Un grupo de científicos publicó una carta abierta como parte de un Acuerdo Internacional de No Uso de la Geoingeniería Solar. En la misiva, los expertos hacen un llamado a la acción política inmediata a los gobiernos nacionales, actores políticos, y a las Naciones Unidas. Su intención es evitar la normalización de la geoingeniería solar como opción en política climática. Los 63 firmantes piden a los Estados e instituciones «afirmar un control político efectivo y restringir el desarrollo de estas tecnologías a nivel global».
En los últimos años la geoingeniería solar ha ganado cierto protagonismo. También conocida como gestión o modificación de la radiación solar (SRM) es un conjunto de tecnologías que buscan intentar reducir la luz solar que llega a la Tierra. Así como reflejarla o regresarla al espacio a través de métodos artificiales.
La geoingeniería solar podría ser motivo de alarma
Para los científicos se han dedicado a investigar y desarrollar la geoingeniería solar esta iniciativa es una posible opción de política futura y por tanto, un motivo de alarma. Aseguran que aún se desconocen muchos de los riesgos que trae la geoingeniería solar. Además, su impacto podría variar según las regiones.
Señalan que aún existe mucha incertidumbre en cuanto a sus efectos en los patrones climáticos, la agricultura y la provisión de las necesidades básicas de alimentos y agua.
Otra de las razones por las cuales la geoingeniería solar es motivo de alarma tiene que ver con las esperanzas especulativas sobre la futura disponibilidad de tecnologías. Consideran que amenazan los compromisos de mitigación y pueden desincentivar a los gobiernos, las empresas y las sociedades a hacer todo lo posible para lograr cuanto antes la descarbonización o la neutralidad del carbono.
En la misiva, los científicos manifestaron que el actual sistema de gobernanza global «no es apto para desarrollar e implementar los acuerdos de gran alcance necesarios para mantener un control político justo, inclusivo y efectivo sobre el despliegue de la geoingeniería solar».
También consideran que la Asamblea General de las Naciones Unidas, el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente o la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático «son incapaces de garantizar un control multilateral equitativo y efectivo sobre el despliegue de tecnologías de geoingeniería solar a escala planetaria». A su juicio, carecen de la legitimidad global que se requeriría para regular efectivamente el despliegue de este conjunto de tecnologías.
Acuerdo Internacional de No Uso de la Geoingeniería Solar
El Acuerdo Internacional de No Uso de Geoingeniería Solar planteado trata de inhibir el desarrollo de un conjunto de tecnologías arriesgadas y poco conocidas que buscan gestionar intencionalmente la luz solar entrante a escala planetaria.
Ante la creciente normalización de la investigación en geoingeniería solar, los científicos aseguran que se requiere «un fuerte mensaje político» para bloquear estas tecnologías. Y por ello es necesario el acuerdo.
El acuerdo no restringiría la investigación climática legítima
De todas formas, los expertos aclaran el acuerdo no prohibiría la investigación atmosférica o climática como tal. Tampoco impondría amplias limitaciones a la libertad académica. Por el contrario, el acuerdo se centraría en un conjunto específico de medidas destinadas a restringir el desarrollo de tecnologías de geoingeniería solar.
«La descarbonización de nuestras economías es factible si se toman las medidas adecuadas. La geoingeniería solar no es necesaria. Tampoco es deseable, ético o políticamente gobernable en el contexto actual», reiteran.
El Acuerdo Internacional de No Uso de la Geoingeniería Solar podría incluir algunas excepciones para enfoques menos peligrosos. Como ejemplo citan que se permitiría el uso de tecnologías relacionadas con el albedo superficial localizado que plantean pocos riesgos interregionales o globales.