Texto José Daniel Barquero Cabrero Fotos Jaime Martínez Sánchez-Suárez
El arquitecto César Pelli (San Miguel de Tucumán, Argentina, 12 de octubre de 1926-New Haven, Connecticut, Estados Unidos, 19 de julio de 2019) es autor de torres emblemáticas como las Torres Petronas de Kuala Lumpur, las del World Financial Center de Nueva York o el MOMA Tower Museum, en la misma ciudad. Quizás sea Torre Sevilla, el gigante de 180 metros y 39 plantas construido en la Isla de la Cartuja, el proyecto que más ha contribuido a transformar la vida de una ciudad. No solo en la reactivación económica y del empleo en la capital andaluza, sino que se ha convertido en un centro neurálgico empresarial que actúa como reclamo para grandes corporaciones y pymes.
El espacio financiero y empresarial ha conseguido que Sevilla refuerce su tejido productivo y económico. Además, el edificio alberga la nueva sede de CaixaForum, que pretende estimular la oferta cultural, así como aglutinar las iniciativas sociales que puedan revertir en beneficio de los ciudadanos.
“Protegerse del sol fue un tema constante que contribuyó a darle carácter a Torre Sevilla y resguardarla, creando un sistema de elementos que le dan sombra y personalidad. Con su fachada de lamas horizontales y verticales, la torre se va a ver siempre como un hito delgado, vertical y muy animado”, recordó el arquitecto argentino, un enamorado de Sevilla en la entrevista que le hice el 28 de abril de 2015 en New Haven, donde el prestigioso arquitecto falleció cuatro años después y fue incluida en el libro Rascacielos del mundo: Torre Sevilla.
La obra de Pelli gira en torno a la responsabilidad del edificio como actor urbano y a la influencia determinante de cuestiones como la ubicación o las tecnologías aplicadas en su aspecto final.
¿Qué simboliza un rascacielos?
Fundamentalmente, una manera de buscar un vínculo entre lo humano, lo profano, lo celestial y lo espiritual. Además, es un símbolo de un lugar, de una ciudad, de alguna función especial. Por eso, para mí, los rascacielos no pueden tener cualquier forma, sino que esta debe expresar su verticalidad y, de alguna manera, una ascendencia de la tierra hacia el cielo.
¿Cómo imagina las ciudades dentro de 300 años?
Hay una sola cosa que sé del futuro y es que no va a ser como lo imaginamos hoy. La realidad siempre nos confunde, siempre pasa algo inesperado. La combinación de cosas que existían o nuevas cosas que aparecen hace que todas nuestras predicciones se desvanezcan.
¿Qué nos puede contar de sus rascacielos por todo el mundo?
Ante todo, creo importante diferenciar entre la naturaleza de un rascacielos y la de un edificio alto. Es esencial que un rascacielos sea una torre que sobresale, y que lo hace mucho más allá de lo circundante, como es el caso de Torre Sevilla. Si es simplemente un edificio alto entre otros edificios altos, no tiene ese carácter simbólico. En todos los rascacielos que he diseñado he tratado de mantener el eje vertical lo más puro posible y de reforzarlo con las formas del edificio. He intentado guiar la mirada de abajo hacia arriba y que no se pare cuando llega al final del rascacielos, sino que continúe hasta las nubes.
¿Por qué es para usted tan especial Torre Sevilla?
Torre Sevilla es uno de los rascacielos más especiales que he diseñado. Nace de la tierra y del espíritu de esta ciudad, tan única como es. Es una urbe que ha mantenido vivo su pasado. El pasado es muy real en Sevilla y la torre trata de capturar ese espíritu y de mostrar cómo un rascacielos del siglo XXI puede expresar esa cualidad hispalense que refleja el espíritu de la ciudad.
¿Qué la diferencia de otros rascacielos?
En primer lugar, el propio carácter de la torre, que no se muestra revestida solo de vidrio, como la mayoría, sino que parece de cerámica, como fue concebida originalmente. Si bien, por cuestiones de seguridad, tuvimos que reemplazar la cerámica por acero, guarda el color y el carácter de la cerámica. Además, es una torre que se ahúsa ligeramente hacia el cielo, lo cual la arraiga bien a la tierra y la dota de una verticalidad poco común.
Para su construcción empleamos un vidrio que, siendo muy transparente, se ha protegido considerablemente de los rayos directos del sol mediante un entramado de lamas de acero horizontales y verticales y de losas en voladizo. Realizamos su diseño con mucho cuidado y de tal manera que solamente entren unos pocos rayos de sol muy temprano, por la mañana, y muy tarde, al final del día. Durante la mayor parte del día, cuando el calor es más fuerte, el vidrio está protegido, en sombra, lo cual también confiere una calidad única a la torre al otorgarle una profundidad a la fachada de la que carecen las torres altas en la actualidad.
¿Imaginó que Torre Sevilla fuera a generar tanta polémica?
La verdad es que no me sorprendió, ya que los sevillanos están muy orgullosos de su historia y de su pasado y, si yo fuese sevillano, también habría visto esta torre con muchas reticencias. Sin embargo, también creo que, ahora que está construida, los sevillanos comprueban que guarda mucha armonía con su ciudad y la complementa, sin cambiarla, llevándola al siglo XXI.
¿La ubicación de Torre Sevilla, alzándose en solitario y con la ciudad a sus pies, hace que nunca pierda esa monumentalidad?
Lo más importante es que Torre Sevilla esté al otro lado del río Guadalquivir. Es decir, no en la parte más antigua e histórica de la ciudad, sino en la otra. Por eso sentí cierta libertad para el diseño que no habría tenido si la torre estuviera más cerca del centro de la ciudad.
¿Se puede decir que con esta torre ve cumplido un sueño?
Sin duda. Es una maravilla verla construida, un sueño hecho realidad.
¿Cuáles son los edificios más altos que ha diseñado?
Las Torres Petronas, en Kuala Lumpur. Son un símbolo de la ciudad y del país. Por lo tanto, tienen un carácter monumental, más aún que el carácter que una torre normal puede tener.
¿Cuál es el problema más grande con el que se encontró durante la construcción de Torre Sevilla y cómo lo solucionó?
El principal problema que tuvimos durante su construcción fue la crisis de España y de todo el mundo, que llevó a que nuestro cliente, Cajasol, fuese absorbido por CaixaBank, y que muchos fabricantes que estaban trabajando para la torre quebrasen, como Faveton y Estrumaher. Esta situación nos exigió ir adecuándonos constantemente a los grandes cambios que se fueron produciendo mientras se construía.
¿Cuáles son sus lugares favoritos en Sevilla?
Tengo muchos, pero debo comenzar, sin duda, por la Giralda, el Patio de los Naranjos, el Alcázar, la plaza de toros y la Plaza de España. Me encanta caminar por las calles sevillanas y observar las casas, las ventanas, las aceras… Sevilla es una de las ciudades más hermosas del mundo.
Sus rascacielos están considerados obras de arte que dan aún más renombre internacional a las ciudades que los albergan. ¿Puede un edificio ser una obra de arte?
Al igual que ocurre con una pintura o una escultura, un edificio puede ser una obra de arte. Sin embargo, la intención de un edificio es otra: debe servir de albergue a determinadas funciones, mientras que la pintura o la escultura no tienen esas necesidades. Y ese matiz hace al arte de la arquitectura, en mi opinión, más real; le confiere un contacto muy importante con la realidad, nace con raíces muy fuertes. Es más difícil convertirse en obra de arte superando las exigencias que implica la funcionalidad, pero no imposible, y creo que Torre Sevilla lo ha logrado y es una gran obra de arte.
¿Se hace algún reproche a su larga carrera internacional?
No, para nada. Estoy muy satisfecho con mi carrera y con las oportunidades que he tenido a lo largo de ella.
Los rascacielos están unidos a períodos de expansión económica. ¿Qué ocurre con los arquitectos de grandes colosos en épocas de recesión?
A los arquitectos nos pasa lo mismo que a todos: tenemos que tratar de sobrevivir de la mejor manera posible. Hemos tenido suerte porque, cuando llegó la gran crisis, teníamos mucho trabajo en China, que se mantuvo sin sentir sus efectos.
¿Los rascacielos son el resultado de la aspiración humana de construir lo más alto posible, al igual que lo ha sido ir a la Luna? ¿Ha cumplido su sueño?
Un rascacielos es un gesto hacia el cielo, pero no implica ir al cielo. Quizá responden a anhelos muy similares, pero son dos respuestas muy diferentes. Como arquitecto, yo nunca he tenida sueños sobre un tipo particular de edificios. Para mí, lo extraordinario es que alguien me pida que diseñe un edificio real en un lugar en el que nunca estuve, en un terreno que no conozco y con necesidades que también desconozco, poder llegar a comprender todo lo que me piden y transformarlo en una imagen que me satisfaga y que pueda llegar a ser una obra de arte. Esto es lo que más me interesa, lo que más me apasiona.
Se ha especulado mucho acerca de la rentabilidad de los rascacielos, ¿cuál es su opinión?
Tengo entendido que los rascacielos muy muy altos, de más de 60 pisos de altura, no son económicamente justificables porque los costes por metro cuadrado construido aumentan con cada piso que se añade. Es decir, que cada piso que se construye por encima de la planta 60 implica un aumento de costes tan elevado que es muy difícil recuperarlo. Esos rascacielos tan altos se construyen por otros motivos como prestigio, orgullo o imagen, y no por razones económicas.
¿Cree que la época de los rascacielos ha estado o está en crisis?
No, al contrario, nunca se han construido tantos edificios que uno pueda llamar rascacielos como en estos momentos.
¿Cuánto puede vivir un rascacielos?
Un rascacielos puede durar cientos de años en función de lo bien que se cuide.
¿Sus edificios están asociados al poder económico?
En la arquitectura, eso es inevitable. Hace falta dinero para construir y además sumas bastante grandes. Realmente, solo los que pueden construyen; los que no pueden, no lo hacen.
¿Qué hace especial a Torre Sevilla respecto de otros rascacielos que ha construido en el resto del mundo?
Torre Sevilla es un diseño único que responde a un clima seco y muy caluroso en verano, por lo que lo más importante era protegerla del sol estival. Además, está en una ciudad con mucho carácter; una ciudad hecha de piedra y ladrillo que, de alguna manera, merecía reconocerse. Por tanto, no hubiese sido apropiado construir una torre de piedra y ladrillo.
¿Cree que un rascacielos como el que usted ha diseñado en Sevilla potenciará más la imagen de la ciudad?
Este rascacielos le aporta mucho a Sevilla: un gran hotel, un mirador a una gran altura desde el cual se podrá ver toda la ciudad y la campiña circundante… Lo que la torre logra es que la vieja Hispalis se proyecte ahora internacionalmente como una ciudad del siglo XXI con raíces en un gran pasado.
Magnitudes de la Torre Sevilla
- Con 108,5 m es el edificio más alto de Andalucía.
- La inversión total se elevó a 300 millones de euros.
- Tiene 7.000 toneladas de acero y 30.000 m3 de hormigón.
- Con 60.000 puntos de control monitorizados se gestiona la climatización, la iluminación y los ascensores de alta velocidad. El sistema de gestión permite ahorrar un 20% de energía.
- 770 m2 de placas solares autoabastecen de energía limpia y renovable al edificio.
- Dispone de 25.000 m2 de superficie comercial distribuidos en 80 locales.
- Cuenta con 18 plantas de oficinas y otras 18 de hotel.
- Alberga 40.000 m2 de parque fluvial y 12.000 m2 de cubiertas ajardinadas.
- Las aguas utilizadas para el riego son aguas de lluvia recolectada.
- Dispone de 8.000 m2 para espacio de cultura y acción social.
- Es de hormigón armado con losas horizontales elípticas y con columnas levemente inclinadas que siguen el escalonamiento de las paredes de la torre.
- Tiene 8.000 puntos de luz.
- En el último piso, tiene un mirador.
- El techo del mirador está cubierto con un toldo permanente.
- La torre tiene paneles solares fotovoltaicos en su techo.
- Debajo del mirador, hay restaurantes.
- Bajo el comedor, hay un gran hotel.
- La torre está cubierta con un entramado de lamas para protegerla del sol.
- Las plantas de la torre son elípticas y van disminuyendo de tamaño, de abajo arriba.
- Un gran porcentaje de las oficinas del proyecto se sitúa en dos edificios bajos de tan solo tres y cuatro pisos, respectivamente.
- Los techos de estos edificios albergan parques.
- Entre los dos edificios bajos hay una calle estrecha, típica sevillana y habrá toldos que la protegerán del sol.
- El pavimento de las áreas públicas está hecho con unos adoquines de forma única que se entrelazan y con colores que varían, muy sevillanos, que recuerdan la Plaza de España.