La Compañía Española de Petróleos, CEPSA, elaboró por primera vez en España, fenol circular a partir del reciclaje de plásticos de un solo uso. El fenol es un químico que forma parte de las materias primas que se utilizan habitualmente en la producción de placas solares, aerogeneradores y diversos productos tecnológicos.
Esta vez se consiguió reciclar unas 300 toneladas de plástico residual para producir este químico. El resultado es que se podrán reutilizar o tendrán una segunda vida. Si no se hubiesen reciclado mediante esta nueva tecnología de la Cepsa, su destino final sería acumularse con otros desechos en un vertedero. Convertir esas 300 toneladas de plástico en fenol, empleando nuevas técnicas de reciclaje, es un logro muy importante. A través de la investigación, plásticos que antes no se podían reciclar, ahora tendrán una segunda vida útil y no se convertirán en más desechos contaminantes.
El fenol se obtuvo a partir de bolsas y cubiertos de plástico, que suelen usarse solo una vez y no son fáciles de reciclar. Esos que terminan en el contenedor gris. Este proceso se hizo en España, por primera vez, en el Parque Energético de La Rábida en Huelva. Allí se desarrolla este proyecto de producción de fenol. Hasta los momentos, los resultados han sido muy positivos. La Rábida es “un referente industrial en Europa” con capacidad de atender “las demandas de un mercado cada vez más exigente”, según Jorge Acitores, director de la refinería.
Desarrollan tecnologías para integrar fuentes renovables y recicladas
La directora de la Planta Química Palos, Esther González, dijo que “esta novedosa operación de coprocesamiento plástico abre también la posibilidad de suministrar acetona de origen circular al proyecto de la nueva planta de Isopropanol de Cepsa Química en Huelva, que estará operativa en 2025”.
En este momento, Cepsa desarrolla tecnologías para sustituir progresivamente las materias primas fósiles por fuentes renovables y recicladas, aspirando aumentar su cuota en sus Parques Energéticos hasta el 15% para 2030, según Efeverde.com. Esto supone la utilización de 2.8 millones de toneladas de materias primas biológicas durante esta década, de las cuales, el 75% serán de segunda generación y otros residuos que serían desechados si no reciben tratamiento.
A estos residuos plásticos se les dio una segunda vida útil, como materia prima alternativa al petróleo, tras ser sometidos a una temperatura de 500 grados centígrados sin oxígeno en un reactor con enfriamiento posterior. De esta forma, estos plásticos se convirtieron en materia prima para la producción de aerogeneradores, placas solares o productos tecnológicos, entre otros muchos usos del fenol, según gestoresderesiduos.org
Apuestan por el uso de materias primas distintas al petróleo
Esta tecnología es un gran avance que se logra después de meses de investigación y supone “un paso más de Cepsa en su apuesta por la economía circular y la utilización de materias primas alternativas al petróleo para la producción de soluciones sostenibles para la movilidad y la industria química”.
En el planeta se producen aproximadamente 300 millones de toneladas de residuos plásticos anualmente y ahora mismo, solo 14% se recolecta para el reciclaje, según informa ONU Medio Ambiente.
Solo 9% de los desechos plásticos que se han producidos a lo largo de nuestra historia moderna han sido reciclados. Esta cifra tan baja, responde en parte, a que falta mucha conciencia ciudadana e indiferencia ante el problema de la contaminación medioambiental.
Gran cantidad de desechos plásticos van a parar a mares y ríos causando la destrucción de corales, manglares y pastos marinos. Estos residuos impiden que los fondos marinos reciban luz y oxígeno y afectan a miles de especies marinas.
Los mares reciben 200 kilos de plástico cada segundo
Greenpeace lidera campañas denunciando la contaminación de los plásticos que amenazan el mundo marino. “Los plásticos constituyen entre el 60% y el 80% del total de basura que hay en el mar. Aproximadamente hay hasta 50 trillones de fragmentos de plásticos flotando en los océanos. Nuestros mares reciben más de nueve millones de toneladas de plástico al año”.
“Por lo menos 200 kilos de plástico cada segundo. Las bolsas plásticas son la médula del asunto, ya que son usadas por un corto tiempo y casi siempre una vez, para posteriormente llegar al mar, hábitat en el cual, pueden permanecer más de 20 años”, denuncia la organización ecologista.
El plástico lamentablemente tiene larga vida y puede permanecer en el ambiente marino sin degradarse, unos 500 años, según el estudio “Contaminación plástica en los océanos del mundo” publicado en el site journals.plos.org.
Tiempo más que suficiente para destruir la biodiversidad marina a gran escala. Unos ejemplos: El hilo de pescar puede tardar alrededor de 600 años en descomponerse totalmente. Una botella de plástico cerca de 500 años; los cubiertos desechables también 500 años; una bolsa de plástico entre 20 y 55 años, y una colilla de cigarrillo de 1 a 5 años, según información de Greenpeace.
Plásticos que no se pueden reciclar
Además, todos los plásticos no se pueden reciclar, porque muchos están contaminados con otros materiales que hacen complejo y costoso el proceso de reciclaje.
“Los productos químicos añadidos a los polímeros plásticos, los productos hechos de materiales mezclados y los envases de comida contaminados con restos de alimentos hacen que el reciclaje sea difícil y caro”, explica el informe “El Estado de los plásticos”, de ONU Medio Ambiente.
La empresa Waste Management, una de las mayores procesadoras de reciclaje de residuos domésticos en Estados Unidos, indica que uno de cada cuatro desechos plásticos tirados en los contenedores de reciclaje no se puede reciclar, porque, ahora se producen plásticos más complejos.
Hay razones económicas que explican que el reciclaje sea una misión tan complicada. Dependiendo del precio del petróleo, casi siempre es más económico fabricar desde el plástico virgen que utilizar plástico reciclado. Además, el mercado de plástico reciclado es volátil y los inversores son renuentes a asumir los gastos extras que se derivan del uso de este tipo de material. No hay compromiso con el ambiente, porque la economía impone sus reglas.
China ya no recibe la basura de otros
China comenzó a rechazar los desechos plásticos, metales y de papel provenientes de Europa, Estados Unidos y Canadá en 2017. Ese país ya producía una importante cantidad de desechos propios. Esta decisión mostró las grandes debilidades de los países desarrollados, para gestionar el reciclaje. Ahora esas montañas de desechos son enviadas a Indonesia, Malasia y Filipinas.
La toma de conciencia ante la gestión de desechos y el reciclaje demoran y el planeta sufre las consecuencias.
En 2018, la Comisión Europea publicó una Estrategia de Plásticos para que, en el año 2030, todos los envases plásticos sean reciclables o reutilizables.
Lograr este objetivo supondría la creación de 200.000 nuevos empleos, solo si la capacidad de reciclaje se multiplicara por cuatro. Cada año, la Unión Europea recicla menos de 30% de los 25 millones de toneladas de residuos plásticos que produce y la mitad de eso, se exporta actualmente al sudeste asiático.
Como parte de una estrategia medio ambiental, la Unión Europea afirma que desarrollará nuevas reglas de empaquetado para mejorar el reciclaje y aumentar la demanda de los productos reciclados. Además, planea mejorar y ampliar las instalaciones de reciclaje, así como impulsar un sistema más estandarizado para la recogida separada y la clasificación de residuos.