01/12/2015
Apenas está comenzando a saborear las mieles de su última película, Truman -premiada en el Festival de San Sebastián-, y ya rebusca entre los papeles de su mesilla con la mirada puesta en la próxima historia. El director y guionista Cesc Gay (Barcelona, 1967) confiesa que no analiza sus películas, ni siquiera las ve tras el estreno, «siempre estoy pensando en lo que haré luego». Este año se cuela en su agenda presidir el jurado de la XIV edición del festival de cortos JamesonNotodofilmfest.
Reconoce que no pasó oficialmente por el corto, pero sí extraoficialmente, a nivel amateur. «En algún lugar de mi casa estarán mis Super-8 destrozados», recuerda nostálgico. «Tres minutos de Súper-8 valían 1.500 pesetas que pagaba tu padre. Tenías que pensar cada plano que hacías y por qué lo hacías. Y, por supuesto, había que hacer un buen guión…» Entonces tenía 14, 15, 16 años y sus amigos le miraban como un bicho raro cuando les decía que se iba a filmar, «si dices eso ahora, eres guay».
Luego llegó el vídeo. «Bajó mucho la calidad de las cosas, la de las escuelas que había entonces. Los chavales dejaron de pensar. Filmabas todo lo que querías, como querías, cuando querías… filmar, filmar, filmar. Pero nadie pensaba. Ahora creo que eso se ha ido recuperando».
A sus espaldas, Una pistola en cada mano, V.O.S., En la ciudad, Ficción, Krámpack y Hotel Room. Un cine pegado a una vida, a la suya. «Hablo siempre de cosas que forman parte de la realidad, de la cotidianidad incluso; nunca he sabido hacer un cine alejado de mí. Para bien y para mal. Me da envidia la gente que es capaz de escribir y de imaginar cosas. Yo siempre estoy más cerca de mí. Me sale así, no tengo ningún objetivo. Hay un momento en el que hay un click, y digo me apetece hablar de esto».
Recuerda que hace un tiempo viendo un documental de Woody Allen tropezó con una escena que el mismo podría haber protagonizado. «Él está en la cama y de repente empieza a sacar papeles. Es lo mismo que me pasa a mí. Yo empiezo a sacar papeles, a repasar las ideas que tuve en algún momento… acumulo cosas que luego me llevan a una película. Hay momentos en los que un papel te llama la atención o que juntas dos… Truman, por ejemplo, nace de una relación personal, de una situación desgraciadamente similar. Escribí algunas cosas y las dejé en un cajón; hice Una pistola en cada mano y luego, he vuelto a ello. Y ahora estoy en lo mismo, volviendo a abrir el cajón. Reencontrándome con cosas, es como si quisieras ver a una persona de nuevo», detalla.
JamesonNotodofilmfest
Gay ya formó parte de este reconocido festival online de cortos en la IX edición. Formó parte del jurado y estrenó Álex, «recuerdo que me lo pasé fenomenal, por eso he decidido volver. Por eso y porque creo que la gente que tenemos una experiencia en este sector tan complicado tenemos que apoyar este tipo de festivales». Junto a él, decidirán los cortos nominados y ganadores la actriz Leonor Watling, el actor y director Raúl Arévalo, el actor y director teatral Andrés Lima y los directores Paula Ortiz, Félix Sabroso y Javier Fesser. «Quería que no fueran todos directores aburridos como yo …», bromea.
El director de Truman incide en que es muy difícil que alguien confíe en ti, por eso anima a los participantes a que sean exigentes, «este festival es una gran ventana al futuro». «La gente tiene que buscar un vínculo con un productor si no, es imposible. Ese es uno de los grandes objetivos de festivales como estos, mostrar tu trabajo. Al final es lo que genera confianza. Un productor confía en ti en base a lo que ve. Yo hago cine porque me fui a vivir a Nueva York y me atreví con un amigo argentino a hacer una película. Cuando volví a España, que tendría 29 años, un productor vio eso y dijo: ‘Bueno, a ver, no es gran cosa, pero… ‘. Confió en mí, si no yo no hubiera hecho Krámpack».
JamesonNotodofilmfest nació en el año 2001 con el objetivo de servir como plataforma para jóvenes cineastas y romper las barreras de la exhibición y la difusión gracias a internet. Catorce años después, el festival va mucho más allá y ofrece la posibilidad de disfrutar de cine de excepcional calidad en ordenadores, smartphones o tabletas, a través de redes sociales o de mensajería instantánea. Este año también se ha renovado la web y se ha adaptado para móviles.
Los datos: más de 56 millones de espectadores, 12 en la última edición, han disfrutado ya de las más de 12.000 películas de 38 países presentadas a concurso en toda la historia del festival. Sintéticas, ágiles, reflexivas y en muchos casos virales, todas ellas tienen algo en común: la capacidad de condensar ideas, creatividad y talento en menos de 3 minutos y medio (30 segundos en la categoría de Triple Destilación).
«Tres minutos en los que tienes que ser muy contundente. El corto tiene que ser un shock, tiene que tener un impacto», resume Cesc Gay. La convocatoria de la XIV edición del festival ya está abierta hasta el 16 de febrero, los participantes pueden enviar sus películas a través de la página web www.jamesonnotodofilmfest.com y optar a más de 50.000 euros en premios repartidos en 20 categorías.