FRANK SCHWARZ, gestor de carteras en MainFirst Asset Management
Las suscripciones a ChatGPT, la inteligencia artificial que viene, se han disparado y superan los registros de TikTok, la aplicación de más éxito hasta el momento. La irrupción de este prototipo de chatbot de inteligencia artificial, desarrollado en 2022 por OpenAI, que se especializa en el diálogo, ha generado todo tipo de expectativas. Incluido el temor a que la automatización de determinados trabajos acabe con millones de empleos.
El formato de diálogo hace posible que ChatGPT responda preguntas, admita sus errores, cuestione premisas incorrectas y rechace solicitudes inapropiadas. Actualmente se debate mucho sobre las ventajas y los posibles peligros del uso masivo de modelos de procesamiento del lenguaje natural como ChatGPT. Desde el punto de vista tecnológico, es probable que los bots basados en texto sean una de las primeras áreas de aplicación de la inteligencia artificial, que promete beneficiar al público en general y goza de gran aceptación. Sin embargo, las posibles implicaciones para la sociedad no están exentas de polémica.
Los analistas han empezado a mencionar el potencial de los chatbots del futuro para sustituir campos enteros dentro del mercado laboral. Por ejemplo, el periódico Daily Mirror, fundado en 1920, está estudiando hasta qué punto sus empleados pueden utilizar chatbots para redactar noticias breves y automatizar así el periodismo tradicional.
Para mostrar el alcance de los cambios que podrían provocar los modelos de aprendizaje automático, echemos un vistazo en la búsqueda en Internet. Hasta ahora, las búsquedas de determinados términos se hacían mediante algoritmos, que remitían a los contenidos de determinadas páginas web. Por ejemplo, si se realizaba una búsqueda sobre un asunto jurídico, se obtenía un enlace a un texto legislativo o un enlace a comentarios sobre dicho texto.
La inversión de Microsoft marca el inicio de la batalla por la supremacía en el procesamiento del lenguaje natural. Los actores habituales que cuentan con operaciones de inteligencia artificial, como Alphabet, no tardaron en lanzar su propia versión de un chatbot. En el caso de la matriz de Google, también estaba en juego su posición dominante en el negocio de los motores de búsqueda. Si Microsoft logra integrar chatgpt en su motor de búsqueda Bing, algunos de los lucrativos ingresos publicitarios de Google estarían en peligro. Sin embargo, la respuesta de Google, Bard, se quedó inicialmente por debajo de las grandes expectativas cuando se presentaron sus capacidades.
En cambio, un bot basado en la inteligencia artificial podría proporcionarle la base correcta de la demanda, así como una interpretación jurídica del asunto. Además, los usuarios pueden hacer un seguimiento de las respuestas proporcionadas y afinar los resultados interactuando con el bot. De este modo, los chatbots podrían actuar como una especie de asistente para diversas búsquedas sin que tengamos que investigar nosotros mismos. Aumentar la productividad con la ayuda de chatbots parece posible en muchos ámbitos laborales.
No es de extrañar que las inscripciones a Open.AI, el operador de ChatGPT, se hayan disparado y, últimamente, los registros han superado incluso a los de la aplicación de más éxito hasta ahora, TikTok. Aunque la herramienta se diseñó principalmente para preguntas basadas en texto, millones de usuarios están poniendo a prueba las capacidades de la inteligencia artificial. Incluso estudiantes están recurriendo a ChatGPT para hacer sus deberes e incluso hay casos que hacen que ChatGPT escriba la mayor parte de su tesis de grado.
Pero ¿quién se beneficia de este desarrollo? Aún no está claro cómo se monetizarán los chatbots, ya que Open.AI Inc. se fundó como organización sin ánimo de lucro. Uno de los inversores iniciales fue Elon Musk, que promovía la libre colaboración con el público y la puesta a disposición de los resultados de la investigación sobre una base de código abierto. Sin embargo, Microsoft ha anunciado recientemente una inversión de 10.000 millones de dólares y es probable que espere una amortización.
La inversión de Microsoft marca efectivamente el inicio de la batalla por la supremacía en el Procesamiento del Lenguaje Natural. Los actores habituales que cuentan con operaciones de inteligencia artificial, como Alphabet, no tardaron en lanzar su propia versión de un chatbot. En el caso de la matriz de Google, también estaba en juego su posición dominante en el negocio de los motores de búsqueda. Si Microsoft logra integrar ChatGPT en su motor de búsqueda BING, algunos de los lucrativos ingresos publicitarios de Google estarían en peligro.
Sin embargo, la respuesta de Google, Bard, se quedó inicialmente por debajo de las grandes expectativas cuando se presentaron sus capacidades. Las empresas asiáticas tampoco perdieron el tiempo a la hora de desvelar sus robots de inteligencia artificial. Baidu atrajo la atención del mundo de la tecnología con la presentación en marzo de Wenxin Yiyan, llamado bot ERNIE en inglés. Es probable que JD.com, Netease y Tencent presenten más herramientas de IA. Queda por ver qué empresas ganarán la carrera mundial. Sin embargo, Microsoft tiene la importante ventaja de haber llegado pronto al mercado con una solución y, como gran plataforma digital, poder completar una integración complementaria en los productos existentes.
Por cierto, si se pregunta a ChatGPT quiénes son los beneficiarios del creciente uso de chatbots, se obtiene la siguiente respuesta: El uso generalizado de ChatGPT probablemente sería beneficioso para muchas empresas de diversos sectores. He aquí algunos ejemplos: Las empresas que desarrollan y ofrecen soluciones de chatbot podrían beneficiarse de una adopción y uso más amplios de ChatGPT, ya que pueden integrar esta tecnología en sus productos.
Los fabricantes de semiconductores y procesos como Nvidia y Advantest, que pueden proporcionar la potencia de procesamiento necesaria para las aplicaciones basadas en la inteligencia artificial, también podrían beneficiarse de un uso más amplio de ChatGPT.
Las empresas de computación en nube como Amazon Web Services, Google Cloud y Microsoft Azure, que pueden servir de plataformas para el despliegue de soluciones de chatbot, también podrían beneficiarse de una mayor demanda de estas aplicaciones.
Las empresas especializadas en inteligencia artificial y aprendizaje automático podrían beneficiarse de un mayor uso de ChatGPT, ya que podrían integrar esta tecnología en sus propios productos y servicios. Por último, las empresas que utilizan soluciones de chatbot para interactuar con sus clientes podrían beneficiarse de un uso más amplio de ChatGPT, ya que podrían crear experiencias de cliente más eficaces y completas.
Por lo tanto, parece haber muchas oportunidades para que las empresas se beneficien de las nuevas posibilidades de la inteligencia artificial. Sin embargo, en primer lugar, hay que proporcionar la potencia informática necesaria para los chatbots. Parece esencial un nuevo aumento del gasto en IT (Information Technology).
Solo los anuncios realizados por Alphabet, Microsoft y las plataformas tecnológicas chinas deberían suponer una inversión de dos dígitos de miles de millones de dólares en infraestructura informática. Los operadores de centros de datos también están satisfechos con la evolución actual, porque es probable que los volúmenes de datos crezcan exponencialmente con el uso cada vez mayor de la inteligencia artificial. Por otro lado, es probable que las cuestiones de seguridad de los datos y derechos de autor adquieran cada vez más importancia. Todo es posible hasta la disrupción de los modelos de negocio existentes.
Desde el punto de vista tecnológico, se avecina un periodo de cambios radicales, que probablemente traerá consigo ciertas oportunidades, pero también riesgos, para los inversores.