Ni las protestas de calle. Tampoco las advertencias del gobierno de los Estados Unidos. El Congreso Nacional Popular de China aprobó este jueves la propuesta de imponer una ley de Seguridad Nacional para Hong Kong.
Por una amplia mayoría de 2.878 votos a favor, uno en contra y seis abstenciones, el Congreso dio el visto bueno a un borrador que ahora será afinado por un Comité Permanente, pero cuyo texto está orientado a prohibir «cualquier acto de traición, secesión, sedición, subversión contra el Gobierno Popular Central, robo de secretos de Estado, prohibición de organización de actividades en Hong Kong por parte de organizaciones políticas extranjeras. Y prohibición del establecimiento de lazos con organizaciones políticas extranjeras por parte de organizaciones políticas de Hong Kong».
Desde que volvió al gobierno chino en 1997 este territorio se rige por el principio de “un país, dos sistemas”, que le permite a sus ciudadanos algunas libertades como las de expresión y prensa. También goza de limitados derechos electorales y un marco jurídico y económico en gran medida separado del de la China continental.
Antes de que se aprobara el proyecto, las protestas prodemocráticas retomaron las calles el pasado viernes. Las organizaciones de la sociedad civil consideran que se están violando los cauces legales para modificar las normativas de la Ley Básica de Hong Kong, que estipula que la región debe dotarse de una legislación de seguridad.
El primer ministro chino, Li Keqiang, el segundo al mando en el país, dijo este jueves que la ley está «diseñada para mantener la idea de ‘un país, dos sistemas’ y para propiciar la prosperidad y estabilidad a largo plazo de Hong Kong».
Procedimiento viola la Ley Básica de Hong Kong
Ya en 2003, el miedo a que esto propiciara un recorte de libertades forzó a que se congelaran las discusiones sobre el tema, lo que provocó que Hong Kong quedara desprovista de una legislación que criminalizara, por ejemplo, la «subversión contra el poder estatal», una acusación usada frecuentemente contra activistas pro derechos humanos en China, y los relacionados con la «injerencia extranjera» que tanto preocupa al régimen comunista, que en 2019 acusó a EE UU de estar detrás de las manifestaciones de calle de Hong Kong.
El proyecto de ley de Seguridad Nacional lo conforman siete artículos propuestos por Pekín que se anexarían a la Ley Básica, a través de su publicación en un boletín oficial local. De esta manera no se sometería a revisión por parte del Consejo Legislativo de Hong Kong, dada la masiva oposición con la que probablemente se encontraría. Este procedimiento viola el artículo 23 de la Ley Básica de Hong Kong que establece que debe ser el propio territorio el que promulgue por sí mismo este tipo de leyes.
Este jueves el Parlamento hongkonés vivió un altercado ante la protesta de varios diputados prodemócratas por la nueva ley de Seguridad Nacional y por la posibilidad de que se apruebe otra polémica ley nacional que penaliza cualquier insulto al himno chino.
«Este es el fin de Hong Kong. Pekín ha incumplido completamente su promesa al pueblo«, indicó el legislador prodemocrático Dennis Kwok. El activista Joshua Wong indicó que «la iniciativa es un intento de Pekín de silenciar las voces críticas de los hongkoneses por medio de la fuerza y el miedo».
Un asalto a la autonomía de Hong Kong
Las voces críticas contra este proyecto de Ley de Seguridad Nacional se han venido escuchando con fuerza en días recientes. El último gobernador británico de Hong Kong, Chris Patten, la calificó como un «asalto integral a la autonomía de la ciudad». El analista político James Griffiths dijo que esta ley tendrá «efectos drásticos en sectores enteros de la sociedad de Hong Kong, desde la esfera política rebelde y desafiante de la ciudad hasta los medios de comunicación, la educación y los negocios internacionales».
Este miércoles, el secretario de Estado de EEUU, Mike Pompeo, sostuvo que había informado al Congreso de que Hong Kong ya no es autónomo con respecto a China, “dados los hechos sobre el terreno. EEUU permanece junto al pueblo de Hong Kong».
Desde finales del siglo pasado, Hong Kong ha sido un centro financiero comercial y global. Muchas compañías chinas y extranjeras usan ese territorio como base internacional o regional. Pero es muy probable que eso cambie. El gobierno de Donald Trump finalizará con algunos o todos los programas especiales de que goza el territorio e impondría aranceles similares a los de China continental.
10 mil soldados listos
En junio de 2019 miles de personas tomaron las calles para oponerse a otro proyecto, la Ley de extradición, que permitiría a las autoridades chinas apresar a quienes consideren “fugitivo”, una categoría en la que se encuentran los activistas por la independencia de Hong Kong.
Se da por descontado que con la aprobación del borrador de la ley de Seguridad Nacional las protestas se acentuarán, lo que llevó al comandante del Ejército Popular de Liberación adscrito a Hong Kong, Chen Daoxiang, a advertir que la soberanía china en la región será “salvaguardada” y para ello tiene listo 10.000 soldados.
Aseguró el también diputado en el Congreso Popular Nacional chino que el Ejército tiene «la determinación, la confianza y la capacidad para proteger la seguridad nacional» de la ciudad y que el ejército en Hong Kong apoya firmemente el proyecto de ley de Seguridad Nacional.
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