Rusia ha registrado 591.465 infecciones por coronavirus, convirtiendo al país en el tercer más afectado del mundo. Pero una serie de aparentes inconsistencias en los datos suministrados por las autoridades han sembrado dudas acerca de las cifras oficiales.
Hasta la fecha, el número oficial de decesos en Rusia a causa de la pandemia es de 8.196. La tasa de mortalidad se coloca así en 1,39%, muy por debajo de otros países como los Estados Unidos (5,26%).
Además, estos datos colocarían la razón de muertes en 0,06 por cada mil habitantes, también mucho menor a las 0,37 en los Estados Unidos, 0,64 del Reino Unido o 0,60 de España. Lo bajo de estas cifras ha hecho que se pongan en duda los datos oficiales de las autoridades rusas.
Ya en mayo, el New York Times y el Financial Times cuestionaron las estadísticas rusas, señalando que el 70% de las muertes por COVID-19 en Moscú y San Petersburgo no estaban incluidas en las cifras oficiales. Las autoridades rusas, sin embargo, han insistido en que los números son correctos.
Discrepancias con la OMS
La forma en la que Rusia contabiliza las muertes durante la pandemia del coronavirus podría ser uno de los motivos por los que su cifra oficial de muertos está muy por debajo de la de otros países, pese a los casi 600.000 casos reportados, sólo por detrás de Estados Unidos y Brasil.
El Ministerio de Salud de Rusia defendió sus datos, diciendo que el método de conteo se basó en las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Pero el jefe de emergencias de la OMS, el Dr. Michael Ryan, dijo que las estadísticas rusas sobre la tasa de mortalidad por coronavirus eran «difíciles de entender» y que la discrepancia entre el número de infecciones confirmadas y muertes era «inusual».
En respuesta, la representante de la OMS en Rusia, Melita Vujnovic, dijo a la emisora rusa Business FM que Ryan no era un estadístico y no tenía experiencia en el campo. Vujnovic insistió en que Ryan acababa de expresar su propia opinión y que la OMS «no tenía ningún cuestionamiento» sobre las cifras rusas.
A diferencia de Rusia, las cifras de muertos de algunos países incluyen a los que padecían COVID-19 pero murieron por otros motivos, indicó el doctor Michael Ryan.
Las visión de Data Insight
Los analistas de datos dicen que hay inconsistencias en las estadísticas rusas que sugieren manipulación, como regiones que reportan cifras similares de casos nuevos durante varios días seguidos, o cifras de muertes en reportes regionales que no coinciden con los nacionales.
Boris Ovchinnikov, de la agencia de investigación rusa Data Insight, también tiene sus dudas sobre las cifras oficiales. Analizó las estadísticas sobre el aumento de las infecciones por coronavirus en Rusia durante el período del 30 de abril al 24 de mayo. Allí descubrió que las cifras en este período a menudo terminaban con los números 99: el 30 de abril, hubo 7.099 infecciones, el 8 de mayo 10.699 , el 12 de mayo 10.899 y el 24 de mayo 8.599 infecciones.
«Aparentemente, las autoridades querían dar un número redondo. Pero también saben que las personas probablemente encontrarían eso sospechoso. Antes de publicar las estadísticas, las cambiaron a 99». Ovchinnikov no ha descartado que las estadísticas regionales y federales podrían haber sido manipuladas.
Datos médicos no coinciden
A finales de mayo, el Ministerio de Salud de Rusia publicó una lista de 101 nombres de médicos que habían muerto por COVID-19. Pero los médicos rusos llevan mucho tiempo registrando sus propias estadísticas: una «lista conmemorativa» que ahora contiene los nombres de más de 400 personas.
El anestesista de Moscú Alexei Erlich se encuentra entre los médicos que iniciaron la lista. También considera que los datos oficiales son incompletos.
«El ministerio ha excluido al personal de apoyo médico de la lista de empleados e hizo que las enfermeras se convirtieran en personal de limpieza. Nuestra lista conmemorativa también incluye conductores de ambulancias, que no se consideran personal médico«, dijo.
Cadena de acusaciones
Las dudas sobre las cifras oficiales rusas se unen a una serie de cuestionamientos acerca del manejo que las autoridades del país euroasiático han hecho frente a la pandemia.
A principios de este mes, la Comisión Europea acusó a Rusia de alimentar, junto China, una gran ola de desinformación sobre la COVID-19 para socavar la democracia y pulir su imagen.
Por otro lado, los médicos rusos acusaron al gobierno de Vladimir Putin de no haber honrado su promesa de pagar bonificaciones extra al personal sanitario en la primera línea contra la COVID-19.
Rusia no se queda atrás en la cadena de acusaciones, y algunos de sus funcionarios han señalado a un laboratorio en Georgia, financiado por Estados Unidos, como el causante de la pandemia.
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