China trata de reducir a la fuerza la tasa de natalidad de las minorías musulmanas mientras alienta los nacimientos en el resto de la población. El secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, pidió a Pekín terminar con esta práctica que intenta reducir la tasa de natalidad de los uigures y otras minorías étnicas
«Hacemos un llamamiento al Partido Comunista Chino para que se ponga fin de inmediato a estas horribles prácticas. También para pedir a todas las naciones que se unan a Estados Unidos para exigir el fin de estos abusos. La histoia nos juzará por lo que hagamos hoy», dijo.
La práctica está mucho más empleada de lo que se suponía. Aun cuando las mujeres habían denunciado un control de natalidad forzoso. La investigación periodística que se basa en varias fuentes:
- Estadísticas del Gobierno,
- documentos oficiales,
- entrevistas a 30 expertos, familiares y a un exinstructor de un campo de detención.
La campaña que se ha desarrollado en los últimos cuatro años en la región de Xinjiang, en el noroeste de China, puede ser descrita como genocidio demográfico.
Mientras en todo el país se han reducido las esterilizaciones y el uso forzado de dispositivos intrauterinos, en Xinjiang crecen de forma drástica. El Estado suele someter a las mujeres de minorías étnicas a pruebas de embarazo e impone la implantación de dispositivos intrauterinos, esterilizaciones e incluso abortos a cientos de miles de mujeres.
Más del 50% de la población de Xinjiang la integran uigures y kazajos. Ambos grupos étnicos profesan el islamismo, emplean lenguas escritas con el alfabeto árabe y son contrarios al régimen impuesto por el Partido Comunista de China.
Tasa de natalidad poco igualitaria
Las medidas de control de la población se ven reforzadas por detenciones masivas, sea como amenaza o como castigo por desobediencia. Tener demasiados hijos es un motivo frecuente para ser internado en los campos de detención. Si no tienen dinero para cubrir las cuantiosas multas, alejan de su familia a los padres de tres o más hijos.
Después de que Gulnar Omirzajh, una kazaja nacida en China y la humilde esposa de un verdulero detenido, tuvo a su tercer hijo, el gobierno le ordenó que se implantara un dispositivo intrauterino. Aun así, dos años después, en enero de 2018, cuatro hombres con ropa militar llamaron a su puerta. Le dieron 3 días para pagar una multa de 2.685 dólares por tener más de dos hijos. Le advirtieron que si no lo hacía seguiría los pasos de su esposo y de un millón de miembros de minorías étnicas encerrados en campos de concentración. Una de las razones del confinamiento de la mayoría era «tener demasiados hijos”.
Omirzajh debió endeudarse fuertemente para pagar la multa y después huyó a Kazajistán. Denunció que los quieren destruir como pueblo.
La tasa de natalidad de las regiones de Jotán y Kasgar, de mayoría uigur, cayó más de 60% entre 2015 y 2018 (el último año con base en estadísticas del gobierno).
China es el país más poblado del mundo con 1.392.730.000 habitantes, indicó el Banco Mundial. Información emitida por la Embajada de China en Colombia señala que es un país unificado de 56 etnias: “Debido a la numerosa población de la etnia han, que representa el 91,6% de la población nacional, es costumbre emplear el término ‘minorías étnicas’ para denominar al conjunto de las otras 55″.
En el quinto censo nacional, del año 2000, de estas 55 etnias, 18 poseen una población superior al millón de personas, como las etnias zhuang, manchú (…) uigur, yi, tujia, mongola y tibetana, entre otras.
Campaña contra los uigures
Adrian Zenz, académico experto en China, ha encontrado que los cientos de millones de dólares que el régimen chino usa para controlar la tasa de natalidad han cambiado Xinjiang. En pocos años pasó de ser una de las regiones de China con más crecimiento de la población a ser una de las de menos. «Es parte de una campaña de control más amplia para dominar a los uigures», afirmó.
Pekín ha dicho reiteradas veces que “las nuevas medidas solo pretenden ser justas al permitir que los chinos (hanes) y las minorías étnicas tengan el mismo número de hijos”.
La abandonada política china de un hijo por familia implicaba que las autoridades imponían anticonceptivos, esterilizaciones y abortos sobre los chinos hanes, pero las minorías que vivían en zonas rurales podían tener dos o tres hijos. El presidente Xi Jinping, el líder más autoritario que ha tenido China en varias décadas, cambió las normas para que los hanes de Xinjiang pudieran tener dos o tres hijos, igual que las minorías.
Castigos extremos
Aunque iguales sobre el papel, en la práctica los chinos hanes tienen más libertad. Se salvan de los abortos, las esterilizaciones, las inserciones de dispositivos intrauterinos y de las detenciones por tener demasiados hijos que sufren otras etnias.
Quince uigures y kazajos dijeron que conocían a retenidos o encarcelados por tener demasiados hijos. Muchos pasaron años o décadas en prisión.
Zenz explicó que la campaña del gobierno está alimentada por los temores de que la alta tasa de natalidad entre los musulmanes impulse la pobreza y el extremismo. Xinjiang es una región árida y sin acceso al mar. En los últimos años ha habido ataques con armas blancas y bombas que les atribuyen a extremistas islámicos.
La política de hijo único fue una medida de control poblacional que se estableció en zonas urbanas y rurales de China a partir de 1979. El propósito era disminuir el crecimiento excesivo de la población para afrontar los problemas sociales o ambientales. También dar con la estabilización de la población en el año 2000, una vez que se llegara a 1.200.000.000 habitantes.
Amnistía Internacional denunció en febrero de 2020 que China acosa a la comunidad uigur y a otros grupos étnicos musulmanes incluso después de que hubieran abandonado el país. El asedio es por medio de mensajes de texto y con llamadas anónimas amenazadoras de las embajadas chinas.
En 2016 más de una veintena de mezquitas fueron demolidas en Xinjiang y millones de musulmanes fueron recluidos en campos de concentración. El islamismo es la religión que predomina, pero el Estado en manos del Partidos Comunista lo prohibió.
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