Zahara de la Sierra – el municipio andaluz en todo el centro del Parque Natural Sierra de Grazalema– presenta cero contagios de COVID-19 en una España golpeada por la pandemia. El pueblo de 1.400 personas se blindó con una serie de medidas que restringen la movilidad, la compra y los paseos diarios, pero sobre todo el acceso de foráneos. Las medidas van impulsadas por el alcalde, Santiago Galván, pero en ellas participan los vecinos del pueblo, se cuentan hasta ocho voluntarios en labores de desinfección de calles.
Sin permiso no se puede entrar al pueblo. Un guardia civil y una policía local controlan el único acceso habilitado para entrar al pueblo, los otros cuatro están cerrados. Para el alcalde de Zahara toda medida es poca para mantener a los vecinos libre de la COVID-19. Desde que el Gobierno decretara el Estado de Alarma el pueblo se apertrechó con una serie de medidas que lo aíslan casi completamente.
A partir de mañana en #Zahara te llevamos la compra a casa, gracias #LakeLab #quedateEnTuCasa #YoMeQuedoEnMiCasa #covid19ESP #StopCOVID19 pic.twitter.com/duH9R9zXJG
— Santiago Galván (@sgalgom) March 16, 2020
Desinfección de vehículos
Solo unos pocos vecinos salen y entran para ir a sus trabajos. Cada día son menos los que salen y más los que se quedan por la cuarentena en toda España. Ningún particular puede entrar. Sólo los vehículos de empresas proveedoras de alimentos y medicinas. Las medidas preventivas y de control le han valido a Zahara cero contagios por COVID-19.
Los vehículos al llegar a Zahara de la Sierra deben pasar un proceso de desinfección. Dos vecinos del pueblo se encargan de rociar los vehículos con una mezcla de agua y lejía. Los dos vecinos visten monos de plástico que los protegen del contagio más mascarillas para sulfatar plantaciones agrícolas y gafas antisalpicaduras de esas que usan para evitar la abrasión de los ojos.
Todos los coches, además, deben luego cruzar una pequeña charca para desinfectar las ruedas. La medida del punto de control y la charca de desinfección han variado alguna de las rutinas de los habitantes de Zahara que deben pasar por el mismo y único punto de control del pueblo. Al igual que cualquier foráneo que tenga permiso de entrar.
Servicio a domicilio en Zahara de la Sierra
Las medidas de control de movilidad y propagación incluyen un servicio a domicilio para los habitantes del pueblo. El Consistorio contrató a dos mujeres para que hagan la compra por los vecinos. Las equipó con móviles y activó una línea directa para que los zahareños llamen y den la lista de la compra, reseñó El Español.
Auxi o Isabel van por los alimentos a los distintos supermercados, pescaderías y fruterías del pueblo. Reciben los pedidos por la tarde y aprovechan la mañana para comprar y repartir. Ambas usan sus coches, pero reciben dinero para la gasolina. Para el pago de la compra acuerdan con los vecinos de Zahara los pormenores del dinero y el cambio. En sus cuentas, lo que más piden es tabaco y chocolate fuera de las compras regulares de carnes y otros alimentos.
Voluntarios
El Consistorio se encarga de la desinfección del pueblo casi a diario. En esta tarea participan operarios del Ayuntamiento y voluntarios del pueblo, que contribuyen con sus propios equipos en las tareas de desinfección. Por ejemplo, uno de los voluntarios usa su maquinaria oruga para trasladar las garrafas de lejía o pistolas de sulfatado. Otro voluntario que es agricultor en terrenos de olivos y cereales pone lo que puede: un par de tractores que no necesita, pues es época de lluvias.
En Zahara de la Sierra los autónomos no van a pagar luz, agua ni tasas locales mientras dure la pandemia. Todas la medidas anticontagio se mantendrán hasta que el Gobierno levante el confinamiento. Ya la enfermedad está cerca. A 37 km ya murieron tres personas el fin de semana pasado. La cifra de cero contagios por COVID-19 conlleva sacrificios. Pero el resultado es esperanzador en España que ya cuenta con más de 5.000 fallecidos por la pandemia.
Para más información viste Cambio16.com
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