La petrolera española Cepsa anunció que suspenderá su salida a la bolsa, pautada para el jueves 18 de octubre, hasta que «las condiciones estén dadas», debido al negativo comportamiento de los principales índices bursátiles españoles en el último mes.
El vendedor de origen saudí, Mubadala Investment, ha decidido retener la salida a la bolsa. Esta operación habría sido la mayor de su tipo para una petrolera en la última década, gracias a que la valoración de la compañía alcanzaba los 8.100 millones de euros.
«Mubadala ha decidido aplazar la salida dirigida a inversores institucionales y empleados, ya que considera que la inestabilidad sufrida por los mercados afecta la valoración de la compañía», dijo Cepsa en un comunicado.
La empresa aseguró que intentaría nuevamente su salida a la bolsa cuando el contexto fuese favorable. Sin embargo, el ánimo de muchos inversores se apagó debido al contexto económico mundial y la situación de las bolsas de España.
Se pretendía que Cepsa cotizara en las bolsas de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia. Así lo informó el grupo a través de una nota de prensa emitida el mes pasado.
«La Sociedad tiene la intención de solicitar la admisión a negociación de sus acciones ordinarias en las Bolsas de Valores de Madrid, Barcelona, Bilbao y Valencia para su contratación a través del Sistema de Interconexión Bursátil o Mercado Continuo de las Bolsas de Valores Españolas», comunicaba Cepsa.
Las previsiones estimaban que el mínimo de capital flotante tras la oferta fuese del 25 por ciento, participación que habría terminado de venderse el jueves.
Contexto inoportuno
Esta decisión fue tomada por el vuelco que han tenido las bolsas europeas y especialmente las españolas en el último mes. A pesar de que los altos precios del petróleo daban garantías de que la operación fuese satisfactoria, Cepsa consideró inoportuno completarla debido a los retrocesos que han sufrido los índices bursátiles.
Una serie de hechos en todo el globo han alertado a los inversores y han generado números rojos en las bolsas. La subida de los rendimientos de la deuda en Estados Unidos y la guerra comercial entre Washington y Pekín generan tensiones en el mercado, que siempre está al pendiente de la primera economía del mundo.
Por otro lado, se encuentra Italia y su política presupuestaria, que no es vista con buenos ojos en Europa. El Ejecutivo de Giuseppe Conte, primer ministro italiano, enviará a Bruselas el proyecto de presupuestos para 2019 con el objetivo de que la Comisión Europea lo revise y se pronuncie a finales de noviembre. Esto causa incertidumbre en las bolsas europeas y las caídas de las últimas semanas han guardado estrecha relación con este hecho.
Otro foco de gran importancia son las negociaciones del Brexit. A pesar de que diversos actores se han reunido, aún no hay un pronunciamiento o una decisión final con respecto a la ruptura definitiva de Reino Unido y la Unión Europea. Entretanto, los inversores se preocupan por el futuro comercial de ambos bloques.
Este contexto ha propiciado una caída del Ibex 35, principal índice bursátil de España, cercana al 4 por ciento recientemente. Este registro empeora al ver el comportamiento que ha tenido el selectivo a lo largo del año, con una contracción superior al 11 por ciento. La puntuación actual se acerca a los niveles más bajos de la Bolsa de Madrid en 24 meses.
¿Qué significa una salida a la bolsa?
La motivación de Cepsa para completar su salida a la bolsa cayó. Sin embargo, por los beneficios que esto supondría para la empresa, las puertas para una futura operación similar no están cerradas.
La petrolera tenía sus ojos puestos en culminar este plan por diversos motivos. Esta firma ya cotizaba en la bolsa con anterioridad, hasta que en 2011 el 100 por ciento de las acciones fuesen adquiridas por el que es ahora su accionista único: Mubala Investment, de Arabia Saudí.
Volver a la bolsa significaría obtener financiación a través de la venta de acciones, que pasarían a cotizar en el índice bursátil correspondiente. Este factor implicaría una mayor captación de recursos y mejor capitalización de la empresa.
Por otra parte, en muchos casos, una salida a la bolsa viene de la mano con una mayor visibilidad y estatus de la compañía, especialmente en el país donde coticen sus acciones.
Como contraparte, una de las principales desventajas es que una parte minoritaria de las acciones pasa a ser de dominio público. Esto se traduce en una menor independencia a la hora de tomar decisiones que produzcan cambios bruscos en la organización.
El interés de Cepsa en esta opción seguramente guardaba relación con un proceso de expansión de la compañía. De acuerdo con la petrolera, actualmente poseen un plan estratégico hasta 2030 con el «objetivo de fortalecer el modelo de negocio integrado y consolidarse internacionalmente».
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