Por Cambio16 | Efe
09/03/0216
La llamada «ruta de los Balcanes» ha quedado cerrada para los refugiados de Oriente Medio después de que se restaurara esta medianoche la normativa Schengen, mientras que otros países de la zona, como Bulgaria o Hungría, elevaron su alerta por si se abre un itinerario alternativo hacia Europa central.
Como en ocasiones anteriores, la decisión de un país, está vez Eslovenia, ha causado una reacción en cadena que ha forzado el cierre de la ruta a través de Croacia, Serbia y Macedonia, países que aunque no están en la zona Schengen, de libre circulación comunitarias, han aplicado las mismas reglas.
Este paso no ha sido una medida unilateral sino que ha sido acordado en la cumbre europea de esta semana sobre refugiados, ha afirmado el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. «El flujos irregular de inmigrantes a lo largo de la ruta de los Balcanes occidentales han llegado a su fin. No es una cuestión de acciones unilaterales sino una decisión común de la Unión Europea (UE)», ha asegurado Tusk en su cuenta de la red social Twitter.
«Doy las gracias a los países de los Balcanes Occidentales por aplicar parte de la estrategia global de la UE para hacer frente a la crisis migratoria», ha agregado el responsable comunitario.
La medida no ha supuesto ningún problema en las fronteras de Eslovenia, Croacia y Serbia porque los refugiados llegan a cuentagotas tras el cierre de la frontera de Macedonia con Grecia a finales de febrero.
«Desde que Eslovenia ha vuelto a aplicar plenamente las reglas Schengen en la frontera con Croacia, en los pasos fronterizos no se nota ningún cambio», ha confirmado a Efe una portavoz de la policía eslovena.
Según datos del ministerio del Interior esloveno, desde el pasado domingo no ha llegado ningún refugiado, mientras que en días anteriores entraban varios cientos al día. Esas cifras contrastas con los miles de refugiados, en algunas jornadas incluso 10.000, que se registraban a diario en los últimos meses del pasado año.
Eslovenia no permitirá entrar a quien no tenga pasaporte o visado pero abrirá sus puertas a quien quiera solicitar asilo en el país. Croacia, que no forma parte de Schengen pero sí de la UE, ha seguido el ejemplo de Eslovenia y prohíbe el tránsito a quien no tenga la documentación apropiada.
«La ruta balcánica está cerrada», resumió en rueda de prensa el primer ministro croata, Tihomir Oreskovic, al tiempo que explicó que «quien no pida asilo no puede pasar». «En dos semanas hemos reducido el tránsito de refugiados de 3.200 al día, límite que hace dos semanas fijó Austria, a cero. Creo que se trata de un resultado muy positivo, que hemos logrado sin tensiones ni incidentes», ha agregado.
También Serbia ha introducido las restricciones después de que Eslovenia le informara de que iba a restaurar la normativa Schengen. En Serbia no ha entrado ningún refugiado desde la vecina Macedonia en las últimas 48 horas, ha informado la televisión pública serbia RTS. Macedonia también anunció oficialmente que cierra su frontera con Grecia tras dos días en la que estaba de facto sellada y ningún refugiado logró cruzarla.
El cierre paulatino de las fronteras en los Balcanes ha dejado varados en Grecia a unos 36.000 refugiados, según datos oficiales griegos.
La UE y Turquía alcanzaron esta semana un principio de acuerdo que incluye la devolución al país eurasiático de las personas que lleguen de forma irregular a Grecia desde territorio turco, algo criticado por la ONU y numerosas ONG que lo consideran ilegal.
Desde el pasado otoño cintos de miles de refugiados llegados desde Turquía a las costas griegas seguían su viaje por Macedonia, Serbia, Croacia y Eslovenia hasta Austria, Alemania y otros países del norte de Europa. Mientras tanto, la posibilidad de que las decenas de miles de refugiados que hay varados en Grecia o otros países balcánicos ha puesto en alerta a las autoridades de Bulgaria y Hungría.
La ministra búlgara del Interior, Rumiana Bachvarova, aseguró por su parte que su país tomará «todas las medidas necesarias» para evitar que una nueva ruta de refugiados pueda atravesar su territorio.
El Ejército y la Policía búlgaras realizaron el pasado fin de semana unas maniobras conjuntas para preparar la protección, e incluso el cierre, de la frontera con Grecia en el caso de que la ruta que siguen los refugiados hacia el norte de Europa se desvíe hacia su territorio.
Hungría, por su parte, declaró el «estado de crisis por inmigración» en todo el país y reforzará como militares y policías las fronteras en el sur del país, con Croacia y Serbia. «No sabemos cómo reaccionarán los inmigrantes» que todavía están en los países balcánicos que han cerrado sus fronteras, resumió el ministro de Interior, Sándor Pintér.
Declaración conjunta de once CCAA
Los gobiernos de Andalucía, Aragón, Asturias, Canarias, Cantabria, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunitat Valenciana, Extremadura, Islas Baleares y Navarra piden, en una declaración conjunta, al Gobierno central que cambie su postura en la Unión Europea frente a la crisis de los refugiados.
Los consejeros de estas autonomías en materia de atención a inmigrantes han firmado un documento conjunto, que se ha hecho público este miércoles, en el que ponen de manifiesto la «incapacidad y la resistencia del Gobierno de España para plantear respuestas y comprometerse en las soluciones» frente a esta crisis, y advierten de que «ese no es el sentir mayoritario».
La vicepresidenta del Gobierno valenciano y consellera de Igualdad, Mónica Oltra, ha avanzado en declaraciones a los periodistas tras la Comisión Mixta de Atención y Acogida a personas refugiadas y Desplazadas, que trasladarán esta declaración al resto de autonomías para que se sumen a la petición conjunta.
Las autonomías firmantes piden «un cambio en el discurso público del Gobierno de España», así como que se garantice la llegada de refugiados «en condiciones de seguridad» y se pongan los medios para darles una acogida «amable».
La crisis de los refugiados, señala la declaración, «pone en cuestión algunos de los valores más básicos sobre los que se asienta la propia construcción europea», como «la solidaridad entre sus miembros, la búsqueda de la paz, el compromiso con la promoción de la democracia y la garantía y protección de los derechos humanos».