En el XX Congreso del Partido Comunista Chino, que se celebra dos veces por década, se registró una inusual protesta en contra del régimen. Mientras eran reprimidos, Xi Jinping en su discurso de apertura, exaltó los avances de su prolongada gestión, entre ellas, la solución de problemas ambientales en los últimos 10 años. Prometió que China adelanta un plan de descarbonización y, de «básicamente eliminar» la fuerte contaminación del aire y el agua y controlar la contaminación del suelo.
En esta cita se espera que el líder chino reciba un tercer mandato, rompiendo una tradición de décadas y reforzando su firme control del poder. Ante 2.300 delegados, congregados en Pekín durante una semana, Xi destacó que «la protección ecológica y ambiental ha experimentado un cambio histórico, transformador e integral. Los cielos de nuestra patria son más azules, las montañas son más verdes y el agua es más clara».
Dijo que el crecimiento bajo en carbono se ha convertido en una parte clave de los esfuerzos de China, reseñó Reuters. El propósito es impulsar su prestigio internacional y liderar una nueva «revolución industrial verde global». A tono con los esfuerzos del mundo en sus distintos desarrollos.
El discurso de Xi, que busca perpetuarse en el poder, tiene algunas contradicciones o, tal vez, algunas sombras. Afirmó que la prudencia regirá los esfuerzos de China para alcanzar un pico máximo en sus emisiones de carbono, antes de eliminarlas por completo.
El Producto Interno Bruto de China ha llegado a representar el 18,5% de la economía global, un aumento de 7,2 puntos porcentuales en los últimos 10 años. La segunda economía más grande del planeta se ha convertido en un importante socio comercial para más de 140 países y regiones. Liderando el mundo en volumen total de comercio de bienes.
Los límites y alcances de la descarbonización de China
En la proclama de Xi dejó claro el camino de China marcó hacia la descarbonización de cara a 2060. Pero, no dejará de quemar combustibles fósiles hasta que estén seguros de que las energías limpias pueden sustituirlos de forma fiable. Como tampoco dejará de quemar combustibles para sacrificar el crecimiento del país.
“Basándonos en la dotación de energía y recursos de China, impulsaremos iniciativas para alcanzar el pico de emisiones de carbono de forma bien planificada y escalonada. De acuerdo con el principio de obtener lo nuevo antes de descartar lo viejo”, apuntó Xi Jinping.
Un discurso que, a ojos del analista de Refinitiv, Qin Yan, mostró un mayor énfasis en la seguridad energética. También en el importante papel del carbón en el suministro energético de China, que en el papel de las energías renovables.
China es el mayor emisor de gases de efecto invernadero del mundo, pero a la vez, es la nación que más invierte en energías limpias. Y está a punto de batir su récord de instalaciones solares este año.
Cuando Xi Jinping anunció hace dos años que su Gobierno se comprometía a que China alcanzara la neutralidad del carbono en 2060, tras alcanzar el pico de emisiones antes de 2030, los activistas estallaron de felicidad. Y las inversiones en energías limpias por parte de los gobiernos locales y las empresas estatales aumentó de forma masiva.
“Esta gigantesca economía está bien situada para asumir un papel de liderazgo en la batalla contra el cambio climático. Dada su floreciente industria ambiental y ventaja competitiva en energías renovables”, sostuvo Kiran Nandra, directora de mercados emergentes de Pictet AM.
Seguridad energética y crecimiento económico
La atención de China durante el año pasado, no obstante, volvió a centrarse en el principal combustible del país, el carbón. Después de que su escasez en 2021 provocara recortes de energía generalizados en las fábricas, lo que ralentizó su crecimiento económico.
El país se comprometió a aumentar la capacidad de extracción de la materia prima, llevando su producción a alcanzar niveles récord este año. Manteniendo los almacenes bien abastecidos y reduciendo las importaciones, reseñó Social Investor.
China también apuntó que ampliará la exploración y el desarrollo de los recursos de petróleo y gas. Y aumentará las reservas y la producción como parte de las medidas para garantizar la seguridad energética, según un informe de trabajo del congreso, publicado tras el discurso de Xi.
Unos anuncios y unos datos que reducen significativamente el esfuerzo de China por invertir en energías limpias y lograr a futuro la descarbonización. El país asiático no es capaz de conseguir que el aumento de este mix energético renovable supere al crecimiento en la demanda de energía. Obligándole a quemar más carbón y a establecer un récord de consumo en 2021, que probablemente se superará en 2022.
Xi ha intentado que el medio ambiente forme parte de su legado más que ningún otro líder del Partido Comunista Chino. Sin embargo, se prepara para iniciar un tercer mandato histórico en el que su visión de aire y aguas limpias ve amenazada por una economía estancada. Y por un panorama mundial cada vez más tenso en cuanto al suministro de energía.
¿Cuándo alcanzará su pico de emisiones?
Para reducir la contaminación, el gobierno tiene que sacrificar la producción económica. Pero eso es algo que Xi dejó claro que no hará de forma radical a corto plazo. Reitera que alargará el camino conjunto que tendrán que recorrer los combustibles fósiles y las energías renovables.
“El carbón se utilizará de forma más limpia y eficiente, y aceleraremos la planificación y el desarrollo de nuevos sistemas energéticos”, dijo Xi.
Una afirmación que vuelve a arrojar dudas sobre cuándo será capaz de alcanzar su pico de emisiones la nación asiática. Y pone sobre alerta a los activistas que reclaman que, para lograr que el planeta sea neutro en carbono de cara a 2050, hay que acelerar significativamente el trabajo y las inversiones. China está en este planeta y sus planes de descarbonización son más lejanos.
En su discurso, Xi insistió en que “respetar, adaptarse y proteger la naturaleza es esencial para convertir a China en un país socialista moderno en todos los aspectos”.
Por los momentos, según Carbon Brief, China se convirtió en el país que más aumentó la contaminación tras la pandemia. Pero ahora la situación ha cambiado y ha conseguido tres trimestres consecutivos en 2022 de reducción de CO2.
Esto se debe fundamentalmente a la caída de los mercados inmobiliarios y de las industrias del cemento y acero. También influyó en las medidas que se impusieron por la pandemia, ya que hubo una fuerte caída en el consumo del petróleo en esta época que se prolongó en el tiempo.
Protesta, represión, censura
Tres días antes de iniciarse el Congreso del Partido Comunista Chino, el evento político más importante del país, se registró un eventual inusual y noticioso. Dos pancartas gigantes, colocadas en el puente Sitong, al noreste de Pekín.
Una decía «Queremos comida, no pruebas PCR. Queremos libertad, no bloqueos y controles. Y, Queremos respeto, no mentiras. Queremos reformas, no la Revolución cultural. No seas esclavo, sé ciudadano». Y la otra, más personificada: «Huelga para eliminar al dictador y traidor nacional Xi Jinping». Además, se difundieron mensajes y videos por las redes sociales.
Incluso, se escuchaban varias voces por un altavoz repitiendo los mensajes que colgaban del puente, también se veía un pequeño incendio en la estructura del lugar, recogió El Mundo. Tomado desde lo alto de un edificio cercano donde se apreciaba cómo la policía envolvía una de las pancartas mientras se llevaba detenido a un hombre.
Todas esas imágenes y videos desaparecieron rápido de Weibo, el hermano chino de Twitter, y de WeChat, el WhatsApp chino.
En Weibo se censura automáticamente. Cualquier mensaje en el que aparezca una serie de palabras «sensibles» que quedan secuestradas temporalmente en la lista negra de la aplicación.