La escasez global de semiconductores podría tardar varios años en resolverse. El presidente ejecutivo de Intel Corp, Pat Gelsinger, reiteró que trabajar y estudiar desde casa durante la pandemia de la COVID-19 ha provocado un ciclo de crecimiento explosivo de los semiconductores». «Es enorme presión sobre las cadenas de suministro mundiales», subrayó.
Todo comenzó con la gran demanda de semiconductores en el año 2020, cuando los consumidores comenzaron a renovar sus aparatos electrónicos durante la pandemia. Precisamente la misma situación por la COVID-19 hizo que las cadenas de suministro pusieran pausa y ahora las empresas de todo el mundo aseguran que los retrasos logísticos y la escasez han continuado gran parte de 2021.
Las limitaciones en la producción afectan todas las áreas
Las limitaciones en el suministro afectan una amplia gama de industrias. Incluso empresas de tecnología y fabricantes de automóviles que sufren recortes de producción, reducciones de plantillas y pérdidas de ingreso.
La escasez de chips ha obligado a toda la industria automotriz a recortar producción. Ford ya anunció que es posible que este año fabrique 1,1 millones de vehículos menos que en el anterior. Mientras, Jaguar, Volvo y Mitsubishi se unieron a la creciente lista de fabricantes inactivos. Por otro lado, Apple advirtió de que la escasez afecta las ventas de iPad y Mac.
El CEO de Intel manifestó que aunque la industria haya tomado medidas para afrontar las limitaciones a corto plazo, «todavía podría llevar un par de años que el ecosistema se ocupe de la falta de capacidad de fundición, sustratos y componentes”.
Intel con planes de expandir la producción
En una entrevista a mediados de abril, Gelsinger declaró que la escasez iba a tardar “un par de años” en remitir. Ante esto, Intel tenía previsto empezar a producir chips en un plazo de seis a nueve meses para superar la escasez en las fábricas de automóviles de Estados Unidos.
Con un plan de 20.000 millones de dólares, Intel iba a ampliar su capacidad de fabricación de chips avanzados. Construiría 2 fábricas en Arizona y abriría sus plantas a clientes externos. La medida del CEO de Intel también busca restaurar la reputación de la empresa después de que los tropiezos en la fabricación que desplomaron las acciones el año pasado.
Además, el plan ayudaría a desafiar directamente a las otras dos empresas del mundo que pueden fabricar los chips más avanzados: Taiwan Semiconductor Manufacturing Co Ltd y la surcoreana Samsung Electronics. Ambas competidoras de Intel han llegado a dominar el negocio de la fabricación de semiconductores. Han trasladado gran parte de sus operaciones desde Estados Unidos, donde se inventó gran parte de la tecnología, a Asia, donde se fabrican ahora más de dos tercios de los chips avanzados.
Fabricación masiva de chips
Intel es una de las pocas empresas de semiconductores que quedan en el mundo que diseña y fabrica sus propios chips. Los diseñadores de chips rivales como Qualcomm Inc y Apple Inc confían en los fabricantes por contrato.
Con las nuevas fábricas Intel fabricaría sus propios chips, pero también las abrirá a clientes externos en lo que se denomina un modelo comercial de «fundición» en la industria de los chips. Gelsinger dijo que las nuevas fábricas se centrarán en la fabricación de chips informáticos de vanguardia, en lugar de las tecnologías más antiguas o especializadas.
«La inversión de Intel ayudará a preservar la innovación tecnológica y el liderazgo de Estados Unidos. También fortalecerá la seguridad económica y nacional de Estados Unidos y protegerá y desarrollará miles de empleos estadounidenses de alta tecnología y altos salarios», dijo en marzo la secretaria de Comercio de Estados Unidos, Gina Raimondo.
En el futuro, Intel ofrecerá a los clientes de chips la posibilidad de licenciar sus propias joyas tecnológicas de la corona, conocidas como núcleos informáticos x86. Así como ofrecer la construcción de chips basados en tecnología de Arm Ltd y tecnología RISC-V de la startup SiFive, según Gelsinger.
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