Un momento largamente esperado por analistas financieros y empresas alrededor del mundo está llegando. Esta semana, Estados Unidos y China tienen programada una ceremonia de alto perfil para firmar un acuerdo comercial «fase uno».
A través de este convenio, las dos mayores economías del mundo tratan de mostrar un avance en las negociaciones. Con ello buscan poner fin a una disputa comercial que se ha extendido por casi año y medio, afectando a los mercados globales.
En medio de los planes para la firma de esta etapa inicial, el presidente Donald Trump dijo a los periodistas el jueves que quiere comenzar las negociaciones sobre la fase dos «de inmediato». No obstante, aclaró que podría no terminarlas hasta después de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, que de realizarán en noviembre.
#China y #EstadosUnidos firmarán un acuerdo comercial en su “fase uno” la próxima semana, informó el Ministerio de Comercio del país asiático #GuerraArancelaria https://t.co/YssmKPvHJG
— Cambio 16 (@Cambio16) January 9, 2020
Un largo y tortuoso camino
La disputa, que se ha extendido durante casi 18 meses, ha visto a EEUU y China imponerse aranceles mutuos a cientos de miles de millones de dólares en bienes.
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha acusado durante mucho tiempo a China de prácticas comerciales desleales y robo de propiedad intelectual.
En China, existe la percepción de que Estados Unidos está tratando de frenar su ascenso como potencia económica mundial.
Hasta ahora, Estados Unidos ha impuesto aranceles a más de 360 mil millones de dólares en productos chinos.
Mientras, China ha tomado represalias con tributos a más de 110 mil millones de dólares en bienes estadounidenses.
Próximo 15 de enero
No se ha dado una información oficial y detallada de los términos de este acuerdo comercial «fase uno». Sin embargo, trascendió que una delegación china, liderada por el principal negociador, el viceprimer ministro Liu He, asistirá al evento de la Casa Blanca para firmar el acuerdo de fase uno el 15 de enero.
Hasta ahora, han surgido pocos detalles sobre lo que está exactamente en el documento del acuerdo fase uno. Lo que está más claro es el esfuerzo de ambas partes por mostrar que las conversaciones están dando frutos, particularmente con proyectos de larga duración en China que finalmente estarían ganando terreno.
El jueves, China destacó la promesa de abrir completamente su sector de exploración de petróleo y gas. El día anterior, anunció que American Express Co. había despejado un obstáculo clave para acceder a su mercado de pagos de 27 billones de dólares. Se trata del último de una serie de pasos que se han tomado para abordar áreas polémicas.
Idas y venidas
Sin embargo, y a pesar del optimismo que los anuncios del acuerdo comercial «fase uno» han generado, también hay escepticismo entre los analistas e inversores. China y Estados Unidos tienen un historial de anunciar acuerdos que acaparan los titulares, pero que luego no se cumplen.
Durante la visita de Trump a Pekín en 2017, los dos países anunciaron 250 mil millones de dólares en acuerdos. Pero la puesta en práctica de muchos de estos convenios no resultó ser tan atractiva como se creyó en un principio.
Para EEUU, una pieza central en el último acuerdo es una promesa china de impulsar las compras de bienes y servicios estadounidenses en al menos 200 mil millones de dólares por encima de su nivel de 2017. Esa meta sería alcanzada en dos años.
En octubre, al referirse a ese punto en particular, Trump lo calificó como «el mejor y más grande acuerdo alguna vez hecho para nuestros Granjeros Patriotas en la historia de nuestro país ”. También dijo en Twitter que el pacto incluía compras chinas de aviones de Boeing Co., por un valor de entre 16 mil y 20 mil millones de dólares.
Also, met with @USTradeRep Robert Lighthizer to discuss Phase One of the trade agrmt w/ China. Includes commitment by China to purchase $40 billion annually in agricultural products from the U.S. over the next two years and addresses much of China’s misbehavior on trade. pic.twitter.com/VuUmESWTji
— Senator Jerry Moran (@JerryMoran) January 9, 2020
Crece la expectativa
Las instituciones financieras de EEUU también están esperando la aprobación regulatoria para los cambios en su participación en empresas conjuntas con China. Estos ajustes les permitirían tener un mayor control en estas compañías.
El período previo a la ceremonia de firma del próximo miércoles muestra una cara positiva.
Sin embargo, la relación hace menos de cinco meses había tocado fondo. Esto sucedió cuando el presidente Donald Trump dijo en su cuenta de twitter que a las compañías estadounidenses con intereses chinos se les había «ordenado» hacer negocios en otro lado.
A pesar de ello, Tesla Inc., con sede en California, comenzó la producción de automóviles en China a principios de esta semana. El anuncio fue hecho con el director ejecutivo Elon Musk bailando en el escenario durante una ceremonia en Shanghai.
We just delivered our first customer cars from Gigafactory Shanghai, marking only one year from when the teams broke ground on the site. pic.twitter.com/UfUxEyRQv0
— Tesla (@Tesla) January 7, 2020
En el llamado acuerdo de «fase uno» Washington se compromete a reducir algunos aranceles a productos chinos.
Por su parte, Pekín ofrece más compras de productos estadounidenses y una mejor protección de la propiedad intelectual de EEUU.
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