La Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) afina detalles del lanzamiento de la misión robótica Chang’e 5, que viajará a la Luna la próxima semana. Su objetivo es explorar con profundidad su superficie y traer muestras de rocas y otros escombros.
Después de más de cuatro décadas de las misiones espaciales de Estados Unidos y de la extinguida Unión Soviética a la Luna, China emprende un reto espacial de mayor complejidad
El quinto cohete Gran Marcha-5, que se utilizará para lanzar la sonda lunar Chang’e-5, fue transportado en forma vertical. En una travesía de casi dos horas lo movilizaron desde su hangar hasta el Centro de Lanzamiento Espacial de Wenchang, en la provincia de Hainan.
El Chang’e 5 tiene una ambiciosa misión. Colocará un módulo de aterrizaje en la Luna que perforará 2 metros de la superficie y recogerá rocas y otros materiales. Un desafío que permitirá a los científicos por primera vez, desde las misiones espaciales de las décadas de los sesenta y setenta, estudiar materiales lunares recién obtenidos.
La sonda Chang’e 5 de 8,2 toneladas métricas tiene cuatro componentes: orbitador, módulo de aterrizaje, ascendente y módulo de reentrada. Una vez alcance la órbita lunar, los componentes se separarán en dos partes. Por un lado, el orbitador y el módulo de reentrada permanecerán en la órbita, mientras el módulo de aterrizaje y el ascendente se posarán en la superficie selenita para trabajar en las tareas encomendadas.
Se espera que la sonda Chang’e-5 realice la recolección de muestras lunares, el despegue de la Luna, el encuentro y el acoplamiento en la órbita lunar, y, finalmente, la reentrada de alta velocidad en la atmósfera de la Tierra, dijo Yu Dengyun, diseñador jefe adjunto del programa de exploración lunar de China.
China en una nueva misión a la Luna
Desde 2003 cuando puso a un hombre en el espacio, el programa espacial chino ha crecido sin descanso. Además de la misión robótica a la Luna, China tiene otra camino a Marte, junto con un rover en el lado oculto lunar. Su tarea es proporcionar las primeras mediciones completas de la exposición a la radiación de la superficie lunar. Esta información resultará importante para cualquier país que planee enviar astronautas a la Luna.
El viaje robótico a la Luna es la segunda misión del Gran Marcha-5, apodado «Fat 5» debido a su forma voluminosa. En este cohete se envió en julio la primera sonda china a Marte, el Tianwen-1, a la órbita de transferencia Tierra-Marte.
China insiste en desplegar un poderío espacial. Debido a que las leyes de Estados Unidos excluyen al gigante asiático de asociarse con la Estación Espacial Internacional, China trabaja en su propia estación espacial. Así, podría lanzar sus propios programas de su competencia constante con Japón y la India.
China lanzó su primera estación espacial en 2011, la Tiangong 1. Un pequeño laboratorio orbital que ya ha recibido la visita de una nave no tripulada (Shenzhou 8) y otra con tripulación (Shenzhou 9). Mientras tanto, alista las últimas pruebas para impulsar al Gran Marcha-5, que se utilizará para lanzar la sonda Chang’e-5, en su misión a la Luna.
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