El Grupo de Trabajo Multidisciplinario, que asesora al Gobierno en materias científicas relacionadas con la COVID-19, ha puesto en evidencia las fortalezas y también las debilidades para gestionar la emergencia. En su última valoración sugiere elevar el gasto en investigación, tecnología e innovación a 3% del producto interior bruto.
Los investigadores que asesoran al Ministerio de Ciencia durante la pandemia reiteran que es “ahora o nunca” que debe corregirse el rumbo del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación. Un ajuste que permita a España «una mejor y más rápida» respuesta a futuras crisis.
El equipo asesor fijó en dos legislaturas, el periodo máximo en el que se debería alcanzar el objetivo de tener un nuevo modelo productivo. Más basado en la ciencia, la tecnología y la innovación. Esta meta «alcanzable» requiere que el gasto en investigación, desarrollo e innovación se sitúe en el 3% del PIB. Con ello, España se colocaría a la par de otros países de la Unión Europea y de la OCDE.
Sostienen que muchos problemas derivados de la crisis “han puesto de manifiesto las deficiencias del SCTI y que son producto de déficits históricos acumulados y de las políticas adoptadas en la crisis financiera internacional que comenzó en 2008.
La crisis actual, por un lado, ha hecho más evidentes los puntos débiles del sistema. Como la escasa densidad de empresas innovadoras y su menor inversión. Entre las fortalezas apuntan a los recursos humanos, el marco general para innovación, la introducción de la banda ancha o la graduación de nuevos doctores.
Mayor acento a la tecnología e innovación
El Grupo de Trabajo Multidisciplinario está integrado por 16 investigadores de múltiples áreas de la ciencia y de la tecnología. Lo preside el catedrático y nutricionista José María Ordovás, director del Laboratorio de Nutrición y Genómica de la Universidad de Tufts de Boston.
A la fecha, han elaborado nueve informes. En el último, insisten en que es «inaplazable» decidirse por un nuevo patrón de desarrollo económico y por recuperar el protagonismo de la industria innovadora. Se pronuncian, además, por un nuevo protagonismo del Estado (un «Estado emprendedor») que lidere las transformaciones productivas. Igualmente, la renovación tecnológica atendiendo a las crecientes demandas de un desarrollo más respetuoso con el medio ambiente y más inclusivo.
El Grupo propone un plan de financiación plurianual para «aislar» la investigación y el desarrollo de los avatares políticos. Al mismo tiempo, una inyección presupuestaria «significativa y suficiente» de las agencias financiadoras e invertir el modelo presupuestario actual para dar prioridad a los fondos no financieros sobre los financieros.
Plan de choque y otras propuestas
El ministro de Ciencia e Innovación, Pedro Duque, teleparticipó semana en una cumbre internacional, organizada por Israel y a la que han asistido representantes de un total de 19 países. Los asistentes reiteraron su compromiso de colaborar en forma global en la lucha a la COVID-19.
En el encuentro, Duque detalló algunas medidas oficiales aplicadas en estos meses. Una de ellas, la financiación de proyectos de investigación y apoyo a proyectos en el ámbito empresarial.
Explicó que, con el objetivo de tener información y datos fiables para la mejor toma de decisiones, se creó el Grupo de Trabajo Multidisciplinar. Y se llevó a cabo un Estudio Nacional de Seroprevalencia ENE-COVID, que se repetirá en las próximas semanas para seguir avanzando en el conocimiento sobre el coronavirus.
El Gobierno aprobó en julio el Plan de Choque por la Ciencia, Tecnología e Innovación que prevé inversiones por 1.056 millones de euros. El presupuesto se va a canalizar a través de ayudas directas al sistema de ciencia e innovación, tanto a las instituciones científicas como a la I+D+I de sectores empresariales. A esta inversión se suman 508 millones de euros en préstamos en condiciones ventajosas a empresas innovadoras, a partir de los nuevos instrumentos de promoción de la I+D+I privada.
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