Las presiones para retirar a Tesla de la bolsa estadounidense cobran fuerza a manos del fundador y consejero delegado de la compañía, Elon Musk, después de que explicase cómo pretende financiarse al convertirse en empresa privada.
El pasado lunes, Musk informó que se encuentra en conversaciones con potenciales inversores que lo apoyarán a excluir a Tesla de la bolsa estadounidense. Entre ellos, destaca el fondo de inversión de Arabia Saudí, que posee «más que suficiente capital necesaria para ejecutar tal transacción».
Según Musk, el fondo saudí ejerció presión durante dos años para sacar al fabricante de automóviles del mercado bursátil. Incluso compraron casi el 5% de las acciones de la compañía y solicitaron una reunión para conversar esta posibilidad. No obstante, cobraron un rol protagónico en este proceso cuando el fundador de la firma informó que estudiaba excluir a Tesla de la bolsa.
A pesar de la noticia, la bolsa del Nasdaq registró una caída en las acciones de Tesla de 0,6 por ciento. Esto podría sugerir que los inversores aún no están del todo convencidos.
«Sigo en conversaciones con el fondo saudí y también con varios inversores, algo que siempre planeé hacer, ya que me gustaría que Tesla siguiera teniendo una amplia base de inversores», escribió Musk en un blog de Tesla.
¿Por qué retirar a Tesla de la bolsa estadounidense?
Las figuras de empresa pública y empresa privada en Estados Unidos poseen particulares diferencias que generan un modelo de negocios y un sistema de sustentabilidad completamente diferentes.
En el caso de las primeras, están vinculadas a las bolsas de valores. Esto quiere decir que las personas naturales tendrán acceso a las acciones en un mercado abierto. Según el desempeño de la empresa, el valor de dichas acciones incrementará y sus tenedores podrán venderlas para generar ganancias o retenerlas.
Muchas firmas toman el modelo de las empresas públicas como un método de financiamiento. Es decir, recaudan fondos con la venta de las acciones en el mercado bursátil. En este contexto, se crea una competencia que Musk considera dañina. «Ser pública significa que hay un gran número de personas que tienen incentivos para atacar a la compañía», aseveró.
Por otra parte, las compañías privadas no están sujetas a ninguna bolsa de valores. Por lo tanto, no poseen acciones públicas ni dependen de la cotización de las mismas. Esto permite que, a cambio de no recibir financiamiento de un público abierto, la empresa pueda enfocarse en su producción y procesos más que en el valor de sus activos.
Con el modelo privado, los accionistas sí participan, pero de forma distinta. Es decir, pasan a ser un grupo de inversores que tienen peso directo en las decisiones que tome la firma.
De concretarse la salida de Tesla de la bolsa estadounidense, no sería la primera empresa privada que poseería Musk. El mismo magnate argumentó que su otra firma, SpaceX, funciona de maravilla sin pertenecer a una bolsa pública.
«SpaceX es, por mucho, más eficiente operativamente. Y eso es principalmente a causa de que es privada», razonó.
Decisión incierta
A pesar de las intenciones de Musk, no es un hecho consolidado que se de el salto al modelo privado. Por más peso que tenga en las decisiones de su compañía, aún depende de otros elementos.
El multimillonario publicó un tweet donde explicó que la decisión debe pasar antes por el voto de los accionistas.
Investor support is confirmed. Only reason why this is not certain is that it’s contingent on a shareholder vote. https://t.co/bIH4Td5fED
— Elon Musk (@elonmusk) August 7, 2018
Además, el empresario añadió que esta decisión sería momentánea. En este sentido, estaría abierta la posibilidad de regresar a la bolsa una vez que la compañía se estabilizara y tuviera una conducta más predecible y manejable.
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