El mayor emisor de gases de efecto invernadero del planeta pretende ser uno de los líderes globales en la lucha contra el cambio climático. China lanzó el mayor mercado de carbono del mundo en busca de alcanzar los objetivos planetarios de neutralidad en 2060.
Consciente de los riesgos ambientales y sociales que plantea el calentamiento global, China prometió a finales de 2020, en la Asamblea Anual de la ONU adelantar una “revolución verde”. Desde entonces ha emprendido algunas medidas para recortar la enorme brecha, entre ellas, una ley climática que está en definición.
Este mercado de carbono ayudará al país a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y lograr el pico de emisiones antes de 2030. Así como la neutralidad del carbono, o las emisiones netas cero, para 2060, dijo el Ministerio de Ecología y Medio Ambiente.
En la apertura del mercado se dio paso solo al sector eléctrico. Se estima que las emisiones de carbono de más de 2.000 empresas eléctricas participantes en el primer lote de operaciones superan los 4.000 millones de toneladas al año. Estas empresas son responsables del 30% de las emisiones totales de China. Esto significa que el mercado de comercio de carbono de China se convertiría en el más grande del mundo en términos de la cantidad de emisiones de gases causantes del efecto invernadero
Las fábricas de cemento y algunos productores de aluminio podrían añadirse a la lista el año que viene.
El enviado especial para el cambio climático de EE UU, John Kerry, ve con beneplácito la iniciativa china. «Acogemos el lanzamiento de China de su programa de comercio de carbono. Como un marco que puede fortalecerse con el tiempo para lograr una mayor ambición climática. Esperamos seguir trabajando juntos para cumplir sólidos compromisos para 2030 por parte de todas las principales economías».
China oficializa apertura de un mercado de carbono
El mercado abrió el viernes 16 de julio a las 09:30 hora local en la Bolsa Ambiental y de Energía de Shanghái. Y la primera transacción cotizó en 52,7 yuanes (8 dólares) la tonelada de carbono.
¿Cómo funciona el mercado? Es un comercio de carbono y el sistema pone precio a las emisiones de carbono. Hay un proceso de compra y venta de permisos para emitir dióxido de carbono u otros gases de efecto invernadero. A las empresas se les asignan cuotas de emisiones de carbono y pueden vender los derechos de emisión excedentes a quienes necesiten más cuotas de contaminación.
En la práctica, las autoridades expiden un certificado por cada tonelada de dióxido de carbono (u otros gases de efecto invernadero) que una empresa está autorizada a emitir. Si no cumple, deberá pagar multas.
Además, permite que los jefes provinciales fijen por primera vez cuotas para las centrales térmicas. Y que las empresas compren derechos de contaminación a otras con menor huella de carbono.
En aras de la transparencia, las empresas tendrán que hacer públicos sus datos de contaminación y hacerlos verificar por terceros.
Los controles del Ministerio de Medio Ambiente revelaron que una de cada tres empresas emitía más CO2 del que declaraba.
Para algunos analistas, las multas por incumplimiento no son lo suficientemente disuasorias. Asimismo, quedan dudas en cuanto a la escala, reducida en comparación con el proyecto inicial. Y la eficiencia del sistema con un precio bajo atribuido a la contaminación.
China anunció hace 10 años los planes de crear un mercado nacional de carbono, pero no detuvo. Los avances se vieron frenados por la industria del carbón y las políticas de rápido desarrollo a expensas del medio ambiente.
Bajos precios de la contaminación
El mercado de carbono chino debería representar, en valor comercial, apenas un tercio del de la Unión Europea (UE), que actualmente es el más importante. Según la agencia Xinhua, el mercado chino ya es «el más grande del mundo» en términos de la cantidad de emisiones cubiertas.
El plan original era cubrir el 70-80% de las emisiones de China. Así como los grandes contaminantes de otros siete sectores, entre ellos la aviación, el acero y la petroquímica.
Pero el Gobierno chino «revisó a la baja sus ambiciones». Considerando que el crecimiento económico era prioritario en el contexto de la recuperación poscovid, señala Lauri Myllyvirta, del Centro de Investigación sobre Energía y Aire Limpio (CREA), reseña France24.
A los ambientalistas les preocupa el bajo precio de la contaminación pues rondará los 4,60 dólares este año. Muy por debajo de los 49,40 dólares en la Unión Europea, sostiene el banco chino Citic Securities.
Estas cantidades «no son suficientes para disuadir a las empresas de ser más ecológicas», afirma Li Shuo, de Greenpeace China.
Los economistas Nicholas Stern y Joseph Stiglitz estiman que el precio de la tonelada de carbono tendrá que ser de entre 50 y 100 dólares en todo el mundo en 2030, para limitar el aumento de la temperatura a +2ºC.
Pero China enfatizó que el mercado de carbono está solo en sus inicios.
Algunos expertos esperan que el poderoso grupo del carbón presione para obtener cuotas confortables, y por tanto un precio del carbono favorable.
China depende del carbón para el 60% de sus necesidades energéticas. Y desde 2011, ha quemado más carbón cada año que el resto del mundo junto, indica el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS) de Washington.
Lee también: