Por Cambio16 | Foto (c) Sara Bahuer/Intermón Oxfam
16/12/2017
Ocho años de conflicto han llevado a la región del Lago Chad al abismo. Existen niveles de violencia contra mujeres y niñas sin precedentes. Todo en medio de un sistema de justicia que fomenta la impunidad entre los perpetradores.
Según diversos estudios de Oxfam (Oxfam Intermón en España) y otras organizaciones, cada vez más mujeres sufren violencia, explotación sexual y abusos. Hasta un 60% de las mujeres aseguran haber sufrido violencia de género. Y el uso de mujeres y niñas en ataques suicidas también se ha incrementado. 93 niñas (sobre un total de 135 menores) han sido obligadas a convertirse en bombas humanas en los primeros nueve meses del año, según UNICEF. Una cifra cuatro veces mayor que la de todo 2016.
El 72% de las mujeres contactadas por Oxfam en el noreste de Nigeria dicen que su preocupación por la seguridad se ha incrementado. Mientras investigaciones de Naciones Unidas revelan también un aumento de la vulnerabilidad ante la violación. Así como ante el matrimonio forzado y la violencia doméstica.
El sistema de justicia es endeble en toda la región afectada por el conflicto, que abarca Nigeria, Níger, Camerún y Chad. Las mujeres y niñas que sufren violencia tienen poco o ningún acceso a la justicia. Debido a lagunas en las leyes y políticas existentes. En otros casos, las autoridades tradicionales son las responsables de la resolución de casos de violencia de género. Lo que dificulta que las mujeres busquen reparación.
Intercambio de sexo por comida
«En una región donde 2,3 millones de personas se han visto obligadas a huir de sus hogares”, explica Aurore Mathieu. Ella es la responsable de campañas de Oxfam en la cuenca del lago Chad. “La fragilidad y la falta de estabilidad en las vidas de mujeres y niñas alimentan todo tipo de violencias» añade. Y explica que «el intercambio de sexo por comida y el matrimonio forzado de niñas son algunas de las consecuencias más graves».
«La violencia sexual y de género está infrarreportada en la región, debido al estigma y los tabúes culturales. La culpabilización de las víctimas es muy frecuente en la mayoría de las comunidades, incluso entre las niñas «, dice Mathieu. «Todas las formas de violencia de género tienden a aumentar durante tiempos de crisis, incluida la violencia doméstica. Estamos extremadamente preocupados de que informes recientes hayan indicado más violencia sexual y de género entre la población desplazada. Esto debe ser abordado de inmediato tanto por los gobiernos como por los responsables humanitarios».
Relaciones transaccionales
En el noreste de Nigeria, la región donde se originó el conflicto, seis de cada diez mujeres dicen haber experimentado una o más formas de violencia de género. Existen informes de violaciones y agresión sexual por parte de las Fuerzas de Seguridad. Y también de vigilantes y miembros de los grupos armados comúnmente conocidos como Boko Haram. Además, mujeres y jóvenes se ven a menudo obligadas a tener relaciones sexuales transaccionales. Las mantienen para poder comprar o acceder a la distribución de alimentos. Otro estudio en el campamento de refugiados de Dar es Salam en Chad reveló que el 40% de las mujeres se declaran víctimas de agresión física.
Aumento del matrimonio infantil
Como parte de los esfuerzos por construir una imagen lo más completa posible, Oxfam se asoció con Girl Effect en el desarrollo de una nueva red de jóvenes investigadoras llamada TEGA (Technology Enabled Girl Ambassadors). Las chicas recibieron capacitación en el uso de móviles inteligentes para realizar las entrevistas. Y se alojaron en una de las comunidades encuestadas para generar confianza. El 51% de las personas entrevistadas denunció un aumento en el matrimonio infantil y forzado. Especialmente entre las poblaciones desplazadas. También se reportó un aumento en el uso del sexo para obtener dinero y comida.
Desde que comenzó el conflicto 4.000 mujeres y niñas han sido secuestradas. Por eso Oxfam hace un llamamiento a las autoridades para aumentar la presencia en poblaciones difíciles de alcanzar. Y mejorar los servicios humanitarios o fortalecer los servicios de referencia. También para iniciar programas de apoyo psicosocial. O luchar por la rendición de cuentas y llenar los vacíos actuales en las leyes y políticas.