En el tránsito de una segunda ola del coronavirus y a la espera de una vacuna que se percibe distante, la historia parece no acabarse. Un grupo de científicos de la Universidad de Cambridge prevén una pandemia cada cinco años. “Nos encontramos en una encrucijada”, dijo Sally Davies, investigadora encargada del proyecto. Mientras, el mundo ya ha traspasado el umbral del millón de muertes en el mundo por la COVID-19. Y más de 32 millones de contagiados en el planeta.
“Tenemos que tomar una decisión”, sugirió en su artículo publicado en The Guardian. “¿Responderemos al aquí y ahora o nos tomamos un momento para detenernos y ver más allá del horizonte de esta pandemia hacia la siguiente? Porque habrá una próximamente”.
En su opinión, “la COVID-19 no es la primera ni la última emergencia sanitaria a la que nos enfrentaremos. Compañeros científicos prevén que nos enfrentaremos a una pandemia o a una emergencia sanitaria al menos una vez cada cinco años a partir de ahora. Existe la posibilidad de que este sea el caso menos fuerte. La realidad podría ser mucho peor”.
En ese sentido, invitó a los dirigentes mundiales a prepararse para el impacto de un nuevo virus a gran escala.
Científicos de Cambridge prevén nuevas pandemias
Para la profesora de la Universidad de Cambridge es “inspirador” ver una de las «mayores movilizaciones de la comunidad médica mundial en busca de una vacuna». «Pero más allá de la búsqueda de una ruta de salida a esta crisis, nuestros pensamientos deben volverse hacia lo que podemos hacer para la próxima”, insistió Davies.
¿Qué hemos aprendido de esta crisis para futuras emergencias de salud? ¿Cómo podemos aprovechar las ciencias de hoy para mañana? ¿Cómo nos aseguramos de estar mejor preparados la próxima vez?, preguntó.
Sally Davies recordó que estuvo en la junta ejecutiva de la Organización Mundial de la Salud durante dos años. Ahí observó la importancia de trabajar juntos y con especialistas de distintas áreas para responder ante problemas globales.
En su artículo mencionó a Microsoft, al Imperial College London, al Tencent, a Google. A GlaxoSmithKline y a la Fundación Bill & Melinda Gates. Y la necesidad de aprovechar el poder de diferentes datos y conocimientos, además de centrarse en las tres corrientes clave: identificación, respuesta y recuperación.
“El reto que tenemos por delante”, confió Davies, “busca generar nuevas formas de predecir y prevenir mejor los brotes. También, mejorar las respuestas económicas y sociales a las emergencias de salud”.
Sistema de alerta temprana
La científica de Cambridge se refirió a la actual pandemia y a otras que pueden sucederse. Destacó la importancia de un sistema de alerta temprana que pueda ayudar a identificar las tendencias médicas, así como las ambientales o de comportamiento que indican una amenaza inminente para la salud.
Por ejemplo, citó que el análisis de las aguas residuales pudo haber advertido sobre la COVID-19 mucho antes de que los hospitales se relacionaran con el virus. La ubicación, el momento y el tipo de riesgo naciente pueden entenderse mejor con el uso de los datos, reiteró.
Del mismo modo, también hay muchas ideas que podemos extraer de nuestras experiencias personales con respecto al virus, comentó. “Con la ayuda de expertos en ciencias del comportamiento, podemos decir qué medidas de intervención son más efectivas”, señaló.
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