Las concentraciones de hidrofluorocarbono-23 (HFC-23), un gas de efecto invernadero, 14.700 veces más potente que el dióxido de carbono y, por supuesto altamente contaminante, siguen siendo elevadas en las inmediaciones de China. Pese a que ese país ha suscrito un acuerdo internacional para reducir sus emisiones.
Datos preliminares de monitoreo atmosférico de una isla de Corea del Sur, frente a la costa este de China, presentan altas concentraciones de HFC-23. Las muestras de aire recolectadas en la estación de Gosan en la isla Jeju en 2022, detectan la alta presencia del gas. Incluso después de que China -identificada anteriormente como la fuente de contaminación por HFC-23 en este lugar- se comprometió a reducir sus emisiones.
En junio de 2021, China ratificó la Enmienda de Kigali al Protocolo de Montreal. Un acuerdo internacional vinculante que busca frenar las emisiones de HFC, gases sintéticos que calientan el clima, utilizados principalmente para aire acondicionado y refrigeración. El acuerdo entró en vigor el 15 de septiembre de 2021 y exige que el país reduzca las emisiones de HFC-23 “en la medida de lo posible” para finales de 2021.
La principal fuente de emisiones de HFC-23 en China fue un subproducto en la fabricación de HCFC-22, que se utiliza para producir otros productos químicos fluorados, incluido el politetrafluoroetileno (PTFE) o el teflón. Más de la mitad de todo el HCFC-22 se ha producido en China desde 2009, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
Para cumplir con el Protocolo de Montreal, los fabricantes de HCFC-22 deben instalar tecnologías de mitigación, a un costo relativamente bajo, para destruir el subproducto HFC-23. Sin embargo, las muestras de aire recolectadas en Gosan contenían concentraciones elevadas de HFC-23.
China y las emisiones de un gas altamente contaminante
Las elevadas concentraciones de ese gas altamente contaminante, en el este de China, continuaron hasta junio de 2022. El mes más reciente del que hay datos disponibles. Los datos preliminares de Gosan sugieren que probablemente hubo emisiones significativas de HFC-23 que continuaron liberándose desde algún lugar de la región durante el período de muestreo, recoge Inside Climate News.
Los datos se basan en equipos de monitoreo capaces de medir trazas de volúmenes de contaminación hasta el nivel de partes por billón. Y se publican en la web del Experimento Avanzado Global de Gases Atmosféricos, AGAGE. Una red internacional de monitoreo atmosférico financiada con fondos públicos. Está patrocinado por la NASA y otras agencias federales, incluida la Fundación Nacional de Investigación de Corea.
Aún se desconocen el volumen y la fuente de las emisiones que provocaron las elevadas concentraciones del contaminante climático. Sin embargo, un estudio publicado en agosto en la revista Atmospheric Chemistry and Physics concluyó que concentraciones igualmente elevadas de HFC-23 detectadas en la misma estación de monitoreo entre 2008 y 2019 procedían casi exclusivamente del este de China.
El estudio concluyó que el 94% de las emisiones en el este de Asia en 2019 se remontan al este de China. Y ascendieron a 9.450 toneladas métricas, lo que equivale a las emisiones anuales de gases de efecto invernadero de 31 millones de automóviles. O 37 centrales eléctricas alimentadas con carbón, según la calculadora de equivalencia de gases de efecto invernadero de la EPA.
Yuan Liu, director de la división del Protocolo de Montreal del Centro de Cooperación Ambiental Exterior del Ministerio de Ecología y Medio Ambiente de China, dijo que el despacho está investigando el tema.
«Observamos que la emisión de HFC-23 es un tema importante y complejo. Y ha generado preocupación entre los científicos tanto en China como en el extranjero», dijo Liu a Inside Climate News.
¿Cumple o no el acuerdo internacional?
Los científicos de AGAGE ahora analizarán las muestras de aire recolectadas en Gosan desde 2020 hasta mediados de 2022, dijo Ronald Prinn, profesor de ciencias atmosféricas en el MIT. Y uno de los dos investigadores principales que supervisan la red AGAGE.
La evaluación incluirá modelos meteorológicos detallados que deberían permitir a los científicos determinar la fuente y el volumen de cualquier emisión regional de HFC-23.Explicando lo que condujo a las elevadas concentraciones de gas altamente contaminantes en China, detectadas en Gosan.
Sin embargo, dado el tiempo que llevó publicar los datos de 2008 a 2019, podrían pasar años antes de que se complete la evaluación. Y los hallazgos se publiquen en una revista académica revisada por pares. Mientras tanto, las elevadas concentraciones atmosféricas recogidas en Gosan sugieren que es posible que las plantas químicas de China no hayan dejado de emitir el contaminante climático en 2021. Tal como exige la Enmienda de Kigali.
Las emisiones de HFC-23 de las plantas químicas que fabrican HCFC-22 están prohibidas en China desde septiembre de 2021. Pero el gobierno central aún está desarrollando estándares de monitoreo, presentación de informes y verificación para el contaminante.