Es famoso, con una propuesta gastronómica reconocida y aplaudida por la crítica y por los defensores de los derechos de los animales. Promotor del veganismo, tiene verdaderos fans que lo aúpan y respaldan sus proyectos empresariales. Pero sus prácticas como inversionista y gerente carecen de la conciencia esperada. El escándalo y las demandas le persiguen. Un excepcional chef con una carta llena de fraudes y demandas.
Matthew Kenney es un chef estadounidense especializado en cocina a base de plantas. Ha escrito 12 libros de cocina, fundado docenas de restaurantes veganos y las empresas Matthew Kenney Cuisine y Matthew Kenney Culinary, una empresa de educación sobre la dieta a base de plantas.
Gurú del veganismo
Kenney nació en los años 60 en Connecticut. En la Universidad de Maine se graduó en ciencias políticas. Pero la pasión por los fogones lo llevaron a la French Culinary Institute (ahora el International Culinary Center) donde aprendió técnicas culinarias clásicas. Se graduó en 1990. A partir de ese momento comenzó a destacarse por su trabajo en varios restaurantes de la ciudad de Nueva York. Apenas 3 años después, Kenney abrió el suyo en la Gran Manzana: Matthew’s. Un debut exitoso le ganó el título de «Mejor Chef Nuevo» de la revista Food & Wine en 1994. Posteriormente abrió los restaurantes Mezze, Monzu Canteen, Commune y Commissary.
La filosofía culinaria de Kenney se centra en la idea de cocinar a base de plantas (plant based) desde la conciencia y corazón. Con un profundo respeto por los ingredientes y el medio ambiente. Se le considera pionero en el movimiento de la cocina vegana. También es un defensor de los beneficios para la salud de una dieta a base de plantas. Asegura que su objetivo no es empujar a las personas a dejar de comer carne, sino mostrarles que hay opciones deliciosas y saludables.
“Yo tengo dos pasiones: el arte culinario (la comida y el vino), y la salud y el bienestar. Hace unos años me di cuenta de que podía hacer que estas dos pasiones coexistan. Primero me acerqué desde la perspectiva de ser un chef. Encontré algo muy creativo, artístico y versátil, en donde la comida era mucho más excitante y vibrante que la que había estado haciendo. Desde el nivel profesional fue todo un desafío, pero partió de pensar que esta gastronomía va a ser la que en el futuro domine los platos”, declaró al diario argentino La Nación cuando inauguró uno de sus restaurantes en Buenos Aires.
Matthew Kenney
El lado oscuro
Su historial como empresario luce impresionante en el papel. Con la apertura de 50 restaurantes en el mundo, una academia culinaria, una empresa sobre estilo de vida a base de plantas, productos y servicios y hasta barras nutricionales. Parece una historia de triunfos. Pero detrás de todo ese aparente éxico hay un extenso prontuario criminal develado por el New York Times.
Matthew Kenney ha dejado una estela de inversores descontentos, pagos son cheques sin fondos y acusaciones de racismo y misóginia. Desde finales de 2021, diecisiete de sus restaurantes cerraron recientemente sus puertas. Plant Food, el restaurante insignia de Matthew Kenney Cuisine, que se había trasladado al hotel Four Seasons en julio, cerró en enero, siendo el último de la lista.
Plant Food operaba, administraba o invertía en unos 50 restaurantes en todo el mundo, desde Los Ángeles a Madrid y Dubai. Más de 60 exempleados, inversores abandonados y socios comerciales frustrados contaron al diario estadounidense sobre un patrón de gestión caótica e imprudente por parte de Kenney. Son 30 años marcados por negocios que se abrieron con gran publicidad y luego cerraron, a menudo rápidamente y en medio de una avalancha de demandas, facturas impagas y cheques sin fondos.
Demandas en nueve estados
Los problemas comerciales de Kenney no eran ningún secreto. El chef y sus empresas han sido nombrados en docenas de demandas en al menos nueve estados, por una variedad de delitos que incluyen ilegales prácticas laborales y fraude a acreedores, propietarios y empleados. Según los registros públicos, Kenney debe 1,2 millones de dólares en impuestos atrasados sólo en el estado de Nueva York.
Peter Cassell, un veterano de la industria de restaurantes que trabajó con Matthew Kenney a principios de la década de 2000, cuenta que los cheques de Kenney rebotaban constantemente. “Nadie que yo conozca que haya tratado con Matthew ha salido impune”. Por décadas, han surgido noticias sobre los impagos de Kenney, desde Nueva York, donde comenzó su carrera en la década de 1990, a Maine, Oklahoma, Florida y California. Ni Donald Trump logró escapar a sus prácticas.
El restaurante crudivegano Pure Food + Wine, que Kenney abrió con su exnovia y socia comercial Sarma Melngailis, fue destacado en la exitosa serie de Netflix de 2022, “Bad Vegan”. Jeffrey Chodorow, el patrocinador financiero del restaurante expulsó a Kenney del restaurante. Lo describió en la serie como “un chef muy talentoso que tenía un mal historial financiero”. En enero, Los Angeles Times publicó una investigación que detallaba el colapso de al menos 12 de los negocios de Kenney, incluyendo acusaciones de que debe millones de dólares en alquiler y un millón de dólares a un exinversionista.
Sin habilidades empresariales
De acuerdo al testimono de unos 30 exempleados Matthew Kenney Cuisine, se ha sido caracterizada por operaciones financieras caóticas. Rebecca Rubel asumió la dirección de recursos humanos de la empresa en el verano de 2022. En ese momento operaba alrededor de 12 restaurantes en los Estados Unidos. A menudo tenía que responder a los empleados que les habían pagado con cheques sin fondo.
A pesar de tener un historial y condena de 5 años por malversación de fondos Matt Bronfeld, fue ascendido al puesto de director después de sólo un año en la empresa. Como director de Matthew Kenney Cuisine, se convirtió en el principal contacto corporativo para los gerentes de los restaurantes de la empresa en los últimos años. Solía responder a la insuficiencia de fondos en un restaurante transfiriendo dinero de otra de las entidades comerciales del grupo empresarial.
Una demanda presentada en marzo de 2021 contra Kenney, sus empresas y su restaurante Saliba, un ex ejecutivo de las empresas reveló quejas formales sobre “prácticas financieras ilegales y poco éticas”. Kenney, intentó culpabilizar a otros. Alegando que fue víctima de malversación de fondos por parte de ejecutivos dentro de su empresa. No dio a conocer quiénes.
Vergonzoso CovidBoom
A pesar de los cierres masivos y el caos en la industria de los restaurantes provocados por la pandemia, durante este período, 22 entidades vinculadas a Matthew Kenney Cuisine, recibieron $3,5 millones en fondos del Programa de Protección de Cheques de Pago. De los cuales le condonaron al menos $2,7 millones.
A finales de 2020 y principios de 2021, la empresa abrió restaurantes veganos en Culver City y San Francisco. También se asoció con restaurantes veganos de autoservicio en California y Rhode Island. Liora, un restaurante vegano exclusivo que abrió en Baltimore en el verano de 2021 fue parte de esta expansión.
Pese a las buenas críticas y excelente asistencia poco después de la apertura de Liora, los cheques comenzaron a rebotar. Kari Bare, gerente del restaurante, reveló que si la nómina era de $10,000 para un período de pago determinado, Matthew Kenney Cuisine depositaría solo $2,000 en la cuenta. Sucedió tantas veces que muchos bancos locales comenzaron a negarse a cobrar cheques de las empresas de Kenney.
Bare estima que Liora y Double Zero ganaron entre 1 y 1,5 millones de dólares en 2022. Recuerda una llamada de FaceTime con Kenney poco antes de que el restaurante cerrara en abril de 2023 para discutir las numerosas facturas impagas. Kenney insistió en que no le preocupaba ganar dinero, sino el «panorama más amplio de llevar alimentos de origen vegetal al mundo». Bare le recordó que “Nadie trabaja gratis”.
Contumaz
En el Double Zero de Boston, los agentes del sheriff llegaron durante una comida para cerrar el restaurante debido al impago del alquiler en noviembre de 2022. En menos de dos años, la pizzería vegana acumuló más de 1,3 millones de dólares en deudas. Incluyendo alquiler e impuestos impagos. Mientras tanto, el otro restaurante de Kenney en Boston, Plant Pub Fenway, acumuló elogios y facturas impagas. El restaurante fue desalojado por su arrendador. Reclamó alrededor de $230,000 en alquileres atrasados.
Según una demanda colectiva presentada en diciembre de 2021 en el Tribunal de Distrito de EE. UU. en Nueva York, las prácticas salariales en los restaurantes de Kenney en la ciudad de Nueva York violan las leyes laborales federales y estatales. Entre otras cosas los empleados acusan a Kenney y a más de una docena de sus empresas y socios de quedarse ilegalmente con sus propinas. En 2022 en Sestina en Nueva York y en el 2023 en Double Zero en Venice, California el personal de cocina dejó su trabajo porque no les pagaban.
Glamur a costa de los empleados
A pesar de su defensa de la conciencia y el profundo respeto al medio ambiente, Kenney mantiene un estilo de vida lujoso. Con una casa cuyo alquiler por 20.000 dólares al mes en el oeste de Los Ángeles, lo costean sus empresas. Algunos aspectos de la conducta de Kenney parecen contradecir el espíritu holístico y empático que promueve su marca.
Además del pago del alquiler de su casa, el famoso chef pagó la limpieza de la piscina, el servicio doméstico y decenas de miles de dólares en trabajos dentales, con fondos de su empresa. Un excontador de Matthew Kenney Cuisine dijo que “se sacó del dinero de funcionamiento de los restaurantes. Por lo tanto, no se les pagaba a los proveedores ni a los empleados».
Bare vio en Instagram que Kenney y su socia en Dubai en una lujosa fiesta con concierto de Beyoncé incluido, el mismo día que descubrió que un camarero de Liora vivía de frijoles enlatados debido al retraso en el pago del salario y las propinas. Greta Herrin, sous-chef de Sestina en Nueva York, criticó a Kenney por vivir un estilo de vida glamoroso mientras sus empleados, muchos de comunidades vulnerables, no cobraban en medio de una pandemia global. “Fue una locura”, dijo Herrin. El Sestina cerró en 2022 luego de que el estado confiscara la propiedad por falta de pago de impuestos.
Ambiente tóxico
Otra de las quejas de los expleados del chef, es que en sus restaurantes se respira un ambiente tóxico. Althea, su restaurante en Saks Fifth Avenue en Chicago, fue objeto de su descontento cuando los 11 empleados del restaurante, tres de los cuales tenían problemas de salud relacionados con la pandemia, se negaron a trabajar hasta que todos se sometieran a pruebas de Covid. Una actitud que les mereció fuertes descalificativos por parte del “empático chef”. Los calificó de vagos.
Los principios de conciencia y respeto al parecer se limitan a las plantas. El gurú de la comida “plant based”, también enfrenta acusaciones de acoso y discriminación. Un exejecutivo, lo demandó por ser objeto de sus comentarios racistas mientras trabajaba en la empresa de Kenney. El caso. se resolvió mediante un pago de 80.000 dólares al ejecutivo y 20.000 dólares más para los honorarios de abogados.
Según NYT, Kenney a menudo se refería a empleados y socios comerciales en términos racistas, misóginos y profanos en mensajes de texto. En un intercambio de 2020, Kenney preguntó si el abogado que representaba su propio lado en un caso de acoso era negro, y agregó: “Si lo es, te mataré”. En un texto de 2022, escribió: “Todos los hombres latinos son llorones”. También le acusan de relaciones inapropiadas con empleadas, generalmente muy jóvenes.
Genio seductor
A pesar de todo, Kenney ha seguido atrayendo a nuevos inversores. En un correo electrónico de marzo de 2022 a un inversionista, pintó un panorama económico optimista de sus negocios, afirmando que esperaba generar más de 100 millones de dólares en todo el sistema ese año y 250 millones el próximo. Agregó que su empresa estaba valorada entre 50 y 100 millones de dólares. Pero seis meses después, el estado de Nueva York subastó el contenido de su restaurante Sestina en Manhattan por no pagar impuestos.
Algunos socios comerciales incluso expresan admiración por el talento culinario de Kenney. Kyle Saliba, que ha abierto cinco negocios con Kenney en los últimos 25 años, lo llamó “visionario” y “genio”. También reconoció que Kenney “no tenía habilidades empresariales”. Está demandando a Kenney y a dos de sus empresas. Le acusa de fraude y pide 25 millones de dólares de indemnización por daños y perjuicios.
Cindy Landon, actriz, productora y viuda de la estrella de Hollywood Michael Landon, , describe a Kenney como “encantador, brillante y apasionado”. A pesar de las advertencias sobre la falta de fiabilidad de Kenney decidió invertir en Plant Food + Wine, uno de los restaurantes de Kenney, cuando abrió en 2015. Landon se encuentra entre las personas que le dijeron a NYT que habían invertido en los negocios de Kenney en los últimos años y sintieron que él se aprovechó de su compromiso con el veganismo. Según ellos, Kenney proporcionó datos financieros poco confiables sobre sus inversiones. Asumen que su dinero se perdió.
Todo por el veganismo
Consultado sobre sus prácticas comerciales Kenney se limitó a descalificar la investigación del NYT. Según sus palabras es “despreciable”. En su defensa alega que carece de “una comprensión básica de los hechos reales” y “no estaban basados en la realidad”. Como si sus problemas financieros y judiciales fueran inexistentes, Kenney sigue anunciando nuevas empresas. Todavía tiene interés en una ubicación de Double Zero que abrió en Times Square el mes pasado. En febrero, una empresa canadiense anunció una asociación con Kenney para ayudar a desarrollar recetas para sus productos del mar de origen vegetal.
Resulta difícil comprender como, pese a los repetidos incumplimientos de sus obligaciones financieras, Kenney ha logrado mantener su nombre y captando inversionistas que defrauda una y otra vez. Los conocedores lo atribuyen en parte a su destacado papel que ha tenido desde mediados de la década de 2000 en la promoción de la cocina vegana.
Richard Weintraub, un destacado promotor inmobiliario con sede en Los Ángeles e inversor en Plant Food, señaló que, en el mundo del veganismo y los derechos de los animales, hay muchas personas extremadamente ricas que realmente quieren confiar y creer que en el fondo estas personas tienen los mismos intereses. Muchos inversores y empleados están dispuestos a pasar por alto las señales de advertencia financiera y disculpar sus fracasos pasados debido a su devoción a los derechos de los animales y la nutrición consciente. Cindy Landon apoyó a Kenney durante años. Pero después de escuchar como tantos empleados e inversores como ella fueron explotados y engañados por Kenney, cree que es tiempo de “detener a este hombre”.