Mientras tanto, la quema de petróleo, gas y carbón provoca 7 millones de muertes prematuras al año en el mundo. A causa de la mala calidad del aire que la gente se ve obligada a respirar. Las cargas recaen, en gran parte, sobre la población pobre.
Se desperdician billones
“Reorientar los subsidios a los combustibles fósiles puede proveer más recursos para brindar a las personas una mejor calidad de vida. Y garantizar un futuro más próspero para nuestro planeta”, dice Richard Damania, economista en jefe del Grupo de Prácticas de Desarrollo Sostenible del Banco Mundial. “Ya se conoce una gran parte de las mejores prácticas para la reforma de los subsidios. Aunque implementarlas no es una tarea sencilla debido a los intereses arraigados y las dinámicas políticas desafiantes, entre otros obstáculos”.
Para lograr una reforma exitosa de los subsidios, los Gobiernos deben compensar a los grupos más vulnerables por medio de programas de asistencia social, como la transferencia monetaria.
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